“Hay rumores de que no sé quién es no sé qué”
El título del post lo dejó el lector José Ángel Antonio comentando cómo “para algunos blogueros el blog es ocasión de murmuraciones, chismes, rumores, quejas infundadas [….]”. Algo parecido nos dice Sto. Tomás de Aquino:
“En la conversación ordinaria pecan a veces contra este mandamiento [VIII] cinco clases de individuos. 1) Los detractores […] 2) Los que escuchan a los detractores con gusto […] 3) Los chismosos […] 4) Los aduladores […] 5) Los murmuradores […]” (Sobre los mandamientos,1. c. , pp. 279-280).
Jesús observa a sus apóstoles conversando y les pregunta, según el Evangelio del XXV Domingo de Tiempo Ordinario: “¿De qué discutíais por el camino?” (Mc. 9, 33). Ellos callaron porque sabían que su conversación no era una muy santa, sino que se preguntaban quién era el mayor de ellos. Lo mismo preguntó el Señor a los discípulos de camino a Emaús [uno de los dos era S. Cleofás (s.I)]:
“Ellos se detuvieron entristecidos, y tomando la palabra uno de ellos por nombre Cleofás, le dijo: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no conoce los sucesos en ella ocurridos estos días? […]Y Él les dijo: ¡Oh hombres sin inteligencia y tardos de corazón para creer todo lo que vaticinaron los profetas! ¿No era preciso que el Mesías padeciese esto y entrase en su gloria? Y comenzando por Moisés y por todos los profetas, les fue declarando cuanto a Él se refería en todas las Escrituras.” (Lc. 24, 17-18. 25-27)
La conversación de los apóstoles y la de los discípulos entre sí no era siempre muy santa, pero ¡qué diferencia entre los efectos de esas conversaciones con las del Señor!: “¿No ardían nuestros corazones dentro de nosotros mientras en el camino nos hablaba y nos declaraba las Escrituras?” (Lc. 24, 32) ¿Qué hace que una conversación sea mala, frívola, útil o santa? ¿En qué categoría(s) se encuentran sus propias conversaciones por Internet?