(EP) «La Iglesia también hace denuncias, otra cosa es que sean silenciadas en los medios», ha explicado el obispo. Durante la entrevista, Mons. Munilla también ha sido preguntado por si los recortes de la crisis han llegado al sueldo de los religiosos, ante lo que ha recordado que «no hay ninguna empresa en España en la que el sueldo del último de sus miembros sea el mismo que el de un obispo», que es de mil euros, «como el de cualquier sacerdote», según ha reconocido.
Asimismo, y dada la situación que están viviendo muchas familias, el obispo de San Sebastián ha pedido a todos los sacerdotes que den su paga extra de Navidad a la campaña de Cáritas.
Mons. Munilla también ha explicado que si el Presupuesto del Gobierno destinado a la Iglesia será el mismo del año pasado no es porque el Estado lo decida, ya que «son los contribuyentes que marcan la X libremente».
Por otro lado, también se ha referido a la liberación del etarra Iosu Uribetxeberria Bolinaga, liberado por su estado de salud, considerando «inmoral» que haya personas que reivindicasen su libertad «haciendo apología del terrorismo sin condenar sus crímenes».
«Otra cosa es que habiendo condenado sus crímenes sea conveniente que el Estado tenga la altura moral de que los principios humanitarios estén por encima de las personas», ha explicado el obispo.
Relación jóvenes-Iglesia
Preguntado por un informe reciente que destacaba la desafección que siente hacia la Iglesia el 50% de los jóvenes españoles, Mons. Munilla ha defendido que «se puede dar la vuelta» a estos datos y, a su juicio, es mejor pensar que «la mitad creen en Dios».
«El titular es que la iglesia tiene el don de la fe y queremos compartirlo», según el obispo de San Sebastián, que cree que las dudas de los jóvenes pueden servir a la Iglesia a aprender a expresarse mejor para conectar con ellos.
No obstante, ha reconocido que «los datos de las encuestas de desafección juvenil son crudos», aunque también apunta que «los que conocen la Iglesia de cerca tienen unas opiniones mucho más positivas». «El problema no es el rechazo, es el desconocimiento del mensaje», ha aseverado