Costa Rica: el obispo de Cartago recuerda ante el presidente Solís las raíces católicas de su nación

Como reza la canción, “solo le pido a Dios”, que de a nuestros obispos, la claridad y el coraje para confrontar los tiempos que nos van a llegar con este presidente. Se nos auguran tiempos complicados.
Bajo tu amparo nos acogemos Reina de los Ángeles.

Buenos días.

Lo que no debió permitir la correspondiente autoridad eclesiástica, en Costa Rica, es que un sacerdote en ejercicio, asumiera un alto cargo en una Institución del gobierno.

El cargo que el sacerdote desempeña, ciertamente es para servir, pero dicho servicio lo pueden desempeñar muchos otros, en cambio el servicio que el sacerdote da a la comunidad, sólo él lo puede dar.

Ocupar un cargo de estos, implica abandonar en parte el ejercicio del ministerio sacerdotal. Lo contradictorio es que esto ocurre en una diócesis donde hay escacez de clero.
Hay lugares donde el sacerdote llega escasamente a celebrar los sacramentos. Entonces no entiendo cómo se dan el lujo de prescindir de un sacerdote, para que vaya a prestar un servicio que cualquier laico puede desarrollar.

Por otro lado, crea una situación complicada, cuando el gobierno tome decisiones (como la reciente de izar la bandera gay en todas las instituciones públicas) que van contra los valores católicos, y, entonces, dicho sacerdote queda entre la espada y la pared, como ya pasó con esto de la bandera, donde lo que hizo fue minimizar el asunto.

Sabiamente, la Iglesia ha determinado que los clérigos no ocupen puestos públicos, porque luego, de una u otra forma tienen que tomar partido en lo que el gobierno de turno decida.

Bendiciones.

Bendiciones para todos.

por lo menos se abstuvo de comulgar este politico

No deja de ser triste que de un frondoso árbol católico como fue Costa Rica, ahora nos conformemos hablando de las raíces...

Si este presidente, Solis, tuviese como el mismo dijo, temor a Dios, no hubiera nunca izado una bandera que representa la degeneracion de la sociedad y el rompimiento de la ley de Dios.