(Agencias/InfoCatólica*) Benedicto XVI presentó los criterios que ofrece el Concilio Vaticano II, en la constitución dogmática Dei Verbum (n. 12), para la interpretación de las Sagradas Escrituras. "Y como la Sagrada Escritura hay que leerla e interpretarla con el mismo Espíritu con que se escribió para sacar el sentido exacto de los textos sagrados --decía el Concilio--, hay que atender no menos diligentemente al contenido y a la unidad de toda la Sagrada Escritura, teniendo en cuenta la Tradición viva de toda la Iglesia y la analogía de la fe".
El Santo Padre explicó que para entender mejor la Biblia también desde el punto de vista de la fe es necesario exégetas con una formación completa y que si bien el método histórico-crítico es positivo, es necesario que sea completado. Así lo indicó el Pontífice, destaca L'Osservatore Romano, refiriéndose al documento sobre la Interpretación Bíblica que emitiera la Pontificia Comisión Bíblica en 1993 bajo su guía cuando era entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
"Hemos escuchado todo el bien posible que puede derivar de la exégesis" con este método "pero debemos considerar también sus riesgos El método histórico-crítico ayuda a comprender que el texto sagrado no es mitología, sino verdadera historia, ayuda a captar la unidad profunda de toda la Escritura. Con contribuciones con frecuencia de altísimo nivel académico también ayuda a percibir toda la realidad del hecho, pero también puede llevar a pensar en la Biblia como un libro que solo tiene que ver con el pasado", precisó Benedicto XVI.
Según esta visión, en Alemania, por ejemplo, corrientes exegéticas niegan la institución de la Eucaristía, y el cuerpo de Jesús habría quedado en la tumba. De este modo desaparece la presencia de lo divino en lo histórico, constató.
Esta interpretación, siguió diciendo, crea una fosa entre exégesis y lectio divina, y causa perplejidad a la hora de preparar las homilías. Con esta visión, la escritura no puede ser "el alma de la teología", constató, y la teología deja de ser interpretación de la escritura en la Iglesia.
Para la vida y misión de la Iglesia es totalmente necesario superar el dualismo entre exégesis y teología, subrayó. Son dimensiones de una misma realidad. Por eso, el obispo de Roma sugirió introducir dos proposiciones para este Sínodo: desarrollar la exégesis no sólo histórica sino también teológica, y ampliar la preparación de los exegetas en este sentido para ampliar la visión de la exégesis.
La intervención del Papa siguió el mismo formato de las intervenciones preparadas por los obispos en el debate y fue recibida con un aplauso.
Oportunísima intervención de Benedicto XVI en el Sínodo, por Luis Fernando Pérez