(Agencias/InfoCatólica) La declaración de la Academia Nacional de Educación, que preside Pedro Luis Barcia, advirtió que esos métodos son prácticas utilizadas “por regímenes totalitarios para adoctrinar a la juventud”. Afirma que “Los fines y los objetivos de la política educativa nacional son, entre otros, asegurar la participación democrática de docentes, familias y estudiantes en las instituciones educativas de todos los niveles. Esta participación no incluye las organizaciones políticas con actividades partidarias”.
Por esta razón, la Academia Nacional de Educación ve con preocupación la serie de hechos de los que hemos tenido público conocimiento en estos días –violatorios de los fines y objetivos de la política nacional establecida en la Ley 26206– donde grupos partidistas han desarrollado en varias escuelas del país talleres de adoctrinamiento partidario con presencia en el interior de los establecimientos de personas ajenas a la educación con banderas, lemas, cantos y figuras de facciones políticas.
Estos métodos de adoctrinamiento de niños y jóvenes, en el seno mismo de las escuelas, aparte de ser violatorios de la Ley, constituyen una práctica condenable, por haber sido históricamente utilizada por regímenes totalitarios para adoctrinar a la juventud. Valoramos las acciones de todos aquellos que preservan y respetan el ideario de una sociedad democrática en la que no caben ni el silencio, ni la tolerancia, la anuencia o la autorización por parte de las autoridades educativas nacionales, provinciales o propias de cada establecimiento frente a acciones de carácter sectario.
No se puede avalar dicho actuar ilegal y desconocer todo el esfuerzo que los docentes argentinos hacen desde siempre y día a día para formar como democráticos ciudadanos a nuestros niños y adolescentes. Pensar que este proceder es necesario para formar argentinos porque durante mucho tiempo deformaron a los argentinos, implica que ni los docentes, ni las autoridades de los colegios, ni las autoridades educativas de la Nación y de las provincias cumplen con sus objetivos.
No se puede ignorar la tarea cotidiana de nuestros maestros y profesores y descalificar con injusticia el aporte que realizan para la construcción de una patria democrática.
En su página web, el Consejo Superior de Educación Católica (Consudec) publicó la declaración de la Academia y sugirió su lectura a los directivos de los colegios.
“Cuando yo iba al secundario, teníamos educación cívica y aprendíamos temas de ciudadanía, pero llevar cosas partidarias a las escuelas es un error”, manifestó el arzobispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez.
Saldrán de las escuelas pequeños teóricos críticos semianalfabetos
Monseñor Aguer dijo que la Iglesia no necesita que “la agrupación aludida (que no citó por su nombre) se entrometa en nuestras escuelas, porque el proyecto educativo católico incluye una dimensión muy importante de formación para la vida social”.
“Ante todo mediante el estudio de la Doctrina Social de la Iglesia, y por la formación de los chicos en los auténticos valores humanos, especialmente en el respeto a la justicia y la práctica de la solidaridad que se ponen en ejercicio en diversas actividades que fomenten la participación de todos los alumnos”, recordó.
El también miembro de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas sostuvo que “hilando fino” estos acontecimientos que han ocurrido en escuelas del país pueden relacionarse también a los proyectos presentados “por algún legislador que propone bajar la edad del derecho a votar, que en lugar de los 18 años podría ejercerse a los 16”.
“Algunos analistas piensan, asociando estos dos acontecimientos, que se quiere preparar en los colegios electores para un determinado partido político”, precisó. “Como vemos, esto está desfigurando la auténtica finalidad de la educación”, sentenció.
El arzobispo opinó que este accionar de La Cámpora se inscribe “en un escenario mucho más amplio, que se venía preparando cuidadosamente. Me refiero a un cierto adoctrinamiento que se hace desde hace tiempo a través de los diseños curriculares de algunas materias como Construcción de Ciudadanía o Política y Ciudadanía”.
“Si uno lee, por ejemplo, los diseños curriculares de estas materias, propios de la Provincia de Buenos Aires, advierte que la bibliografía es por completo unilateral. Se inspiran en Nietzsche, Horkheimer, Foucault, y Gramsci. No aparece ninguna cita de los grandes referentes de la tradición social y política argentina”, cuestionó.
Aguer afirmó que “si da resultado este proyecto saldrán de nuestras escuelas pequeños teóricos críticos, pero semianalfabetos”. “No se puede ocultar el deterioro que se ha producido en la trasmisión de los saberes básicos que son leer, escribir y calcular. La reforma de los años noventa aceleró la decadencia, y la reforma de la reforma la agravó aún más”, concluyó.