(AsiaNews/InfoCatólica) Un estudiante de 23 años fue linchado hasta la muerte por sus compañeros universitarios porque fue acusado de publicar comentarios blasfemos en Facebook. La víctima se llamaba Mashal Khan y estaba inscripto en la carrera de Periodismo y Comunicaciones de masa en la universidad de Abdul Wali Khan en Mardan, en la provincia pakistaní de Khyber Pakhtunkhwa.
Las imágenes de la violenta paliza y de las brutales torturas infligidas sobre el cuerpo del ya exánime muchacho se difundieron rápidamente en los medios suscitando profunda indignación. Líderes católicos, activistas, periodistas y educadores denuncian ante AsiaNews el clima de odio enardecido contra sectores liberales e intelectuales del país, que en los últimos meses se han convertido en blanco cada vez más frecuente de los radicales islámicos.
Los hechos
El hecho sucedió en el ayer en el patio externo de la universidad, donde una multitud de cientos de estudiantes tomó al muchacho de blanco. Según varios testimonios, el primer objetivo de los asaltantes habría sido un amigo suyo, Abdullah, que logró escapar y que se encuentra hospitalizado con heridas en todo el cuerpo.
La policía denuncia que nunca se habían presentado denuncias contra los dos muchachos. Sin embargo, ellos fueron agredidos luego de que en el campus se corriera la voz de que habría comentarios suyos «que promovían el credo ahmadia en Facebook» [una rama considerada herética por la mayoría musulmana].
Según fue relatado, algunos estudiantes habrían pedido a los dos jóvenes que recitaran versículos del Corán y, ante su negativa, se habría desatado la violencia. Los «protectores del Corán» continuaron infligiendo heridas en el cuerpo del muchacho incluso cuando éste ya estaba muerto, propinándole puntapiés y bastonazos.
Según el Rev. Jimmy Mathew, obispo luterano de Mardan, el brutal linchamiento sería fruto de la «rivalidad entre dos grupos antagonistas». «He hablado con algunos jóvenes del lugar, que me han contado que en el pasado ya se habían dado enfrentamientos. La acusación de blasfemia es sólo para encubrir el crimen». El reverendo agrega que «el gobierno ha ordenado la apertura de una investigación [hasta el momento hay 45 estudiantes arrestados– ndr]. Se necesita que haya un castigo ejemplar para la violencia de masa».
Hamza Arshad, analista y periodista, afirma: «He aquí hasta dónde ha llegado nuestra sociedad. Basta una simple acusación de blasfemia para desencadenar el volcán de fuego que te arrolla, mientras los fanáticos gritan eslóganes. Nuestra sociedad se ha convertido en un caldo de cultivo de sentimientos rabiosos. El modo en el cual fue muerto el joven estudiante y la indiferencia de los guardias de seguridad resultan chocantes, pero no nos sorprenden, porque nadie, jamás, ha defendido a nadie que haya sido acusado de blasfemia». El activista se queja de que en Pakistán «no está permitida siquiera una rendija de pensamiento crítico. Lo único hacia lo cual se está realmente bien dispuestos es a la intolerancia». «Podremos incluso combatir a los talibanes y a los yihadistas –agrega de manera provocadora- pero luego, los que hacen justicia por mano propia valiéndose de hachas y pistolas son como las vacas sagradas. Aquí el Estado no es más que un testigo pasivo».
Rojar Randhawa, dirigente de Caritas Lahore, publicó el video de la agresión en su perfil. «La violencia muestra que hemos sembrado el odio en la sociedad y ahora estamos cosechando los frutos. El extremismo religioso está alcanzando su pico máximo en varios lugares del mundo».
Muhammad Jibran Nasir, un reconocido activista, declara: «Hemos creado una sociedad en la cual los estudiantes se vuelven asesinos. Todo esto es culpa de los generales que contaminan las mentes jóvenes y arman a la religión con medios violentos, así como de los generales que deciden permanecer en silencio y que dejan que ocurran los hechos violentos». Esto, por no citar a «aquellos partidos como Capt Safdar, Siraj ul Haq, Pir Hasnat Shah, Nasir Chatta y Sunni Tehreek que ponen por la nubes a Mumtaz Qadri [el asesino y reo confeso del ex gobernador de Punjab, Salman Taseer, ndr]. Los partidos políticos mayoritarios como el PMLN (Pakistan Muslim League (Nawaz)), PPP (Pakistan Peoples Party) y PTI (Pakistan Tehreek-e-Insaf) son condescendientes con los grupos terroristas y forman alianzas políticas con ellos, lo cual les permite tener un espacio en la escena pública y así difundir su ideología». El activista subraya otro aspecto, que resulta aún más grave: «Hoy no sólo hemos perdido a Mashal Khan, sino también a cientos de estudiantes, que se han convertido en asesinos. Todos somos responsables».
Amargado, el escritor Abdul Hameed Gondal agrega que «no pasará nada». Y luego se pregunta: «¿Qué tipo de generación estamos educando en las universidades? Estos estudiantes no pertenecen a grupos terroristas como el Estado islámico. El pensamiento extremista ya existe en nuestros mismos hogares». Del mismo parecer es el profesor Anjum James Paul, presidente de la Pakistan Minorities Teachers Association, que comenta apesadumbrado: «Si estudiantes con una formación superior demuestran semejante intolerancia, ¿qué podemos esperar de los que están en la base?»
Inam Rana, abogado y director del periódico online «Mukaalma», comenta. «Es realmente triste que una religión que enseña a desenfundar el cuchillo a la hora de matar animales (cabras, ovejas y corderos) para que éstos sufran menos, permita al mismo tiempo que un ser humano sea muerto en nombre de esa religión. El Estado debe adoptar medidas serias y castigar a aquellos que utilizaron la acusación de blasfemia en función de sus intereses personales».