Lo mejor del mundo entero
Me considero una persona muy…, pero que muy afortunada por ser profesor de la Universidad de Alcalá; y eso por muchos motivos, pero en este artículo solo voy a dar cuenta de dos ellos, porque en tan pocas líneas no hay espacio para más. A lo prometido, de entre tantos como tengo, hoy solo voy a contar un par.
El primero que les cuento es que en mi departamento de la Universidad de Alcalá tenemos la mejor secretaria del mundo entero, que se llama Mariló. Pocos días después de que viniera a nuestro departamento ya me di cuenta, y desde hace años ella me ha dado innumerables pruebas de que es la mejor de todas. Sin ir más lejos, hoy mismo me ha dado la última.
Hoy, 8 de noviembre, llegaba yo a la Facultad con intención de asistir al primero de los actos de la conmemoración del quinto centenario del fallecimiento del Cardenal Cisneros, que se produjo el 8 de noviembre de 1517. Habíamos sido convocados a las 10,30 de la mañana a la Santa Misa, celebrada por el obispo de Alcalá, Don Juan Antonio Reig en la capilla universitaria de San Ildefonso. He salido a todo correr porque llegaba tarde, aunque por supuesto no me he olvidado de despedirme de Mariló y de darle razón de mi ausencia para estar localizado:
- Adiós, Mariló… ¡Qué llego tarde! Me voy a la misa de Cisneros.
- Pero…, ¿Qué pasa…? ¿Se ha muerto Cisneros?
Y no me digan ustedes que esa gracia y ese ingenio son propios de cualquiera, esa chispa solo la tienen personas como Mariló, que como ya he dejado dicho es la mejor secretaria del mundo entero y uno de los motivos de mi afortunada situación académica en la muy bella y universitaria ciudad de Alcalá de Henares.
Pero no, no llegué tarde, porque por no haber leído con atención la convocatoria me he presentado en la capilla de San Ildefonso media hora antes. Providencial despiste, que me ha proporcionado el encuentro con esos ángeles de Alcalá que son las Siervas del Hogar de la Madre, que venían con anticipación y cargadas con un teclado para cantar durante la ceremonia. Y no es porque me caigan muy bien -que me caen muy requetebién- las Siervas del Hogar de la Madre, pero es que han cantado como lo que son: ángeles con tocas blancas.
He saludado a Don Juan Antonio y hemos entrado juntos en la capilla, donde el capellán de la Universidad le ha saludado y a mí me ha liado para leer el salmo responsorial, después de la epístola. Y no estaba la ocasión para negarse. Así es que llegado el momento y como se ha dicho misa del Espíritu Santo, he comenzado por leer lo que todos debían responder: «Guíame, Señor, por el camino eterno».
Don Juan Antonio, precisamente, se ha inspirado en este versículo de los Salmos para su homilía. Como siempre que predica, me ha vuelto a transmitir la misma doble sensación: Don Juan Antonio es una persona que se hace querer y es a la vez un hombre muy de Dios y dócil al Espíritu Santo. También tiene una brillante oratoria, y es un gusto escucharle por lo bien que habla, pero esto en todo lo que es y significa Don Juan Antonio tiene una importancia muy secundaria; sin embargo, debo decirlo porque yo no voy a ser capaz de transmitir las ideas de su predicación con la elegancia con la que él las expone. Pero merece la pena que se las cuente.
Nos ha dicho Don Juan Antonio, que si le pedimos a Dios que nos guíe por el camino eterno, es porque hay otros caminos que no son eternos. Y los caminos eternos son los que se andan con Dios y en los que uno se llena de Dios, con quien permaneceremos para siempre. Y ese fue el camino que eligió Cisneros, que se retiró para llenarse de Dios, y estando en ese retiro se le llamó para hacer cosas grandes, como servir a la Iglesia y a España y hacer esta Universidad, de la que tantas cosas buenas han salido. Pero hizo también algo muy importante, Cisneros fue el artífice de una reforma eclesiástica, gracias a la cual España siguió siendo fiel a la Iglesia Católica, porque evitó que entre nosotros penetrase el protestantismo.
Y sin morderse la lengua, siguió diciendo Don Juan Antonio que este año de 2017 será un año de conmemoraciones, porque además del quinto centenario de Cisneros y del primer centenario de la Revolución Comunista de Rusia en 1917, resulta que una semana antes de morir Cisneros, Lutero según la tradición, clavó las 95 tesis la puerta de la Iglesia de Wittenberg, que promovió algo bien diferente a lo de Cisneros, porque se trata de otra reforma y otro camino bien distintos. Y es que una de dos, o se elige el camino eterno en el que se sirve a Dios, o se eligen los caminos del mundo en los que los hombres son sometidos al poder para que sirvan a los que mandan. En definitiva, o se sirve a Dios, o se sirve al demonio. Era un gusto y un consuelo doctrinal escuchar al obispo de Alcalá, porque se le entendía todo y del todo.
Dijo algunas ideas más, pero las expuestas me parecen las más importantes. Y además no puedo seguir contando más cosas del acto de esta mañana con motivo del centenario de Cisneros, porque se me acaba el artículo y, al principio, prometí contar dos de los motivos de mi afortunada situación en Alcalá y solo he desvelado uno de ellos. El segundo ya lo habrán descubierto: yo en Alcalá, además de una secretaria insuperable, tengo un obispo que es lo mejor del mundo entero.
Javier Paredes
Misa por el cardenal Cisneros (web diócesis de Alcalá de Hernares)
9 comentarios
Y esto lo escribe un protestante.
Que Dios lo bendiga y lo haga con la Iglesia.
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Una definición del protestantismo tan exacta no he conocido yo jamás antes.
Viene muy bien en momentos en que una muy importante porción de la alta jerarquía de la Iglesia ha claudicado vergonzosamente ante los poderes del mundo e intenta protestantizar a la Iglesia.
Absolutamente de acuerdo. Soy de Murcia y fu obispo de nuestra diócesis antes de su traslado a Alcalá. Para mí es uno de los mejores obispos que tenemos en España. Se le echa de menos.
Hay que verla !!!!
En la misma plaza esta el convento donde estuvo Sor Patrocinio
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