(Cascaraamarga/InfoCatólica) Sin embargo, ha declarado que «algunas personas han cambiado de opinión, por ejemplo, en la ordenación sacerdotal de mujeres o en las relaciones entre personas del mismo sexo cuando han experimentado el ministerio de una sacerdotisa o han descubierto que su propio hijo o hija es gay».
«La Sagrada Escritura en sí es mucho más matizada, sutil y compleja de lo que a menudo nos damos cuenta... No podemos limitarnos a citar textos bíblicos en diferentes materias y creer que eso resuelve un problema», destacó.
El Estado fue por delante
En referencia a la forma en que la Iglesia ha cambiado previamente su posición en temas como el divorcio y la celebración de un nuevo matrimonio, dijo: «El Estado permitió la posibilidad del divorcio y segundas nupcias mucho tiempo antes que nosotros como Iglesia. No sólo ahora bendecimos estas uniones, sino que casamos a los divorciados en nuestras iglesias».
Así, el prelado ha afirmado que «nuestros puntos de vista han evolucionado y cambiado sobre un tema del que Jesús se pronunció muy claramente. Pero no tenía nada que decir sobre las relaciones entre personas del mismo sexo».
«¿Vamos, como Iglesia, a adoptar finalmente el mismo enfoque en lo que se refiere a las relaciones del mismo sexo, como lo hemos hecho con un nuevo matrimonio después de un divorcio, o es el matrimonio gay una categoría diferente al matrimonio de personas divorciadas?», preguntó a su auditorio.
El Arzobispo recordó a los miembros que la vida de las personas se vería afectada por la respuesta de su «iglesia» y advirtió del peligro de ser vistos como homofóbicos.