(Analisis Digital) En su homilía, Mons. López de Andújar señaló que «nuestra diócesis se llena de alegría y da gracias a Dios por el regalo de un obispo auxiliar que pueda compartir conmigo la carga y el gozo del ministerio apostólico, en comunión plena con el sucesor de Pedro y con la colaboración fecunda del presbiterio diocesano, para el servicio de todo el Pueblo Santo de Dios, con el que compartimos el sagrado mandato del Señor de anunciar el evangelio a todas las gentes».
Destacó algunas características que el Señor requiere del siervo. En primer lugar, habló de la «fidelidad» porque «con nuestro ministerio sacerdotal, conducimos a los hombres hacia Jesucristo y por medio de Jesucristo al Dios vivo. Y así, llevándolos al Dios vivo, les introducimos en la verdad y en la libertad que deriva de la verdad». Y añadió: «La fidelidad del siervo de Cristo consiste en transmitir fielmente las palabras de Cristo. Sólo Cristo tiene palabras de vida eterna y estas palabras son las que los ministros del Señor debemos llevar a la gente. Son el bien más precioso que se nos ha confiado».
En segundo término, se refirió a la «prudencia» de la que habla el Señor, «que está unida a la verdad». «Prudencia significa ponerse en búsqueda de la verdad y actuar conforme a ella. El siervo prudente es ante todo un hombre de verdad y un hombre de razón sincera».
También hizo alusión a la «bondad», entendida como que «crece cuando el hombre se une interiormente al Dios vivo».
«Querido José, nosotros, obispos y sacerdotes, somos el amor del Corazón de Jesús. Vivimos una cultura sin corazón, sin alma, sin Dios. Y un mundo sin Dios es un mundo desesperanzado y descorazonado. Nuestra misión es dar al mundo un corazón y ese corazón, el único corazón que puede darles vida es el Corazón de Cristo que ha de hacerse visible ante los hombres con nuestro amor», manifestó.
Saludo del nuevo obispo
En su saludo, el nuevo obispo Auxiliar de Getafe, Mons. José Rico Pavés, afirmó que «Dios es Amor», haciendo referencia a las palabras de san Juan de Ávila. Y es que «en el conocimiento de esta Verdad está la vida; para proclamar esta Verdad hemos sido enviados. Pero, ¿cómo conseguir que todos, creyentes y no creyentes, lleguen a saber que Dios es Amor? Dejadme que os proponga tres caminos, a través de los cuales expresar mi gratitud en este día: primero, mirar el momento presente con esperanza; segundo, descubrir en el encuentro con Cristo la fuente de la alegría plena; y tercero, no olvidar la fuerza de las lágrimas».
En sus palabras de agradecimiento, se acordó, en primer lugar de sus padres, «donde he despertado a la fe y he crecido compartiendo la alegría de creer», de la Asociación privada de fieles Acys, de la diócesis de Granada, «donde comencé las tareas apostólicas», de la diócesis de Toledo. Agradeció a cuantos trabajan en la Casa de la Iglesia, sede de la Conferencia Episcopal Española, y a su nueva diócesis de Getafe, a don Joaquín, «que con bondad extrema, me ha acogido como padre y hermano». También recordó a «Don Eugenio Romero Pose, cuyo amor alegre a la Iglesia quiero tener siempre como referente».
Finalmente, proclamó: «Muy querido don Joaquín, queridos sacerdotes, personas consagradas y fieles seglares de la diócesis de Getafe, ayudadme a ser vuestro obispo auxiliar. A todos digo desde ahora, con las palabras que inspiraron el ministerio ejemplar del primer obispo de esta diócesis, Don Francisco José Pérez y Fernández Golfín: Muy gustosamente me gastaré y me dejaré desgastar por vuestras almas (2 Co 12, 15)».
Y confió su ministerio «a la Virgen María, Nuestra Señora de los Ángeles, de quien quiero ser su esclavo, y al auxilio de Santa Maravillas de Jesús, de San Benito Menni y de los Beatos Mª. Ángeles de san José, Faustino Míguez y Jacinto Hoyuelos».