El aborto o el genocidio incesante

Queridos lectores, en este artículo de hoy vamos a abordar un tema extraordinariamente duro. Sabía que tendría que hacerlo tarde o temprano, pero no imaginaba que fuera a tener que ser tan pronto. Sucede, sin embargo, que una noticia publicada en InfoCatólica esta semana me ha empujado a ello; la noticia o más exactamente, una cifra contenida en la noticia: dos millones y medio de abortos en España, desde la legalización de este horrendo genocidio en 1985. Sé que al final de mi anterior artículo indiqué que, en el siguiente post iba a abordar otro asunto diferente, pero, a veces, la actualidad manda. No obstante, prometo retomar ese otro tema, sigo deseando hacerlo.

Voy a referirme, pues, a esta dolorosa cuestión en relación a España, aunque los lectores de otras naciones pueden tomar nota, igualmente; pues, tristemente, este horror satánico está presente en más países. Debo advertir, también, que el artículo va a ser duro. Simplemente, porque la realidad de este asunto lo es, extremadamente y mi idea es escribir para decir la verdad, no para andarme con tonterías. Vamos allá, pues, y que sea lo que Dios quiera.

Así pues, el aborto fue legalizado en España bajo el actual régimen del 78, causando, en cifras oficiales (en realidad, seguramente son muchos más, como veremos) dos millones y medio de muertos.

Dos millones y medio de muertos. Se dice pronto.

Ante esta terrible realidad, puede decirse, con toda tranquilidad, que el régimen del 78 es el más criminal y asesino de toda la Historia de España. Peor, incluso, que la II República española, que ya lo fue bastante. Pero lo del régimen del 78 clama al Cielo y con mucha insistencia. El aborto fue legalizado en España por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) – haciendo, así, honor a su pasado criminal –encabezado por Felipe González y Alfonso Guerra; y la persona que dio, a continuación, la orden a toda la nación de que esa ley, genocida y maldita, se cumpliera e hiciera cumplir fue el anterior Jefe del Estado, el rey Juan Carlos I (un individuo que, para encaramarse al Trono de España, juró solemnemente, por dos veces, una serie de cosas que después no solo no ha cumplido, sino que las ha combatido con denuedo, causando un daño incalculable a España). No voy a emplear epítetos para referirme a estas personas, aunque podría; me basta con exponer sus hechos. Ya saben: “Por sus frutos, los conoceréis” (Mt 7, 16).

¿Y qué se legalizó, exactamente? Pues se legalizó que, si se daba alguno de tres supuestos, tres circunstancias, las mujeres embarazadas, si lo deseaban, podrían acudir tranquilamente a un matadero de niños (que, muy inapropiada e hipócritamente, se suelen calificar como “clínicas”) a hacer que se exterminara al hijo que llevaban en sus entrañas por mano de unos profesionales, supuestamente de la sanidad, pero que, en realidad, son profesionales del asesinato a niveles industriales. Porque en eso consiste la legalización del aborto, ¿Saben? En aprovechar que el ser humano concebido y aún no nacido se encuentra en el vientre materno para acabar con él, sin que nadie tenga que responder por ello y favoreciendo que unos cuantos se llenen los bolsillos con semejante “negocio”. La víctima del aborto provocado, que es el niño – inocente a todas luces –, se encuentra en el vientre materno, pues, en el estado de mayor indefensión y debilidad que uno pueda imaginar y cuenta, desde su concepción, con su propio código genético y su propio sistema inmunológico, distintos de los de su madre; de forma que la única diferencia entre una persona concebida y no nacida y una ya nacida estriba en que, una vez nacida, la persona continúa su crecimiento y desarrollo.  No hay más diferencia, pues la persona ya existe y es ella misma desde el primer instante de su concepción. Ah, pero, aunque el niño concebido y no nacido ha iniciado ya su desarrollo en el vientre de su madre (que, estando embarazada, ya es madre, no “futura madre”), todavía no está visible, no lo está hasta que nace… Situación ideal para aplicar aquello de “ojos que no ven, corazón que no siente” y quitarlo de en medio.

Así pues, para que el niño muera, claro está que algo hay que hacerle. Suele diferenciarse entre el aborto quirúrgico (en un matadero de niños) y el aborto químico, que consiste en que la mujer embarazada consume una o dos pastillas asesinas, expulsando después, en su casa, al pobre niño muerto.

¿Y cómo se mata a estos pobres niños en el aborto quirúrgico? Pues de las formas más crueles e inmundas: Descuartizándolos, envenenándolos con solución salina (que, además, abrasa su piel) o asfixiándolos, por citar tres terribles ejemplos, que no son los únicos. Y ojo, que, a partir de cierto nivel de desarrollo, el niño ya cuenta con sistema nervioso y puede, por tanto, sentir dolor.

Todo este espanto es el que fue legalizado en España en 1985 por el PSOE, como decíamos. Ese partido, además, en 1988 legalizó la llamada “reproducción asistida”, que también es fuente de muchos abortos, ya que en ese tipo de procesos muchos embriones humanos fecundados artificialmente mueren. Después, llegó al Gobierno de España otro partido, el Partido Popular (PP), encabezado por José María Aznar. Un partido al que votaban muchos católicos españoles y que, sin embargo, no solo dejó en vigor la ley del aborto de 1985, sino que, además, legalizó el “aborto químico”, esto es, la venta y consumo de dos píldoras abortivas: La RU-486 y la llamada “del día después”; y, además, legalizó también la investigación con embriones humanos sobrantes en las actividades propias de la reproducción asistida, que se conservan congelados. Naturalmente, lo normal en esas investigaciones es que esos embriones humanos mueran, aparte de que se vulnere su derecho a la integridad física, claro está. Con lo cual, queda claro que el PP no es un partido de corte conservador que se “limite” a mantener en vigor las atrocidades que legaliza el PSOE, sino que él mismo ha ido legalizando sus propias aberraciones horrendas, como el partido profundamente anticristiano que en realidad es. Lo mismo que el PSOE. Sí, han leído bien: Lo mismo. Nada de “el PP es el mal menor”, en comparación con el PSOE. Sus frutos son los que son. De hecho, las cifras oficiales de aborto quirúrgico se dispararon, aún más, en España gobernando José María Aznar. Las cifras oficiales de abortos son públicas, pueden ustedes comprobar lo que digo, si no me creen. Y, si se añaden los asesinados por medio del aborto químico y la investigación con embriones humanos, las cifras de muertos, sin duda, multiplican bastante los dos millones y medio de muertos que antes citábamos. Aunque no sé si existen registros de tales muertes.

De ahí que resulte muy difícil comprender el apoyo, constante y pertinaz, de los medios de comunicación propiedad de la Conferencia Episcopal Española (CEE) al PP; al tiempo que la CEE se opone, con denuedo, a la existencia y crecimiento de auténticos partidos defensores de los principios innegociables que proclamó el entonces todavía cardenal Ratzinger, durante el Pontificado de San Juan Pablo II. Los Obispos nos deben a los católicos españoles una explicación sobre esta postura suya, en mi opinión, absolutamente errónea, injusta e inmoral, que tanto daño está haciendo a España. Aunque sé que no la vamos a recibir.

Retomando el hilo de la historia del aborto en España, en el año 2010, el PSOE, de la mano de José Luis Rodríguez Zapatero, sustituyó el sistema de aborto legal por medio de supuestos por un sistema de plazos. Para entonces, en España ya habían muerto asesinadas por aborto quirúrgico más de un millón de personas, en cifras oficiales. El PSOE, además, por medio de dicho cambio legal, proclamó el aborto como “derecho”, es decir, proclamó el supuesto derecho de las mujeres a hacer matar al propio hijo antes de que nazca (sin que se deje al padre del niño oponerse, si quiere que su hijo viva). El PP de Rajoy, por supuesto, dejó todo esto en vigor y así seguimos hoy en día. Se ha de decir, también, que los partidos separatistas son tan abortistas como el PSOE y el PP. De hecho, hasta donde yo sé, si no todas, desde luego la inmensa mayoría de las Comunidades Autónomas en España subvencionan el aborto. Incluyendo las gobernadas por el PP, por supuesto. Con o sin apoyo de VOX.

En el caso particular de este último partido, VOX, en teoría, es un partido provida. No obstante, su líder, Santiago Abascal, alguna vez ha hecho declaraciones defendiendo el aborto en caso de violación (error horrendo). VOX, además, hasta donde yo sé, no es partidario de penalizar de nuevo el aborto, sino de combatirlo solo con medidas de ayuda a las mujeres. Ayudar a las mujeres (o mejor, dicho, a las familias) a sacar a sus hijos adelante en vez de asesinarlos está muy bien y es lo que el Estado debe hacer. Sin embargo, el aborto provocado es un crimen monstruoso, que clama al Cielo y las leyes debieran transmitir este mensaje a toda la población. El asesinato de un niño antes de nacer no puede quedar sin castigo, porque es gravemente injusto. Hay que defender la vida del niño por nacer, como proclamó San Juan Pablo II en Madrid, en 1982. Ha de haber, pues, castigo de todos los que participan en un aborto: De la mujer (sí, de la mujer) que hace matar a su hijo; del padre del niño y/u otros familiares, amigos o profesionales sanitarios que induzcan a la mujer a abortar; de los “médicos” y “enfermeros” que perpetran el aborto, de los dueños de los centros “aborteros” que se lucran con este negocio criminal y de los políticos que lo subvencionan. Otra cosa es que, en el caso de la mujer, puedan, si acaso, concurrir circunstancias atenuantes de responsabilidad (que no siempre ocurre); pero dejar a la mujer impune es transmitirle un mensaje muy erróneo. Porque la primera y principal víctima del aborto es el niño asesinado. La mujer, luego, en muchos casos sufre consecuencias horrendas (el llamado “síndrome post aborto”), porque ella, en el fondo, sabe lo que ha hecho y su extrema gravedad. Pero la mayoría de los políticos no se ocupan de esto, porque a ellos las mujeres, en realidad, les importan un rábano. Y, si VOX se opone a penalizar el aborto, difícilmente puede ser considerado, en realidad, un partido provida.

En mi opinión, el aborto fue legalizado en España para descristianizar la nación, asestando un golpe durísimo a la conciencia moral de los españoles y abusando de la facultad legislativa del Estado, dado el inmenso poder pedagógico que, para bien o para mal, tienen las leyes. Asimismo, el aborto, al igual que la anticoncepción (legalizada por la – a Dios gracias, extinta – UCD, al igual que el divorcio) tiene como finalidad reducir drásticamente la población española. Es por todo esto, además, que los centros de abortos jamás son inspeccionados por administración pública alguna, a fin comprobar si los requisitos legales de abortos se cumplen o no.

¿Qué solución tiene todo esto? Les seré muy franca: Bajo el régimen del 78, ninguna. Porque el régimen del 78, tan apoyado y bendecido – Dios sabe cómo – por la Jerarquía de la Iglesia Católica, es así. Es un régimen anticristiano, antiespañol y profundamente enemigo de la vida humana y de la institución familiar. Profundamente enemigo de Dios, en definitiva. Y hoy, más de 40 años después del inicio de este régimen nefando, no estoy haciendo suposiciones, ni juicios de valor. Estoy diciendo, simplemente, lo que tenemos ante nuestros ojos, sin más. Por cierto, al rey Felipe VI el genocidio del aborto le importa un bledo; y este Rey, firmando la ley de eutanasia (legalizada por el PSOE de Pedro Sánchez y sus socios separatistas en el año 2021) ha demostrado ser como su padre, para desgracia de España. Al fin y al cabo, si se puede matar a niños indefensos antes de que nazcan, ¿Por qué no hacer lo mismo con los ancianos y los enfermos? Es la misma lógica perversa, aplicada de forma absolutamente inmisericorde.

Naturalmente, de Dios nadie se burla y el Señor seguirá pagando a cada uno, según sus obras: “En verdad os digo que cuando dejasteis de hacer eso con uno de estos pequeñuelos conmigo dejasteis de hacerlo. E irán al suplicio eterno” (Mt 25, 45 - 46). Roguemos a Dios por el fin del genocidio del aborto en España y en el mundo, por las almas de los pobres niños abortados y por las personas involucradas en estos crímenes abominables. Roguemos, también, por la clase dirigente española, tan profundamente perdida y hundida, en su inmensa mayor parte, en las tinieblas del error y la maldad. Hagámoslo, si no por simpatía o piedad, al menos por la cuenta que nos trae, ya que nuestra desdichada Patria está en sus manos. Hasta que Dios diga “basta”. Que el Señor, en su infinita Misericordia, nos guarde y ponga fin a tanto horror.

*Nota: Pido disculpas, porque la ilustración del post no es del todo justa con la situación del aborto provocado. Al fin y al cabo, durante la matanza de los Santos Inocentes, sus madres, al menos, intentaron defenderles y lloraron su muerte. No obstante, es una imagen que estimo que refleja, de forma equiparable, la crueldad con que las víctimas del aborto son exterminadas y por eso la he escogido.

 

7 comentarios

  
Carlos
Tan solo decir que la Constitución del 78, según el sentir de ls mayoría de sus ponentes, no amparaba el aborto, y establecía los fundamentos para defender la vida. Segundo la ley despenalizadora del aborto fue de 1983 (que en su desarrollo reglamentario era legalizadora) La sentencia del TC fue de 1985, (y a 30 años no era tan mala, el feto se le reconocía como sujeto de derechos) . El silencio de muchos obispos se mantuvo desde los inicios, o al menos no se notó su defensa.

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L.V.: Yo tengo el convencimiento de que la Constitución del 78 fue concebida, desde un inicio, para traernos al espantoso punto en el que estamos ahora. De hecho, el cardenal Tarancón dijo, en su momento, que los Obispos sabían que la democracia traería el aborto y el divorcio a España. Sin embargo, únicamente el cardenal González Martín advirtió de forma crítica, junto con un grupo reducido de Obispos, que esa Constitución no defiende la vida humana del concebido y no nacido y que traería, también, otros males horrendos; tuvo toda la razón, así ha sido. En todo caso, la Constitución regula el Tribunal Constitucional atribuyéndole poder para interpretar el texto constitucional como le da la gana. Ése es el truco. La sentencia de 1985 es un monumento a la hipocresía y al engaño, es una sentencia perversa, como lo es la propia Constitución.
22/03/25 6:17 PM
  
Javier Navascués
Excelente artículo señalando al PSOE como culpable de legalizar tan horrendo crimen del aborto en España y al PP por no combatirlo ni derogarlo cuando pudo hacerlo. Igualmente denuncias el grave error de Abascal de justificarlo en caso de violación.

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L.V.: Muchas gracias, Javier. Si me permites una matización, realmente, el PSOE legalizó el aborto quirúrgico y el PP, el aborto químico. Los pecados del PP en este asunto no son solo de omisión...
22/03/25 7:43 PM
  
Rubén (de Argentina)
Permítame felicitarla doctora por llamar a las cosas por su nombre y no emplear eufemismos para "suavizar" el abominable genocidio que está cometiendo el mundo todo.

En Argentina también el aborto campea a sus anchas, pese a que el gobierno actual se llena la boca proclamando que es provida. Cómo diría el Señor citando a Isaias: "este pueblo de labios me honra pero su corazón está lejos de mí". Y así pasa acá, provida de la boca para afuera, pero en los hechos, sigue siendo tan abortista como el criminal gobierno anterior.

Ahora, usted dice bien, esto es un crimen que clama al cielo. Y esto se paga. Pero a diferencia de las personas que pueden pagar sus faltas en la otra vida, las naciones no, son juzgadas y deben rendir cuentas en el tiempo. No quiero pensar en el castigo de Dios por toda esta sangre inocente derramada.

Comencé el comentario felicitándola por no emplear eufemismos; pues quiero terminarlo felicitándola también por su valentía al citar a los responsables con nombre y apellido.

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L.V.: Gracias a usted una vez más, Rubén. Me produce mucha tristeza esto que comenta usted sobre la situación en Argentina. No deja de resultar misterioso que una persona que ha hablado contra el aborto con la dureza con que lo ha hecho el presidente Milei, después, a la hora de la verdad, se quede de brazos cruzados, dejando que muchos niños sigan siendo asesinados antes de nacer. Terrible. Efectivamente, mucha, muchísima paciencia y misericordia está teniendo Dios para no habernos enviado, aún, un castigo terrible por este genocidio espantoso.
22/03/25 8:38 PM
  
Julieta
Un artículo interesante, pero me parece que deja la responsabilidad donde no está. La responsabilidad del aborto no es de un partido político que despenaliza es de una sociedad que le ha dado la espalda a Dios. Pensar que un estado "laico" y no seglar vaya a dar leyes para ayudar a la redención de la población es no comprender la batalla espiritual.
Ha sido una falta de la iglesia jerárquica primero y seglar después, ha sido un irse por el camino de bajada, ha sido un irse por la puerta grande.
No soy del pesoe ni del PP, pero no son ellos los únicos que han ido a abortar, ni son ellos los únicos que han dejado que tanto hombres como mujeres se den a las pasiones en lugar de dominarlas, ese es el rol de la iglesia y hay ha fallado. Me atrevo a decir hemos fallado o al menos he fallado.

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L.V.: Cuando Felipe González despenalizó el aborto en España, la sociedad española era, todavía, bastante más moralmente sana que la de ahora. Pero a él le dio igual, pues su partido ya tenía el propósito de descristianizar a la sociedad española todo lo posible, como, brutalmente, lo expresó Alfonso Guerra, con su famosa frase: "A España no la va a conocer ni la madre que la parió". El régimen del 78 quería descristianizar España y destruir la conciencia moral de los españoles; y, en buena medida, lo ha hecho, a golpe de mucha propaganda venenosa y de corromper terriblemente la legislación española. Y el papel de la Jerarquía de la Iglesia, efectivamente, fue... francamente mejorable, por decirlo suavemente.
En lo que a mí respecta, yo no tengo culpa en absoluto de esta situación, que he lamentado profundamente siempre. Y no creo que usted tenga culpa tampoco.
22/03/25 9:47 PM
  
Juan Mariner
¿Dña. Lina, por qué la Iglesia vaticana apoya a las democracias liberales occidentales y combate a Ortega, a Maduro, a los militares birmanos, no abortistas como
sí lo son los primeros? Porque los unos son los buenos demócratas y los otros son unos malvados dictadores, a pesar de bombas en los trenes y bajo los coches, balazos en las cabezas o accidentes de coche inoportunos.

Tagore dijo que por un clavo se perdió un imperio: saltó la herradura del caballo, cayó el jinete que llevaba el mensaje al frente y no llego a tiempo. Y por un centímetro se perdió una oreja y una agenda para un nuevo orden mundial.

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L.V.: ¿Que por qué la Iglesia Católica apoya las democracias occidentales? Muy buena pregunta, difícil de responder. En el fondo, yo también me la hago; sobre todo, a estas alturas de la película, en que ya se ha visto, con mucha claridad, lo que esas democracias dan de sí y lo que han provocado. Ya no se puede apelar al beneficio de la duda...
22/03/25 10:29 PM
  
Victor Gomez Uralde
Solo queda esperar que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos conceda una fuerte indemnización a Laboratorios Ordesa, productores de alimentos infantiles, por el serio lucro cesante que el aborto les ha ocasionado. Tendrán que derogarlo si no quieren seguir que tener pagando.

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L.V.: El problema demográfico tan fuerte que tenemos en España, entre otras razones, por este horror afecta, en realidad, a todo. A todo.
23/03/25 10:28 AM
  
Juan Mariner
Dña. Lina, el Vaticano proclamó su "dogma" de la Democracia Cristiana en el periodo de entreguerras, y no se ha movido de esta línea diabólica un ápice. Eminentes democristianos han entrado en el Vaticano sin llamar cuantas veces les ha sido necesario y han salido del Vaticano con claras consignas. Los jerarcas occidentales, en el fondo, siempre han sido unos maltusianos de tomo y lomo.

Agradezco su sinceridad en el texto, y no como otros hipócritas que nos amenazan con caídas de sus monarquías "católicas", rupturas territoriales borbónicas y posteriores dictaduras marxista-leninistas en España si no votas a los del PP-VOX y en el fondo, que es lo mismo, al Régimen del 78, como si se les hubiese parado el reloj a unos necios que escuchan estas soflamas desfasadas.
23/03/25 1:12 PM

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