(La Razón) El expresidente del Gobierno ha reconocido, al inicio del debate, que su asistencia a esta convocatoria de la Universidad Católica de Ávila (UCAv) y del diario «La Razón» ha sido «discutida» e incluso ha recibido «algunas incomprensiones».
«Ya ven que mantengo mi espíritu optimista», ha dicho en tono irónico el expresidente del Gobierno, que ha estado acompañado por algunos de sus excolaboradores más estrechos. Entre ellos figuraban el expresidente del Congreso, José Bono, el expresidente de la Generalitat y ex ministro de Industria, José Montilla, o los exministros Beatriz Corredor, Miguel Sebastián y Ángel Gabilondo.
También han acudido el portavoz del PSOE en el Senado, Marcelino Iglesias, y el secretario general de los socialistas de Castilla-La Mancha y alcalde de Toledo, Emiliano García Page, y el portavoz adjunto del PSOE en el Senado, Antonio Gutiérrez Limones. Pero entre el público también había representantes del PP como el vicepresidente primero del Senado, Juan José Lucas, el exministro abulense Ángel Acebes, y el secretario general del grupo parlamentario popular en la Cámara Alta y presidente del PP de Ávila, Antolín Sanz.
Recinto lleno
Todos ellos han acudido después de que el cardenal Antonio Cañizares llegara al recinto en torno a las 10.30, una hora antes de que Rodríguez Zapatero hiciera su aparición a las puertas del «Lienzo Norte», situado a apenas 100 metros de la muralla de Ávila
José Luis Rodríguez Zapatero empezó su alocución diciendo que, «voy a decir con claridad desde el principio que esta es una iniciativa valiente que generará debate. Unas palabras deseo dedicar al cardenal Cañizares: le conocía hace algo más de 10 años en Granada. Acudió a una conferencia que yo impartía como líder del PSOE. A partir de ahí hemos ido fraguando una relación con ideas diferentes, pero que ha permitido un diálogo fructífero que ha ido creciendo en el tiempo y ha llegado al afecto. Deseo hoy exponer mis ideas con un espíritu constructivo, pues el diálogo, la palabra es la fuente principal del Humanismo. El Humanismo es el ideal más alto que la civilización ha puesto sobre nosotros. De una u otra manera está presente en todas las culturas, todas las religiones».
También se ha referido el expresidente a la libertad. «Las grandes constituciones de Occidente son aconfesionales y eso es razonable porque así se garantiza mejor la libertad, pero sería absurdo ignorar que el Cristianismo ha ejercido una influencia decisiva sobre Europa en los últimos 1.000 años. Además, debo hacer un reconocimiento a quienes desde la Iglesia y los Gobiernos han logrado ese equilibrio de convivencia entre un respeto a la Constitución, el aprendizaje. Este debate se produce en un momento en el que existen más incertidumbres que seguridades y eso tiene mucho que ver con lo que todos conocemos y eso tiene mucho que ver con el futuro de Europa. Y detrás de Europa están los mejores valores».
Tras esta primera intervención de ambos participantes, comenzó el debate propiamente dicho, en el cual el cardenal se refirió al papel de la Iglesia en la esfera pública.
«A veces parece que la Iglesia recibiese una serie de beneficios, pero no es así. Toda sociedad, aunque sea laica, necesita de valores no manipulables, válidos para todos y que hay que seguir y que no podemos ponernos por encima, si queremos que haya una sociedad en paz y respeto. Esto creo que es fundamental. Y la crisis viene precisamente porque se ha perdido ese grupo de valores, sin los cuales no podemos conducir esta sociedad».
Rodríguez Zapatero contestó al cardenal diciendo que «la religión debe abandonar ese intento de monopolizar todos los aspecto de la vida. La trascendencia del debate religioso es fundamental, incluso en estados aconfesionales. Y ese debate pasa por escuchar a todas las partes, para aprender».
Francisco Marhuenda, como moderador, planteó el tema de la crisis, si es sólo económica o de valores.
Cañizares: «La crisis económica nos indica cuál es la raíz que es que se ha olvidado del bien, de la verdad, de tantos otros aspecto que constituyen la base sobre la que tiene que regirse cualquier economía al servicio del hombre, de la familia, de aquellos aspectos fundamentales que priman a la sociedad. Los padres de Europa no querían simplemente una Europa de los mercaderes. La unificación europea puede ser por otras vías que no sea sólo la económica, que enfrenta a unos países con otros. Detras hay una crisis de valores. Si no hay un bien común, de la familia, nos hace pensar que necesitamos una Europa nueva».
Rodríguez Zapatero: «En los últimos cincuenta años la esperanza de vida ha aumentado, la tasa de analfabetismo se ha reducido, la mortalidad infantil se ha reducido desde 1960 de un 126 por mil a un 50 por mil. Después de la Segunda Guerra Mundial, estamos ante un periodo en el que menos muertos por guerra ha vivido la Humanidad. Podríamos hacer referencia a la lucha contras las enfermedades, que se ha extendido; a la libertad política, que ha aumentado y llega a más países que nunca... Ahora Europa tiene que hacer una unión política, que incluye la unión monetaria, que se hizo de manera imperfecta, porque a la moneda común se le debía haber unido una unión fiscal, un tesoro común... Mi opinión es que sea crisis de valores o sólo económica, Europa saldrá adelante».
Cañizares: «Cuando la vida no es respetada, cuando la familia no está lo suficientemente protegida, cuando África está sumida en una desgracia cada día mayor, con el olvido de los países de Occidente, no hay un futuro para esta Europa y para este desarrollo innegable, si se produce en contra del bien y del mal, del hombre, de la verdad. La juventud hoy no sabe qué es lo bueno y qué es lo malo. Viven inmersos en un relativismo, en una ética situacional. Ese futuro no será posible si no está asentado en los valores y ahí tiene una responsabilidad enorme la iglesia y eso pasa por una nueva Evangelización».
Rodríguez Zapatero: «Europa debe ir en el horizante de unirse políticamente. Está en el espíritu del Humanismo, está en el pensamiento cristiano, que siempre ha pensado en la unión europea. La situación actual no nos debe hacer olvidar los grandes avances. Creo en el espíritu europeo, pero para ello los Estados deben salir de sí mismos. Los valores de la dignidad humana, que en el fondo es el Humanismo, ayudan, pero no por sí sólo resuelven la recuperación económica. Ayudan, pero también hay que hacer la otra parte, la netamente política».
«La gran cuestión es si Europa va a ser capaz de dar los pasos que tiene que dar a tiempo. ¿Qué nos enseña lo peor de la historia europea? Que las afirmaciones cerradas, las ideologías cerradas, absolutas, son, antes o después, destructores. El Humanismo sabe que vale más defender la libertad que cualquier promesa tentadora y en eso clave la aportación del cristianismo, sin caer en el error de olvidar otras civilizaciones. Pero Europa debe asumir su papel sin complejos, porque sigue siendo la idea más razonable para la mayoría de los hombres.Europa debe obtener por si mismo el respeto que se merece por sus logros, igual que nuestro país. Y sin duda la mejor manera de afirmar la identidad de Europa y de España es ver cómo nos ven desde fuera y siempre nos han reconocido por defender los valores de la diginidad, las libertades políticas y así debemos seguir y con el diálogo y con la perspectiva histórica se pueden dar esos pasos».
Cardenal Cañizares: Estamos entre demócratas, pero no hay democracia sin conciencia, sin asentamiento en principios del bien y del mal, sean del credo que sean.
Rodríguez Zapatero: «Estoy de acuerdo en lo de la democracia sin conciencia, porque democracia es conciencia, conciencia en los valores del respeto. Esa conciencia, en defintiva, se traduce en un núcleo esencial de principios, de derechos y de valores que tienen una plasmación normativa en las constituciones. Tengo el profundo convencimiento de que en las leyes hay un amplio reconocimiento de los valores que defiende el cristianismo. Y eso sólo se logra con la deliberación, el diálogo, la palabra, el discurso y el respeto, que es la palabra más bonita del castellano».
Cardenal Cañizares: «Ha utilizado una palabra que comparto: soñadores. Hacen falta soñadores, quijotes. Hablar de ensoñación me trae a la cabeza la juventud, el futuro de nuestra sociedad. Aman la vida con pasión y se aferran a ella, anhelan la paz, desean vivir con esperanza, aman la verdad y no renuncian a ella. No es verdad, dice el Papa, que la juventud piense sólo en el lujo y el placer. Pero los ofrecemos sucedáneos de todos esto que, al final, les hacen infelices. Uno de los retos principales es una vida bella, una civilización del amor, una paz diariamente construida... y un trabajo, claro está».
Rodríguez Zapatero: «Me alegra oír al cardenal Cañizares citar el Quijote, pues compartimos muchas cosas, porque, como dijo Sancho Panza, la libertad es el bien más preciado. Y en cuanto a los jóvenes, la gran tarea europea y de toda la sociedad es cómo hacemos la tarea de recuperación de los jóvenes. Tenemos la generación de jóvenes con más formación y potencial, más solidaria y participativa. Eso es un enorme capital humano, social y político.
Para cerrar el debate, Francisco Marhuenda planteó la cuestión del diálogo
Cardenal Cañizares: »El diálogo siempre es por respeto hacia la persona. Y si educamos para el diálogo, educamos para el respeto, para una economía mejor. Diálogo es tolerancia, no es intransigencia. Trabajar por el diálogo es trabajar por un mundo mejor, por una sociedad mejor«.
Rodríguez Zapatero: »El diálogo es la puerta que abre todos los caminos. Y dialogar no es sólo sentarse delante de otro. El diálogo es reflexionar. El diálogo respetuoso y sinciero facilita el sosiego, alimenta la reflexión, contribuye al progreso y en eso estamos completamente de acuerdo y ójala el diálogo en nuestro país nos enriquezcan a todos y nos ayude a aceptar cosas de lo que piensan otros«.
Cardenal Cañizares: »Una de las claves del diálogo es el diálogo interreligioso. El diálogo es posible. Aceptamos al otro y que esa fe que vive el otro nos es común. Si alcanzamos ese diálogo interreligioso en la cuenca del Mediterráneo habrá paz«.
Rodríguez Zapatero: »De la doctrina de Benedicto XVI, lo más audaz de su pontificado es ese diálogo interreligioso y eso a España le sienta bien, pues siempre ha sido el gran puente de diálogo con el Mediterráneo, con América Latina y hay muy pocas naciones que tengan la posición para el diálogo que tiene España.
Con esta intervención finalizó el debate.