(La Voz/InfoCatólica) «Mi reflexión es que más de 30 años al servicio del pueblo de Dios no ha significado nada para la Iglesia Católica. Bastó que opinara distinto al Arzobispado para me echaran. Fue una opinión civil (sobre el matrimonio igualitario), sólo eso bastó para que prontamente haya una sanción», expresó.
Y agregó: «En lo personal no me afecta en nada, porque seguiré compartiendo los sacramentos como hasta ahora. A los fieles no les importan estas decisiones oficiales».
En relación a su decisión de no ejercer nunca su derecho de defensa en el juicio canónico, dijo: «Nunca quise defenderme porque hubiera sido avalar un juicio que lo consideré desde el inicio sin fundamento. Además, hubiera sido inútil porque ya estaba decidida la pena».
Alessio se ordenó sacerdote el 3 de diciembre 1981, pero ahora sus actos no tendrán legitimidad para la Iglesia Católica.
«Para la Iglesia es así. Pero si hago un bautismo o un casamiento me lo tendrán que reconocer porque no pueden borrar lo que soy: un sacerdote. Por más que a un médico lo despiden, sigue siendo médico», reflexionó.
Alessio se refiere a que para la Iglesia Católica una vez impartidos, los sacramentos se llevan de por vida. Y el orden sagrado (sacerdocio) es uno de ellos.
Portavoces del Arzobispado admitieron que eso es cierto, sólo que ahora la Iglesia Católica le aplicó una pena que implica la dimisión de su estado clerical.
El Vaticano, a través de la Congregación para el Clero, decidió el 6 de febrero de 2013 que Alessio ya no tenga más los derechos propios del sacerdocio y no esté vinculado a las restantes obligaciones conexas.
«Permanece excluido de todo el ejercicio del sagrado ministerio, de acuerdo a las normas que obligan a los presbíteros que han sido dimitidos. Esta dimisión no está sujeta a ningún recurso», así reza el comunicado emitido ayer por el Arzobispado de Córdoba.
Dante Simón, vicario judicial del Arzobispado, negó que Alessio haya sido penado por «pensar diferente».
«En 2010 hubo muchas acusaciones en su contra, entre ellas por impartir el sacramento del matrimonio, en forma contraria a lo que dice la doctrina católica. Concretamente, por haber casado a parejas del mismo sexo o divorciadas», expresó.
El vicario judicial precisó que el proceso penal canónico se inició el 5 de julio de 2010. «En todo momento se respetó su derecho de defensa, pero nunca quiso recibir las notificaciones. Se le pidió que nombrara un abogado y tampoco quiso. Entonces, tuvimos que nombrarle un abogado de oficio. Siempre se le dio la posibilidad de exponer su punto de vista. El 21 de febrero de 2011 se dictó sentencia, que lo encontró culpable de los hechos que se le atribuían y tampoco quiso apelar. Nunca quiso ver la sentencia», dijo.
Simón señaló que la pena implica removerlo del oficio de párroco, del ejercicio público del ministerio. «El Vaticano ratificó la actuación hecha en Córdoba. Siempre se le dio la posibilidad de recibir la gracia de la dispensa, pero Alessio la rechazó. Hoy está fuera del estado clerical y fue sacado de la lista de sacerdotes de la Iglesia Católica».
Nota de la Archidiócesis de Córdoba
El Vicario Judicial del Arzobispado de Córdoba pone en conocimiento de los fieles católicos, que el Señor José Nicolás Alessio ha sido penado con la dimisión del estado clerical, por medio de la Congregación para el Clero (Rescripto Protocolo N. 2012 3423/F), con fecha 06 de febrero de 2013.
Por ello ha perdido automáticamente los derechos propios del estado clerical y ya no está vinculado en adelante a las restantes obligaciones conexas. Permanece excluido de todo el ejercicio del sagrado ministerio, de acuerdo a las normas que obligan a los Presbíteros que han sido dimitidos.
Esta dimisión no está sujeta a ningún recurso.
En Córdoba, a los once días del mes de abril de 2013.
P. Dante Eduardo Simón SDB
Vicario Judicial
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