La otra Inquisición
Sube al trono la hija de Enrique VIII y Ana Bolena, Isabel I (1558-1603), y una de sus primeras decisiones fue ilegalizar la Misa católica, sustituyéndola por los nuevos ritos del Libro de Oraciones. Años después en la visita que hace la reina a la Universidad de Cambridge, el claustro la agasaja con una serie de actos entre los que se incluye una representación burlesca de la Misa, por lo que uno de los profesores, disfrazado de perro , da saltos en el escenario con una hostia en la boca. Dos años después la reina acude a Oxford, donde le presentan a Edmund Campion, un joven talento, que acelera a partir de ese momento una brillantísima carrera académica. Pero cuenta Evelyn Waugh con su prosa vibrante que “Campion tenía eso que le hacía ser más que una persona decente, un embrión en le seno de su ser, madurando en la oscuridad, invisible, apenas móvil: el amor de la santidad, la necesidad de sacrificio. El no podía transigir” (págs. 40-41). Y a partir de ese momento las páginas del libro desprenden la grandeza y le dramatismo que siempre acompañan a las almas santas. Campion abandona el anglicanismo, huye hacia el continente donde se hace jesuita y se ordena sacerdote, para volver de nuevo a Inglaterra, a sabiendas que se dirige a un martirio seguro.
El libro cuenta cómo se había puesto en marcha un seminario católico en los Países Bajos. Allí se impartía una sólida formación teológica y litúrgica a jóvenes ingleses dispuestos a afrontar el martirio al regresar ocultamente al Reino Unido: “Unos años después de su fundación, el seminario ya estaba enviando cerca de 20 sacerdotes al año a Inglaterra, de los cuales, antes del final del reinado de Isabel, ciento sesenta habían sido ejecutados” (p.71). Naturalmente que esto no pasó inadvertido a las autoridades inglesas y se dictaron órdenes bien precisas para acabar con esta iniciativa, como la proclama del 10 de enero de 1581: “los parientes de los seminaristas estaban obligados a traerlos de vuelta bajo pena de pérdida de todos sus derechos civiles. Los jesuitas y los sacerdotes deben ser entregados; cualquiera que fuera encontrado albergando conscientemente a uno de ellos, era reo de sedición y alta traición” (p.165). Y es en esta parte del libro donde el autor describe la terrible persecución a la que fueron sometidos los católicos ingleses, muy alejada de esa imagen de tolerancia que les otorga a los ingleses el Acta de Emancipación concedida a los católicos en el siglo XIX, que a muchos les hace olvidar lo que había sucedido en los siglos anteriores.
Son del máximo interés los aspectos de la persecución religiosa llevada a cabo por la monarquía inglesa, que además de ser la máxima autoridad civil, se había constituido también en la máxima autoridad religiosa. Y Edmund Campion, amigo y protegido de la reina años atrás, vuelve a Inglaterra con el único objetivo de predicar, celebrar la Santa Misa y confesar a los fieles católicos en la clandestinidad… Y ríanse ustedes de la Inquisición Católica. Sorprendido en una celebración clandestina, es hecho prisionero y conducido a la Torre. Sometido en varias ocasiones al tormento del potro para que confiese su participación en un complot contra la reina que nunca existió, es condenado a una muerte infamante: arrastrado en las calles embarradas de Londres por dos caballos, es conducido al cadalso donde es colgado de una soga y cuando todavía esta vivo… Sigan leyendo ustedes, yo no soy capaz de contar esa barbaridad.
Waugh, Evelyn. Edmund Campion. Madrid 2009. Homo Legens. 269 págs.
Javier Paredes
34 comentarios
Lo de Campion es un ejemplo más de que la intolerancia religiosa entre cristianos de siglos pasados iba "por barrios". Se aplica aquello de "el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra". Ahora bien, también cabe el refrán de "unos cardan la lana y otros llevan la fama". Aunque en ese caso todos cardaban.
Un saludo, don Javier. Y enhorabuena por Homo Legens.
Marco
Esta los protestantes "celebraron" los mártires de la Reforma en España como todos los años. Se les olvidan demasiadas cosas, aunque me preocupa más que los católicos terminemos con síndrome de Estocolmo.
¿Sigue Vd.opinando, de la COPE,lo mismo que en 2005?.¿Aquello fue opinión o inquisición?
Creo que estés en Infocatólica es un peligro para ti y para mí - ¿no te lo ha dicho Luis Fernando? -.
Es broma.
Saludos y suerte.
Estoy seguro que aprenderemos mucho (yo seguro estoy de eso al respecto de mí) con tus artículos.
Un cordial saludo, Profesor Paredes y sé que aprenderemos mucho de su sabiduría. Y felicitarle por esa maravillosa y cuidada edición de Homo Legens de "La Ciudad de Dios" de San Agustín que tuve el placer de leer este último verano.
Cuando María Tudor entró en Londres como reina, él era un escolar que tomó a su cargo la salutación en latín para su majestad: Sir Thomas Whit, lord mayor, le asignó una beca para el Colegio Saint John's de Oxford, la que aceptó pasando a ser uno de los primeros alumnos, graduándose a los dieciséis años. Campion se distinguió en Oxford en 1560, cuando dio una oración en el responso de Amy Robsart, y otra vez en el funeral del fundador del mismo colegio; por doce años seguido e imitado, y no hubo otro hombre como él y Newman en la universidad inglesa. Tomó ambos grados y comenzó como Tutor, y en 1568 como Procurador Subalterno (Junior Proctor). Fue nombrado Orador (Speaker) y luego Investigador (Sought) en dicha institución. La reina Elizabeth I visitó Oxford dos años antes en 1566, y junto con Robert Dudley, Conde de Leicester, entonces Canciller y galán favorito de la reina, salieron muy bien impresionados de la presencia, belleza e inteligencia desplegada por Campion. La reina Elizabeth le ofreció la diaconía en la Iglesia de Inglaterra. Él declinó el ofrecimiento, pasó un tiempo a Irlanda en Dublín, para luego huir hacia el continente europeo, iniciando una peregrinación a la ciudad de Roma.
Luego se unió a los Jesuitas (Compañía de Jesús), a la muerte del Padre General San Francisco de Borja, y siendo recibido por el Padre Mercurianus; ordenándose de sacerdote en 1578.
Durante el tiempo de su formación jesuítica estudió y trabajó en las ciudades de Bohemia, Praga, Brunn en Moravia, para luego retornar a Londres como parte integrante de la misión de los Jesuitas en dicha isla, cruzando el Canal de la Mancha disfrazado como un comerciante de joyas. En Londres escribió una descripción de su nueva misión en la que explicó su trabajo desde el punto de vista estrictamente religioso y no político. Entre otras obras escribió su famoso "Decem Rationes" (Diez Razones). Así empezó a ser conocido como el jactancioso Campion. Desplegó una gran actividad religiosa contra la iglesia de Inglaterra y a favor de la Católica Romana y del Papa, como la única fe verdadera, incitando a muchos Católicos a permanecer leales a su fe. Todo ello condujo al arresto de Edmundo y a su encarcelamiento y tortura en la Torre de Londres, y finalmente al martirio. Murió el 1° de Diciembre de 1581, siendo ahorcado, destripado y bestialmente descuartizado en mil pedazos en la ciudad de Tyburn. Las partes de su cuerpo fueron expuestas en cada una de las cuatro puertas de la ciudad como advertencia a otros Católicos.
Sus reliquias se encuentran hoy en día en las ciudades de Roma, Praga, Londres, Oxford, Stonyhurst y Roehampton.
Fue Beatificado el 9 de Diciembre de 1886 por el papa León XIII. Siendo finalmente canonizado como Santo, en Roma el 25 de Octubre de 1970 por el Papa Paulo VI, como uno de los cuarenta mártires de Inglaterra y Wales. Su fiesta litúrgica se celebra el 1° de Diciembre de cada año.
Desde la parte de opinión de este portal, también te doy la bienvenida. Cuenta con mis oraciones.
Pero fueron martirizados para gloria de Dios.
Muchas gracias por la reseña, Don Javier. Compraré el libro seguro.
Sin duda, nada más sugestivo que estudiar la vida de los santos, ya sea en forma de novela histórica fiel a los hechos reales, ya sea por ensayos hagiográficos. Hay que superar ese estilo y ese tratamiento ampuloso y relamido tan anacrónico e irreal, y que tanto llegó a proliferar no hace mucho, en los que se presentaba a los santos como seres casi arcangélicos. Los santos fueron hombres cuyas vidas, marcadas por su seguimiento a Cristo, alcanzaron cotas de plenitud y de tragedia extraordinarias, pero siempre desde la propia humanidad, con todo lo que ello implica.
Le he seguido mucho: primero como director de opinión de Hispanidad.com, luego con su programa "De las artes y las letras", no me pierdo la tertulia de los templarios de los Miércoles en la Inter (espero que Julio Ariza respete el programa de Eduardo García Serrano, aunque a lo mejor prefiere cedeselo a Miguel "mamachicho" Durán y los de Ciudadans), así como sus intervenciones en Contracorriente de Popular TV. Tener la posibilidad de leerle aquí es una magnífica noticia sobre todo si no ciñe los temas a comentar las novedades editoriales de Homo Legens (que bienvenidas sean) o a reproducir su columna de ALBA.
Enhorabuena y espero ansioso sus artículos.
¡Un lujo sí señor, gracias!
Algunos ya los había leído. Otros los estoy leyendo. Otros los está leyendo mi mujer. Y otros, los cuentos, se los estamos leyendo a nuestros hijos.
No sólo es una colección de libros: es una colección de libros impresindible para la creación de una Weltanschauung católica que, a día de hoy, no existe en los círculos católicos en España.
Es un privilegio disponer de ella en casa. Es un privilegio tenerle aquí, en infocatolica.com
En este orden de ideas, viendo que ha tocado el tema de la Inquisición, me gustaría -de ser eso posible- que hablara de ella, verá Ud: mi actual novia es hispano-venezolana y vivió un tiempo en España. Allá le metieron cualquier cantidad de ideas -muchas exageradas, muchas erradas- sobre la Inquisición. Ello ha sido, junto con otras cosas de su particular biografía, un peso para tener una relacion serena con nuestra fe. En vistas a conversar con ella, sería sumanente útil tener un material justo, objetivo, conciso, claro, preciso para separa la paja del trigo y sobre eso ayudarla a clarificarla lo bueno de lo malo, y ayudarme en el esfuerzo de bajar reticiencias a encontrarse con la Iglesia. Gracias por adelantado
Aún lo tengo "pendiente". En honor a tu pregunta lo "subo" en la "cola de espera".
Cuando lo haya leído, comentaré algo en el blog. No en los comentarios sino en el texto.
ADVENIAT REGNVM TVVM.
Me alegro mucho de su entrada en InfoCatólica, don Javier. He de decir que mi precario status económico no me permite ni estar suscrita a HomoLegens ni otras cien cosas buenas. Pero estimo que la pobreza relativa de los mileuristas católicos españoles, bien llevada, es un don de Dios que favorece la humildad. Eso sí, soy especialista en secuestrar libros ajenos e incluso conseguir que me los donen mis generosos familiares y amigos. Y no pocos de ellos son suscriptores o compradores eventuales de HomoLegens. En sus bibliotecas suele estar el tradicional letrero de "Hai excomunión reservada a su santidad contra qualesquiera..." así que les amenazo con enviar un alma al infierno si no me lo prestan o, mejor, regalan. Dios le bendiga. Y la Virgen María, de quien tiene Vd. mucho que contarnos.
Sobre el tema en general de la persecución a los católicos bajo el reinado de Isabel Tudor recomiendo el documentadísimo libro "El régimen monstruoso" de Christopher Hollis.
No hay que pensar que esa persecución se dio sólo durante ese régimen; su sobrino Jacobo Estuardo fue también despiadado. Lo mismo que Cromwell, quien relataba con lujo de detalles al Parlamento las masacres que hizo de "papistas" "para mayor gloria de Dios" (sic). Bajo Guillermo de Orange y luego los Hánover, el catolicismo lo convertía a uno en sospechoso de "jacobitismo" (partidario de los Estuardo en el exilio), lo que, si uno era aristócrata, se convertía en emigración forzada, y sino, en sujeto de descuartizamiento.
Hacia fines del siglo XVIII, la persecución contra los católicos amainó un poco en Inglaterra (a pesar de exabruptos "masacradores" como las Gordon riots); pero en Irlanda continuó bastante más.
Esa era la civilizada Albión.
Leí este libro en inglés y me pareció fantástico. No sabía que Homolegens lo había editado en español. Se lo recomiendo encarecidamente a todo el mundo. A la mayoría de los católicos les sorprenderá leer cómo fue la persecución de los católicos en Inglaterra tras los manejos de Enrique VIII y, sobre todo, les admirarán los numerosísimos mártires que se arriesgaban a la tortura y a la ejecución por mantener viva la Misa en Inglaterra.
Que nadie se lo pierda.
Se sentirá orgulloso de pertenecer a una iglesia con estos antecedentes? el adulterio del fundador de la iglesia anglicana y los asesinatos cometidos por su hija heredera del trono?
participo en el préstamo de libros a Blanca Guerrero. Es mi hija, que no puede permanecer en el anonimato.
Hay un refrán en mi tierra: Te conozco bacalao, aunque vengas disfrazao, aunque en este caso se trata de una gata. Dios le bendiga.
He leído varios libros de Evelyn Waugh, y es un autor con el que he disfrutado mucho. Desconocía que este estuviera traducido al español. Muchas gracias.
Tenía referencias de él a través de otra estupenda web:
http://www.voxfidei.com/articulos/2g01.asp
(donde, por cierto, se puede ver algún artículo de Luis Fernando)
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