Con capacidad de orientar y decidir, así como de sancionar

El Pontificio Consejo «Justicia y Paz» propone una autoridad pública universal que regule los mercados

Esta mañana se ha presentado la nota del Pontificio Consejo «Justicia y Paz» titulada «Para una reforma del sistema financiero internacional en la perspectiva de una autoridad pública de competencia universal». La Iglesia, ha asegurado el obispo secretario del Consejo, no entra en cuestiones técnicas, pero cree que las nuevas ideologías marginan el bien común en favor de dimensiones económico-financieras y ponen en peligro las instituciones democráticas mismas.

(VIS) En la rueda de prensa celebrada en la Sala de Prensa de la Santa Sede han intervenido el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, presidente del Pontificio Consejo; el obispo Mario Toso, S.D.B., secretario; y Leonardo Becchetti, profesor de Economía Política de la Universidad de Roma Tor Vergata.

El Cardenal Turkson se refirió a la sexta reunión de los Jefes de Gobierno del G-20 que se celebrará los días 3 y 4 de noviembre en Cannes (Francia) para abordar cuestiones relativas a la economía y la financia mundial.

“El Santo Padre y la Santa Sede -dijo- siguen estas cuestiones con mucha atención exhortando y alentando constantemente no sólo 'una acción de conjunto', sino una acción basada en una 'visión clara de todos los aspectos económicos, sociales, culturales y espirituales'.  Con este espíritu de discernimiento, la Santa Sede, a través de la nota del Pontificio Consejo Justicia y Paz ofrece y comparte su aportación que puede ser útil para las deliberaciones del G-20”.

El obispo Toso explicó que la nota del Pontifico Consejo

“quiere proponer una reflexión sobre los posibles caminos a recorrer –en línea con el más reciente magisterio social de los pontífices– para alcanzar políticas e instituciones financieras y monetarias eficaces y representativas a nivel mundial, y orientadas a un desarrollo auténticamente humano de todas las personas y pueblos”.

Al afrontar la cuestión de la actual crisis del sistema monetario y financiero, la Iglesia no desea adentrarse en cuestiones técnicas, sino que se mueve en el plano de su competencia ética y religiosa. Así, señala como causas de la crisis no sólo las de carácter ético, sino más específicamente, las de tipo ideológico. Tras el ocaso de las viejas ideologías, han surgido nuevas “ideologías neoliberales, neoutilitaristas y tecnócratas que, al tiempo que marginan el bien común en favor de dimensiones económicas, financieras y técnicas absolutas, ponen en riesgo el futuro de las instituciones democráticas mismas”.

El prelado aseguró que es necesario superar esas ideologías mediante un “nuevo humanismo global, abierto a la trascendencia, (...) una ética de la fraternidad y la solidaridad, así como la subordinación de la economía y la finanza a la política, responsable del bien común”.

En cuando a las vías de solución, el Pontificio Consejo propone, retomando el magisterio social de los pontífices, especialmente de Juan XXIII y Benedicto XVI,

“que la globalización sea gobernada mediante la constitución de una autoridad pública de competencia universal“. Sugiere también reformar las actuales instituciones internacionales, que “deben ser expresión de un acuerdo libre y compartido entre los pueblos; más representativas; más participativas; más legitimadas (...) Deben ser 'super partes', al servicio del bien común de todos, capaces de ofrecer una guía eficaz y, al mismo tiempo, de permitir que cada país exprese y persiga el propio bien común, según el principio de subsidiariedad, en el contexto del bien común mundial. Solo así las instituciones internacionales conseguirán favorecer la existencia de sistemas monetarios y financieros eficientes y eficaces, o sea, mercados libres y estables, disciplinados por un adecuado cuadro jurídico, dirigidos al desarrollo sostenible y al progreso social de todos”.

“La Autoridad mundial deberá entender su facultad de orientar y decidir, así como de sancionar sobre la base del derecho, como un ponerse al servicio de los varios países miembros, para que crezcan y posean mercados eficientes y eficaces”.

Para que todo ello sea posible, es preciso recuperar “el primado de lo espiritual y de la ética y, con ello, el de la política, responsable del bien común”.

 

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10 comentarios

Germán Mazuelo-Leyón
Un Nuevo Orden Mundial, una sola Religión Universal y una sola Economía Mundial, ¿no suena a masónico y sionista?
24/10/11 11:18 PM
Sergei
¿Pero qué clase de propuesta es esta??
24/10/11 11:25 PM
ruben
Pues no.
¿Que estúpida solución que se antepone a la Soberanía Nacional de cada país es esa?. ¿Que van a poner a Poumpoy al frente? ¿se han bebido el juicio?

Lo que se debe hacer es perdonar a todos los deudores y restituir las tierras en el Jubileo.
¿Acaso se hizo allá en 1977?
Hay otra oportunidad en 2027 pero me parece a mí que muchos de los que ahora cacarean no van a estar...
24/10/11 11:44 PM
Ana_MS
"A sionista...". Para algunos, es que hasta en la sopa...¡qué obsesión enfermiza!. Paranoia total y completa.
24/10/11 11:50 PM
ruben
Pues no.
¿Que estúpida solución que se antepone a la Soberanía Nacional de cada país es esa?. ¿Que van a poner a Poumpoy al frente? ¿se han bebido el juicio?

Lo que se debe hacer es perdonar a todos los deudores y restituir las tierras en el Jubileo.
¿Acaso se hizo allá en 1977?
Hay otra oportunidad en 2027 pero me parece a mí que muchos de los que ahora cacarean no van a estar...
25/10/11 12:02 AM
Benigno Soto
El P. Iraburu, en su blog "Reforma o apostasía", dedicó una serie a "Católicos y política". Y en los números (107-109) mostró con muchos datos que los grandes Organismos Internacionales son muy marcadamente anti-cristianos.

En (109), concretamente, advierte que una Autoridad mundial, considerando la orientación de los Estados más influyentes del mundo, tendría muy probablemente un poder maléfico anti-Cristo y anti-Iglesia.
25/10/11 12:20 AM
Maricruz
Si como he escuchado que se han venido articulando fuerzas económicas para hacer quebrar a los más poderosos gobiernos del mundo pues no estaría mal oponérseles de esta forma.

Claro, esto lo digo sin entender una "p" de estos temas.
25/10/11 12:33 AM
Alberto
¿Una autoridad reguladora universal? Vaya, creo que en el Apocalipsis hablan de algo de eso. Y supongo que nadie podrá comprar ni vender si no lleva el número de la "autoridad reguladora universal" (ahora la llaman así). Jó, qué fuerte.
25/10/11 12:36 AM
Dionisio
Esto debe ser el primer paso hacia la autoridad pública mundial de que habla la Encíclica Caritas in veritate. Un dislate de tipo socialdemócrata. ¿Quien custodiará a los que custodian?. Como decía un gran pensador político,un Estado -en este caso limitado a lo económico (por algo se empieza)- sería un Estado tiránico (¿salvo que sea el Reino de Dios en la tierra?¿No ocuparía entonces el Estado el lugar de Dios, como en parte lo es ya en mundo dominado por la socialdemocracia?). La única posibilidad de evitarlo sería que hubiese al menos dos Estados para quien no se sintiese a gusto en uno de ellos pudiera escapar al otro. En fin, la socialdemocracia ha sustituido al cristianismo en las mentes de muchos eclesiásticos.
25/10/11 12:57 AM
Dreyfus
Hay todavía gente lo suficientemente retrógrada como para creerse a estas alturas lo de los Protocolos de los sabios de Sión y cuando aparece alguna cosa rara de estas, mete el término sionista venga o no venta a cuento.
25/10/11 1:01 AM

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