(Luis F. Pérez/InfoCatólica) –¿Cómo va el nuevo proyecto educativo del Colegio San Juan Evangelista?
Bien, muy bien. No pensé que alcanzaríamos tan pronto las cotas de calidad que se están consiguiendo. La Dirección del colegio y el profesorado están haciendo un esfuerzo encomiable, digno de agradecer por todos los que pertenecemos a la familia del San Juan Evangelista.
–¿Familia? ¿Ha llamado al colegio 'familia'?...
Sí, es una gran familia compuesta por los padres, los profesores y empleados del Colegio y los alumnos. Y, como tal, nos preocupamos los unos, por los otros y nos ayudamos para ser cada día un poco mejores.
–¿En qué ha cambiado o mejorado el colegio del año pasado desde que empezó su singladura?
En muchas cosas. El año pasado, de una manera coherente e inteligente, se pusieron las bases para desarrollar un proyecto educativo de largo recorrido. Porque un Colegio no se hace en un día, no es algo que compras y te lo dan como una casa o un coche. Es algo que lleva su tiempo y, como el vino, con el tiempo, va mejorando y enriqueciéndose.
La Dirección del Colegio tenía muy claro que, aunque muchos requerían inmediatez y prisas, lo que había que hacer era todo lo contrario: trabajar con serenidad, seguridad, profesionalidad y confianza. Este año se han desarrollado muchas cosas, de manera excelente, gracias al trabajo realizado el año pasado. Cosas que no veíamos y demandábamos, pero que si se hubieran hecho deprisa y corriendo hubieran sido un fracaso.
–¿Qué cosas se han hecho?
Se ha creado un Gabinete Psicopedagógico muy potente para un colegio, con dos psicólogas y una psicopedagoga, gracias al cual se hace un seguimiento de cada uno de nuestros alumnos desde el comienzo del curso y se hacen adaptaciones curriculares con aquellos que lo necesitan. En definitiva: Conocer profundamente a cada uno de nuestros alumnos para poder ayudarles mejor, como siempre dijimos.
Hemos logrado aplicar nuestra metodología Grundstein al cien por cien en todo Infantil, aumentado el número de horas de inglés significativamente, llegando a un 50% con el sistema dual de español-inglés. El colegio cuenta incluso con profesorado nativo.
Se ha implantado una oferta en infantil de primer ciclo increíble, con unos resultados extraordinarios, gracias al esfuerzo que hace el colegio con los niños de dos años, sabedores de la importancia que tiene en estas edades implantar unos fundamentos en su desarrollo que serán la base de su éxito futuro. No nos podemos olvidar que tenemos doce niños en dos años y cuentan permanentemente con una profesora de infantil, una técnico y psicóloga y una auxiliar. Este esfuerzo que hace el colegio es incomparable pero los resultados son muy gratificantes.
Se ha creado una escuela de música, una coral. Los alumnos que quieran pueden estudiar piano, violín o trompeta... Se ha reforzado el estudio de la música, coherentemente con la importancia que nuestro proyecto educativo siempre le ha dado al conocimiento del arte. Se trabaja en todas las aulas con pizarras digitales. Los alumnos conviven en un ambiente tranquilo, de esfuerzo y alegría, en un edificio modernísimo totalmente climatizado y ventilado...
–¿Cómo les está afectando la crisis?
Pues como a todo el mundo, generando problemas y esfuerzos añadidos. Por eso hacemos todo lo posible para ayudar a las familias que confiaron en nosotros. Nuestro nivel de ayudas es altísimo. No hemos subido las aportaciones ni un céntimo, en el comedor la subida es inferior al incremento que ha provocado el la subida del IVA, los uniformes no se han subido, solamente la ruta ha sufrido un incremento significativo por la subida de los carburantes. En definitiva, que buscamos formulas para que los padres puedan pagar menos. Hacemos todo lo que está en nuestra mano.
–¿Los padres lo saben?
Creo que sí. Nosotros hacemos verdaderos esfuerzos por mejorar en los temas de comunicación y creo que este año hemos avanzado muchísimo.
–¿Qué opina de los problemas de la concertada en estos tiempos de crisis?... ¿Hay que pagar o no hay que pagar?
Si queremos una educación gratuita, en este país tenemos la suerte de contar con una opción que es el colegio y el instituto público, mantenidos con el dinero de todos los contribuyentes. Si unos padres, ejerciendo su libertad para elegir la educación que quieren para sus hijos, deciden llevarles a un centro educativo privado concertado, donde saben que tienen que contribuir con unas aportaciones para el sostenimiento del centro, creo que ha de ser respetada esa opción e impulsada para que muchas familias puedan ejercer ese derecho en toda España.
–Una familia que no quiere o no puede pagar, está claro que su opción es el colegio público. Una que quiere y puede pagar, está claro que en la privada. Pero no parece tan claro en el caso la concertada...
En la concertada todas las partes salen beneficiadas. La administración se ahorra unos quince millones de euros que le costaría construir un nuevo centro educativo. Los padres pagan un privado a precio de concertado: unos trescientos euros menos por niño. La propiedad del centro aumenta sus posibilidades de llenado: ingresa menos, pero es una opción más segura. Y, además, la sociedad es más libre, pues se abre el abanico de posibilidades de ejercer su libertad. La duda de pagar o no pagar en la concertada, no existe, pues un padre cuando elige un colegio concertado, libremente, en su decisión ya ha ponderado que quiere colaborar con el centro, porque piensa que eso es bueno para sus hijos y le merece la pena hacer ese esfuerzo.
Además, los padres no son tontos y ven en la concertada, no solo una opción basada en temas ideológicos, sino que sopesan claramente el plus de calidad que les aporta ese colegio concertado. Nadie te obliga a ir a un centro privado concertado, eres tú el que quieres esa opción y coherentemente la apoyas. Cualquier otra postura sería irracional.
–¿En qué se nota la condición de católico de su colegio? ¿Comparten todos los profesores el ideario del centro?
Todos compartimos esa forma de entender la vida y es por eso que nuestra entrega es mayor, siguiendo el ejemplo de Jesús. Todos nuestros pensamientos y acciones se configuran desde esa forma de entender la vida católica, de una manera sencilla y natural, sin llamar la atención, sin estridencias, esforzándonos por poner a Cristo en nuestros quehaceres, en las cosas pequeñas de cada día. Todos nos esforzamos por tener un ambiente de alegría, de trabajo, y de compañerismo en nuestras aulas. Y quizás sea eso lo que más llama la atención, la alegría y la tranquilidad que se respira en el colegio.
–¿Qué tiene que decir sobre la asignatura de Religión Católica y los ataques que reciben de los sectores más laicistas del país?
Pues que esas posturas son solo entendibles desde el desconocimiento y la mala información, porque ¿cómo se puede atacar a una asignatura que da a conocer el evangelio, una asignatura donde nos enseñan a respetar a las personas, a perdonar, a darle la mano a tu enemigo, a amar al prójimo, a ser alegres y optimistas, a entregarse a los demás, a ser generosos, a encontrar la felicidad haciendo felices a los demás, a amar a Dios nuestro Padre?. . .
Somos los católicos, con nuestro ejemplo de vida, los que tenemos que conseguir cambiar esas posturas, viviendo con alegría dentro de nuestra Iglesia, que siempre está ahí, acogiéndonos y consolándonos en nuestras dificultades y acompañándonos en todos los momentos de nuestras vidas.