(Eduardo Suárez/El Mundo) La decisión no la anunció Obama sino su viceconsejero de Seguridad Nacional Ben Rhodes, que confirmó que Estados Unidos y sus aliados europeos habían llegado a la conclusión de que el régimen sirio había usado armas químicas en varios ataques en los últimos meses.
El presidente anunció en abril que sus servicios de espionaje tenían indicios de que Bachar Asad había usado gas sarín y prometió investigar a fondo lo ocurrido antes de tomar una decisión. Su portavoz ha desvelado que Estados Unidos detectó nuevos ataques químicos que se habrían cobrado la vida de entre 100 y 150 personas.
«Aunque la condición letal de los ataques representan sólo una pequeña parte de la pérdida catastrófica de vida en Siria, que ahora asciende a más de 90.000 muertes, el uso de armas químicas viola las normas internacionales y cruza líneas rojas claras que han existido en la comunidad internacional durante décadas», añadió Rhodes.
Obama definió hace unos meses el uso de armas químicas como una línea roja que podría llevarle a reforzar la presencia estadounidense en la guerra civil siria. El presidente no está dispuesto a lanzar una intervención militar terrestre al estilo de la que propició la invasión de Irak. Pero los altos mandos del Ejército apuestan desde hace meses por armar a la oposición siria para acelerar el final de una guerra en la que han muerto 93.000 personas.
Rearmar a los rebeldes
Hasta ahora Obama se había resistido a entregar armamento letal a los rebeldes. Una reticencia que no compartían ni Hillary Clinton ni los responsables de la CIA y el Pentágono ni sus jefes de Estado Mayor. El anuncio de la Casa Blanca indica ahora que el presidente ha accedido a las peticiones de la oposición siria y de aliados árabes como Qatar o Jordania, que habrían preferido más premura en la decisión.
«Estados Unidos dará apoyo directo al Consejo Militar Supremo y eso incluye apoyo militar», confirmó Rhodes. «No puedo detallar todos los tipos de apoyo por varios motivos. Pero es evidente que tendrá un alcance mayor de lo que hemos dado hasta ahora».
El portavoz del presidente explicó que la decisión tenía que ver con el uso de armas químicas pero también con los últimos episodios del conflicto. «La implicación de Irán y Hizbulá ha añadido urgencia al asunto», dijo Rhodes, que recordó que la necesidad de que los rebeldes sirios aislaran a sus elementos islamistas más radicales, cuya presencia en las filas de los rebeldes es el gran argumento de quienes se oponen a una intervención.
La Casa Blanca no aclaró qué tipo de asistencia recibirán los rebeldes sirios. Pero sí dijo que por ahora no había planes de establecer una zona de exclusión aérea como la que propició la caída del régimen libio. «Aún creemos que lo mejor que podemos hacer es fortalecer a la oposición», explicó Rhodes. «Una zona de exclusión aérea supone un coste incierto para Estados Unidos y para la comunidad internacional. Crearía más problemas en Siria de los que creó en Libia y no garantizaría una mejora de la situación».
El 'Wall Street Journal' apuntaba este jueves que la Casa Blanca sopesaba la posibilidad de establecer una pequeña zona de exclusión aérea junto a la frontera jordana con el objetivo de entrenar a los rebeldes sirios. La operación costaría unos 40 millones de euros por día y la llevarían a cabo varios aviones F16 que despegarían desde bases jordanas o desde un portaaviones en el Mediterráneo. El plan cuenta con el respaldo de los generales pero está pendiente de la aprobación del presidente, que por ahora no se decide a actuar.
La inacción de Obama ha originado un cierto malestar entre sus aliados árabes y las críticas de líderes como Bill Clinton o John McCain, que han expresado a menudo su convicción de que era necesario armar cuanto antes a los rebeldes sirios. Ahora el presidente deberá detallar el alcance del plan y exponérselo a sus aliados y al presidente ruso Vladimir Putin, con los que se reunirá la semana que viene en la cumbre del G8.
De hecho, los senadores republicanos John McCain y Lindsey Graham, que han pedido hasta la saciedad la ayuda militar, afirmaron que el hallazgo e armas químicas debe cambiar por completo la política de EEUU en Siria. Ambos han hecho un llamamiento para llevar a cabo una acción futura, ya que la credibilidad de EEUU está en juego.
«La decisión de prestar asistencia, sobre todo municiones y armas pesadas, a las fuerzas de la oposición en Siria es necesria desde hace mucho tiempo, y esperamos que el presidente tome esta medida de urgencia», dijeron en un comunicado conjunto.
«Sin embargo el suministro de armas por sí solo no es suficiente. El presidente debe reunir una coalición internacional para tomar acciones militares para degradar la capacidad de Assad».