(Catholic Herald) «Cameron ha adoptado esa forma venenosa de liberalismo moral radical que ha socavado la vitalidad religiosa de muchas comunidades cristianas, y además ha avalado las debilidades y los errores que dañan e incluso llegan a destruir a la familia», asegura el cardenal.
«Su confusión es la típica de muchos cristianos. Y no dice nada bueno de esos líderes cristianos que nunca levantan un dedo para resistirse a los cantos de sirena». El cardenal, Prefecto del Secretariado económico de la Santa Sede, enfatiza que no cree que el Primer Ministro tenga la intención de minar el Cristianismo. Escribe:
«Son las mismas palabras del papa Francisco, comentando las intenciones de introducir este tipo de «matrimonio» en su país de origen: No seamos ingenuos: esto no es una simple lucha política, este es un intento para destruir el plan de Dios. No quiero decir que el primer ministro está conscientemente luchando por ello. Al contrario, teniendo presente sus muchas referencias positivas hacia el Cristianismo e incluso hacia Nuestro Señor, parece creer que está cooperando con el plan de Dios al aprobar esta ley».
«Si Piers Paul Read apeló a una fuente de confianza cuando atribuyó al primer ministro la frase de que Nuestro Señor Jesucristo estaría a favor de los derechos de los gays, solo puedo decir que esto no puede considerarse una forma lógica de hacer política basada en la realidad. Un cambio legal semejante está completamente en contra del núcleo de las creencias de la corriente principal de todas las iglesias cristianas, incluyendo la suya propia».
El cardenal explica por qué se mete en la política de Gran Bretaña
El cardenal explicó que sus advertencias representan «una ruptura de mi manera habitual de actuar fuera de Australia, al procurar no hacer comentarios directos sobre situaciones locales». Dijo que ha hecho una excepción porque el libro está «destinado fundamentalmente al mercado nacional» australiano y «las victorias y las derrotas en el conflicto por el alma de la sociedad británica, aún tienen importantes consecuencias por doquier en el mundo de habla inglesa».
«Las pérdidas en Gran Bretaña pueden ser peores en Australia e incluso en los Estados Unidos, por no mencionar a todos los demás países anglófonos», escribió.
Traducido por “Laudetur IesusChristus” del equipo de traductores de InfoCatólica