Los 12 mandamientos de los abogados
San Ivo de Treguier (1253-1303), Patrono de los abogados, fue un abogado, juez y sacerdote bretón. Estudió tanto el Derecho Civil como el Canónico y fue nombrado Juez Eclesiástico en 1280 en Rennes y cuatro años después en Treguier.
A pesar de sus altos cargos tenía la costumbre de dormir sobre el suelo y se hizo terciario franciscano. Se ofrecía a defender a los pobres sin aceptar paga, por lo cual fue conocido como “Abogado de los Pobres”. Bien podría decir el Señor de él como hizo de los apóstoles en el Evangelio del VI Domingo de Pascua: “a vosotros os llamo amigos” (Jn. 15, 14). S. Ivo consideraba a los más desafortunados y pobres sus amigos y estaba siempre dispuesto a servirles y a ayudarles a obtener justicia.
Este santo compuso 12 Mandamientos de los Abogados. ¿Son pertinentes hoy en día?
1) Ningún abogado aceptará la defensa de casos injustos, porque son perniciosos a la conciencia y al decoro.
2) El abogado no debe cargar al cliente con gastos exagerados.
3) Ningún abogado debe defender ningún caso valiéndose de medios ilícitos o injustos.
4) Debe tratar justamente los casos de todos los clientes como si fueran casos propios.
5) No debe ahorrar trabajo ni tiempo para obtener el triunfo del caso que le ha sido encomendado.
6) Ningún abogado debe aceptar más querellas de las que su tiempo disponible le permita.
7) El abogado debe amar la justicia y la honradez tanto como a las propias niñas de sus ojos.
8) La demora y la negligencia de un abogado causan a menudo perjuicio al cliente, y cuando esto acontece, el abogado debe indemnizar al cliente.
9) Si un abogado pierde un caso debido a su negligencia, debe recompensar debidamente al cliente perjudicado.
10) Para hacer una buena defensa, el abogado debe ser verídico, sincero y lógico.
11) El abogado debe pedir ayuda a Dios en sus defensas, pues Dios es el primer protector de la justicia.
12) Los principales requisitos de un abogado son: sabiduría, estudio, diligencia, verdad, fidelidad y sentido de justicia.
La madreselva simboliza “afecto generoso y devoto, disposición dulce”. Con esas cualidades servía S. Ivo a los pobres. Que la dulce Ssma. Virgen María, Abogada nuestra, nos ampare siempre bajo su protección.
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Son pertinentes los mandamientos de los abogados de S. Ivo hoy en día? ¿Hay algo parecido en el mundo judicial moderno?
Mañana – Testimonio de fe– “…soy yo quien os he elegido” (Jn. 15, 16)
25 comentarios
Dice: "Ningún abogado aceptará la defensa de casos injustos, porque son perniciosos a la conciencia y al decoro". Yo considero que incluso los casos injustos se merecen una defensa. Nadie puede quedar desamparado ante la ley, por muy execrable que sea el delito que ha cometido. En ese caso, la función del abogado no debería ser buscar la declaración de no inocente del acusado a toda costa, sino aconsejarle en cómo arrepentirse del delito cometido.
Reconocido esto, creo que estos doce mandamientos son extrapolables a cualquier ambito profesional. Y para todo aquel que quiera llevar una vida de santificación en su trabajo, nada mejor que leer a San Josemaría. Nadie mejor que él para recordarnos que el mensaje del Evangelio debe guiar también nuestro día a día en el trabajo.
+ Bendiciones
En los EE.UU., son muy populares los programas de televisión que presentan pleitos de personas corrientes como "Judge Judy", "People's Court", "Divorce Court", etc. No sé si habrá algo parecido en otros países. La connotación que suele evocar el ámbito jurídico en este país es negativa, pero los abogados que he conocido han sido trabajadores, humildes y generosos.
El menor de mis hermanos, que es estudiante universitario, está interesado en el Derecho y espero que tenga en cuenta especialmente el Número 11. Si Dios y el amor de Dios le guían, tendrá éxito ante el Señor, lo más importante.
También ha ganado mucha fama el juez Roy Moore, como "Juez de los 10 Mandamientos" cuando le quitaron su cargo por no quitar un monumento a los 10 Mandamientos que puso en el edificio de la Corte Suprema del estado de Alabama.
Esos 10 Mandamientos deberían de regir la vida de todo católico. Los escritos de S. Josemaría Escrivá y de otros simplemente ayudan a ponerlos en práctica.
1) Amarás a Dios sobre todas las cosas
2) No tomarás el nombre de Dios en vano
3) Santificarás el día del Señor
4) Honrarás a tu padre y a tu madre
5) No matarás
6) No cometerás actos impuros
7) No robarás
8) No levantarás falsos testimonios ni mentirás
9) No consentirás pensamientos ni deseos impuros
10) No codiciarás los bienes ajenos
Los 10 Mandamientos: Un gran "Sí", Benedicto XVI, Mariazell, 13,IX,07.
"Si con Cristo y su Iglesia releemos de nuevo el Decálogo del Sinaí [...] nos damos cuenta de que es [...] ante todo:
un sí a un Dios que nos ama y nos guía (...) y sin embargo nos deja nuestra libertad entera (I,II,III). Es un sí a la familia (IV), a la vida (V), a un amor responsable (VI), a la responsabilidad social y a la justicia (VII), a la verdad (VIII), al respeto de los otros y de lo que les pertenece (IX y X).
En virtud de la fuerza de nuestra amistad con el Dios vivo, vivimos este múltiple sí y al mismo tiempo lo llevamos como indicador de nuestro recorrido en el mundo". (www.corazones.org)
Supongo que el punto primero, el más controvertido, se refiere a emprender procesos injustos de manera activa (p. ej., hostigamiento judicial contra una persona inocente, emplear cargos falsos o el uso torticero de la Ley con fines espurios), no a la defensa de un criminal.
Respecto a abogados santos, aquí tiene algunos más: S. Alfonso de Ligorio, Sto. Tomás Moro y S. Raimundo de Peñaforte.
S. Alfonso de Ligorio fue un abogado tan excelente que se dice que no perdió ningún caso hasta uno en que defendió un error (no por falta de honestidad, sino por no tener un documento que mostraba el error). Ese pequeño fracaso le hizo revalorar sus intereses en la vida y a dedicarse más al Señor. Sus escritos delatan su formación como abogado, pero también su ardiente amor por el Señor. Un saludo.
tiene que ver con el primer punto de S. Ivo:
4°— LUCHA
Tu deber es luchar por el derecho; pero el día que encuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha por la justicia. [...]Pero la lucha por el derecho plantea, cada día el problema del fin y de los medios.
El derecho no es un fin, sino un medio. En la escala de los valores no aparece el derecho. Aparece, en cambio, la justicia, que es un fin en sí y respecto de la cual el derecho es tan sólo un medio de acceso. La lucha debe ser, pues, la lucha por la justicia.
Los asuntos no se dividen en chicos o grandes, sino en justos o injustos. Ningún abogado es tan rico como para rechazar asuntos justos porque sean chicos, ni tan pobre como para aceptar asuntos injustos porque sean grandes.
Por la grave confusión entre el fin y los medios, muchos abogados, aún de buena fe, creen aplicable al litigio perdido, la máxima médica que aconseja prolongar a toda costa la vida del enfermo en espera de que se produzca el milagro.
Los incidentes, las dilatorias, las apelaciones inmotivadas, constituyen una confusión de valores.
Podrán todos esos ardides forenses ser eficaces en alguna que otra oportunidad; pero son justos muy pocas veces. Podrán, en ciertos casos, significar una victoria ocasional; pero en la lucha lo que cuenta es ganar la guerra y no ganar batallas. Y si en determinado caso, algún abogado ha ganado la guerra con el ardid, que no pierda de vista que en la vida de un abogado la guerra es su vida misma y no sus efímeras victorias.
La confusión del fin y los medios podrá pasar inadvertida en algún caso profesional. Pero a lo largo de la vida entera de un abogado no puede pasar inadvertida.
Día de prueba para el abogado es aquel en que se le propone un caso injusto, económicamente cuantioso, pero cuya sola promoción alarmará al demandado y deparará una inmediata y lucrativa transacción. Ningún abogado es plenamente tal, sino cuando sabe rechazar, sin aparatosidad y sin alardes, ese caso.
Y más grave aún es la situación que nos depara nuestro mejor cliente, aquel rico y ambicioso cuya amistad es para nosotros fuente segura de provechos, cuando nos propone un caso en que no tiene razón. El abogado necesita, frente a esa situación, su absoluta independencia moral. Bien puede asegurarse que su verdadera jerarquía de abogado no la adquiere en la Facultad o el día del juramento profesional; su calidad auténtica de abogado la adquiere el día en que le puede decir a ese cliente, con la dignidad de su investidura y con la sencillez afectuosa de su amistad, que la causa es indefendible.
Hasta ese día, es sólo un aprendiz; y si ese día no llega, será como el aprendiz de la balada inmortal, que sabía desatar las olas, pero no sabía contenerlas.
Gracias por las referencias. No conocía el caso de S. Alfonso de Ligorio.
A Raimundo de Peñafort lo conocía porque está relacionado con la Orden Mercedaria, y ésta, con la Virgen de la Merced, patrona de mi ciudad, Barcelona. Por cierto, éste es un caso de aparición de la Virgen a personas notables: Jaime I rey de Aragón, S. Raimundo de Peñafort y S. Pedro Nolasco.
Respecto a Sto. Tomás Moro, éste es otro caso de «cuasi-oxímoron», je, je: santo y político (y, además, patrón de ellos: a ver si se les pega la virtud).
No conocía este decálogo, María Lourdes, pero me parece totalmente aplicable a la mentalidad actual. Creo que son los puntos clave de la profesión. Sin embargo, siempre he tenido como patrón de los abogados a San Raimundo de Peñafort.
En cuanto al punto 1 que han comentado los demás compañeros, entiendo que se refiere al planteamiento de reclamaciones injustas, que pueden herir o hacer daño a la parte adversa o la iniciativa y colaboración en actos ilícitos que buscan el respaldo de la ley, manipulándola.
[Por cierto, muchas gracias por la información sobre el ajuste del horario en el blog de Bruno.]
Tampoco sabía mucho de S. Ivo hasta poco, pero investigando un poco leí que es el patrono de los abogados de Zaragoza y todavía celebran allí su festividad. El Colegio de Abogados de Zaragoza, el más antiguo en España, fue fundado en 1.399, el mismo año que se fundó una Cofradía de S. Ivo en la misma ciudad.
Me alegro que haya otro lector del blog que pertenezca a esa profesión tan noble (por la ayuda que presta a los indefensos). Que yo sepa, hoy en día sólo una pequeña minoría entra en la profesión sólo para hacerse ricos y la gran mayoría lo hace para prestar un servicio y ayudar a la gente. Un saludo.
-------------------------
Albania, muchas gracias por haber expresado su opinión, que lamento haber tardado tanto en publicar.
---------------
Gregorio Rojas, eso podría ser, pero también han habido santos abogados (como S. Alfonso de Ligorio) que han hecho mucho bien en el mundo. Gracias por haber dejado su comentario, que siento haber tardado tanto en publicar.
----------------
Carolina Muñoz, el día del abogado en Colombia se celebra el 22 de junio, pero sin relación a S. Ivo, aunque no sé la verdadera causa de la elección de esa fecha. En Venezuela se celebra el 23 de junio, por ser el cumpleaños del primer gobernante de Venezuela, José Cristóbal Hurtado de Mendoza y Montilla (nacido en 1772). Siento haber tardado en contestarle.
Busco un abogado católico en Barcelona (España), que reúna los requisitos que San Ivo postuló en cuanto a qué cualidades debe tener un abogado honrado y honesto, necesito una defensa justa.
Saludos
Los comentarios están cerrados para esta publicación.