(InfoCatólica) Jorge Fernández Díaz, ex-ministro del Interior de España, fue recibido por Benedicto XVI durante 55 minutos en audiencia privada de 55 minutos en su residencia Mater Ecclesia del Vaticano.
En el siguiente vídeo de puede ver, desde el minuto 9 hasta el 15, el relato que hace de aquella visita al papa emérito:
El que fuera Ministro de Interior del gobierno presidido por Mariano Rajoy afirma que es la primera vez que cuenta en público su encuentro con Benedicto XVI. Hablaron entre otras cosas de las visitas que hizo a España siendo Papa reinante. Entonces don Jorge le dijo al papa emérito cómo estaba la situación en España, con el problema de Cataluña, y le rogó que rezara por la nación española. Entonces «me interrumpió con toda dulzura y literalmente me dijo lo siguiente: "El diablo quiere destruir España"». Como Fernández Díaz quedó impactado, Benedicto XVI le explicó que«el diablo ataca más a los mejores y por eso ataca a España y quiere destruir España»
A continuación siguió glosando las palabras del papa emérito: «El diablo sabe lo que ha hecho España a lo largo de su Historia: la evangelización de América, el papel de España durante la Contrarreforma, la persecución religiosa durante los años treinta del pasado siglo»
Al ver que el ex-ministro seguía conmocionado, Benedicto XVI añadió:
«Tenga confianza, los enemigos de Dios y de la Iglesia hacen mucho ruido y están muy presentes en los medios, pero sin salir en los medios y sin hacer ruido hay mucha gente que reza. Y esa oración es muy poderosa».
El papa emérito siguió hablando:
«Le voy a decir las armas por las que van a derrotar al diablo y no va a conseguir destruir España: la primera, la humildad; la segunda, la oración; la tercera, el sufrimiento... (y tras una brevísima pausa)... la devoción a la Santísima Virgen»
Y entonces añadió:
«Y como en el evangelio del próximo domingo, tenga confianza. En el momento oportuno el Señor actuará»
Jorge Fernández explicó entonces que cuando acabó la audiencia, comprobó cuál era el evangelio del domingo siguiente y vio que era el relato de la tormenta que puso en peligro la barca en la que estaban Cristo y los apóstoles, y el Señor calmó la tempestad.
El político español aseguró que lo que contaba era literal y que nunca se le ocurriría tomar la palabra del papa emérito en vano.