(NCRegister/InfoCatólica) Aunque la asistencia a la Iglesia está disminuyendo rápidamente en el país -2,2 millones se han dado de baja desde el año 2000-, el periódico dice que los ingresos se han visto impulsados por una «economía interna robusta».
El informe dice que los miles de millones de la Iglesia están invertidos en activos fijos ($ 24 mil millones) e inversiones financieras ($ 18.1 mil millones). Los primeros están formados principalmente por «acciones o bienes inmuebles, particularmente en el oeste de Alemania, donados por la antigua nobleza», según Handelsblatt.
El periódico también dice que la Iglesia alemana ofrece «un fondo generoso para pensiones, reservado para dignatarios eclesiásticos de alto rango, por un valor de € 5.000 millones ($ 6.000 millones), pero esa cantidad podría ser más elevada ya que muchos de los informes económicos de los obispados no proporcionaron una información exacta».
Gran parte de la riqueza de la Iglesia se deriva del impuesto de la Iglesia de la nación. Cada adulto alemán bautizado católico (aproximadamente un tercio de los ciudadanos del país) tiene que pagar un gravamen del 8 al 9 por ciento, dependiendo del estado, un acuerdo que data de la Constitución de Weimar de 1919, que fue transferida textualmente a la constitución actual después de la II Guerra Mundial. Igual ocurre con la Iglesia evangélica alemana (luterana) y sus fieles.
Los ciudadanos católicos alemanes que formalmente desean dejar de pagar el impuesto no pueden recibir la Sagrada Comunión ni otros servicios religiosos, según la Conferencia Episcopal Alemana. Incluso se ha sabido que la Iglesia investiga los registros de los hogares de los expatriados para determinar si han sido honestos en las declaraciones de impuestos al informar si se han bautizado o no, informa Handelsblatt.
La Iglesia también se beneficia de los subsidios estatales, y tanto las diócesis católicas como las protestantes reciben exenciones fiscales exclusivas que no se conceden a otros grupos religiosos en Alemania.