(Agencias) Turquía acepta que muchos cristianos armenios que vivían en el Imperio Otomano murieron en los enfrentamientos con las fuerzas otomanas durante la Primera Guerra Mundial, pero discrepa en las cifras y niega que las muertes hayan sido orquestadas sistemáticamente y que constituyan un genocidio.
El viceprimer ministro turco llega incluso a decir que «la declaración del Papa no es objetiva y no es consistente con la realidad. Todos lo sabemos, el mundo entero lo sabe. Y los armenios también lo saben».
Según Canikli, tanto el reconocimiento del genocidio llevado a cabo el pasado 2 de junio por el Bundestag alemán como las referencias de Francisco el viernes y sábado en Armenia no se corresponden con los hechos históricos sino que «son declaraciones políticas, basadas en factores religiosos».