(Agencias/InfoCatólica) «La gran fiesta de la Pascua tiene un gran sentido moral, trae consigo la inextinguible luz de la fe y colma los corazones de alegría, amor y bondad», señaló el jefe del Kremlin en su mensaje de felicitación.
Putin, creyente ortodoxo, asistió al oficio religioso celebrado por el patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Kiril, en la catedral moscovita de Cristo Salvador, el principal templo del país.
«Quiero resaltar la enorme y devota labor de la Iglesia ortodoxa rusa y de representantes de otras confesiones cristianas en la solución de importantes problemas sociales, en el fortalecimiento de la familia, la educación de los jóvenes y la armonización de las relaciones interétnicas e interreligiosas», señaló.
Subrayó, además, el gran papel que desempeña la Iglesia en la conservación del acervo histórico y cultural del país.
El mandatario envió también una felicitación personal al patriarca Kiril, a quien agradeció su labor al frente de la Iglesia ortodoxa rusa.
Destacó el importante aporte del patriarca al desarrollo de la cooperación entre la Iglesia y el Estado en ámbitos como la cultura, la educación, la beneficencia y el fortalecimiento de la familia.
Tradicionalmente, el Domingo de Resurrección muchos rusos visitan los cementerios para recordar a sus difuntos, lo que obliga a la autoridades a disponer de medidas de seguridad adicionales y a hacer llamamientos a los ciudadano preferir el transporte público para evitar atascos y problemas de aparcamiento.
Para garantizar la seguridad de la festividad religiosa el Ministerio de Rusia para Situaciones de Emergencia movilizó a más de 130.000 hombres en todos el país.
Según encuestas recientes, nueve de cada diez rusos festejan de una u otra manera la Pascua, aunque los mismo sondeos señalan que sólo el 62 por ciento de ellos se declara creyente.
Esta vez, como ocurre cada tres o cuatro años, la principal fiesta religiosa de Rusia, ha coincidido con la festividad de los cristianos de rito occidental.
Esta particularidad obedece a que la Iglesia ortodoxa rusa celebra la Pascua el primer domingo después de la luna llena tras el equinoccio de primavera en el hemisferio norte, calculado según el calendario juliano, que acumula un retraso de 13 día respecto del gregoriano y se usa de manera oficial en casi todo el mundo.