¿Qué regalo quiere Dios esta Navidad? (Mc. 13, 33)

[Enlaces de la semana: En esta sección del blog se ofrecerá cada semana enlaces recomendados para ayudarnos a profundizar la meditación del Evangelio que se leyó en la Misa dominical. Si conoce buenos sitios católicos que tengan que ver con el tema de cada semana, por favor recomiéndelos para el bien de todos los lectores, dejándo la dirección del sitio en los comentarios. Muchas gracias.]

El comienzo del Adviento es un buen momento para preguntarnos no sólo qué regalos daremos a nuestros seres queridos esta Navidad, sino sobre todo qué regalo le podemos dar a Jesús que se nos dió por completo y nos dió todo. El que ama a alguien no se contenta con dar a esa persona cualquier cosa, sino se preocupa de dar algo que le guste a esa persona. A esto se añade la expectación de haber oido de Jesús en el Evangelio del 1er domingo de Adviento: “Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento” (Mc. 13, 33). No sabemos cuándo llegará y eso debería ser una motivación para empezar a preparar algo para su llegada en cuanto antes posible. Si alguien querido nos dijera que vendrá a visitarnos algún día, ¿no nos alegraríamos y pensaríamos en cómo acogerle? ¿Y qué hacemos por el Señor? ¿Cómo saber lo que le gusta?

A esas preguntas corresponde el discernimiento espiritual y un maestro del discernimiento en su vida y en sus obras es San Ignacio de Loyola, el fundador de los jesuitas, que se convirtió tras leer la vida de Jesucristo y la de los santos, dándose cuenta de que cuando pensaba en cosas mundanas sentía placer por sólo un momento, mientras que las cosas espirituales le llenaban de alegría que duraba.
‘El fin específico de los Ejercicios es llevar al hombre a un estado de serenidad y despego de las cosas pasajeras para que pueda elegir “sin dejarse llevar del placer o la repugnancia, ya sea acerca del curso general de su vida, ya acerca de un asunto particular. Así, el principio que guía la elección es únicamente la consideración de lo que más conduce a la gloria de Dios y a la perfección del alma’ (www.corazones.org) En otras palabras, sirven “para buscar y hallar la voluntad divina en la disposición de la propia vida” [Ejercicios espirituales, 1]

- Texto autógrafo para descargar (.zip)

- Los ejercicios espirituales de diez días
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Una orden religiosa que se dedica a fomentar la experiencia espiritual de los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola es la Cooperación Parroquial de Cristo Rey (CPCR) , con casas en Francia, España, Suiza, Argentina, Chile, Uruguay, Congo. No sólo ofrecen ejercicios espirituales y dirección espiritual en sus casas, sino que, por ejemplo, en la de “Cristo Rey” en Pozuelo de Alarcón, Madrid (también hay una casa en Barcelona), hay cursillos bíblicos, un grupo de jóvenes de la comunidad Ad Amorem que se reúnen cada domingo y un grupo de jóvenes matrimonios que se reúnen el primer y tercer sábado del mes “con sus hijos y con otras familias que desean crecer juntos en la fe, y compartir sus búsquedas e inquietudes.”

Su revista, Avanzar, se puede encontrar en línea (últimas 6 publicaciones). La entrega de noviembre, ’08, incluye: El Papa habla para ti, Nueva Evangelización, S. Pablo y su tiempo, Con ojos y corazón de mujer, Chispas para la Nueva Evangelización, Buzón de preguntas, Maestros y modelos de oración, y Señor, enséñanos a orar y elegir, etc. En esta última sección se encuentra el artículo “Corazón que discierne”, en la que hay “pautas para desarrollar en ti un «corazón que discierne», que conozca el lenguaje de Dios, que sepa leer la propia vida desde la fe, con el que te puedas poner en contacto con el Señor desde y con lo más real de ti mismo: y logres responder mejor a lo largo del día.” Habla de los dos movimientos espirituales de consolación y desolación, “los dos pies con los que tenemos que aprender a caminar” y que “ni una ni otra importa realmente en sí, sino avanzar, caminar unido al Señor[…]Estar en las buenas y en las malas, en los altos y bajos de la vida, en Dios y en su voluntad.

También de ese artículo:

Práctica para el discernimiento espiritual:
1. Tiempo de oración personal para cuando estés desolado.
Busca uno de los salmos siguientes (13, 22, 25, 31, 38, 42, 43, 44, 55, 57, 60, 63, 69, 77, 86, 102, 107, 142, 143)
- Lee atenta y lentamente el salmo. - Detecta y subraya él o los estados de ánimo del salmista. - Advierte tú o tus propios estados. - Dialoga con Dios utilizando palabras parecidas.
2. Detecta, en el examen las desolaciones en tu jornada

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Un buen sitio donde encontrar los salmos es: Los 150 Salmos en PowerPoint: Orar con los Salmos,por P. Antonio García Polo. Además de las Presentaciones descargables, con información sobre los salmos (que están ilustrados), se encontrará en el sitio una lista de “salmos escogidos para diversas ocasiones”.

Recemos el Salmo 63 para ayudarnos a discernir la voluntad de Dios para nosotros este Adviento:

Señor, tú eres mi Dios, yo te busco ardientemente; mi alma tiene sed de ti, por ti suspira mi carne como tierra sedienta, reseca y sin agua. Sí, yo te contemplé en el Santuario para ver tu poder y tu gloria. Porque tu amor vale más que la vida, mis labios te alabarán. Así te bendeciré mientras viva y alzaré mis manos en tu Nombre. Mi alma quedará saciada como con un manjar delicioso, y mi boca te alabará con júbilo en los labios. Mientras me acuerdo de ti en mi lecho y en las horas de la noche medito en ti, veo que has sido mi ayuda y soy feliz a la sombra de tus alas. Mi alma está unida a ti, tu mano me sostiene. (Salmo 63, 2-9)

Mañana: San Francisco Javier, “Será como un hombre que se va de viaje.”(Mc. 13, 34)

Nota: Se les invita a que añadan en los comentarios citas pertinentes de la Biblia o de beatos o santos reconocidos por la Iglesia Católica.