¿Qué le inspira la imagen de Cristo Crucificado?
Es una buena devoción cuaresmal meditar la Pasión y la Muerte de Nuestro Señor, devoción que se hará pública durante la Semana Santa en muchas ciudades de España con procesiones de Cristo Crucificado.
Al contemplar la sublime muestra de amor de Jesús por nosotros sobre la cruz, recordemos las palabras que dijo a sus discípulos: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos”. “Como diciendo: Vosotros creéis que es signo de amor el contristaros por mi muerte, y yo sólo reputo como signo el observar mis mandatos.” (Sto. Tomás de Aquino) Comenta S. Francisco de Sales: “Algunos se atormentan buscando la manera de amar a Dios. Estas pobres almas no saben que no hay ningún método para amarle fuera de hacer lo que le agrada".
S. Casimiro (1458-1484), a quien le gustaba mucho meditar ante crucifijos muy sangrantes, mostró en sus 26 años de vida que es bueno tener devoción a la Pasión de Cristo, pero que es aún mejor demostrarlo cumpliendo los mandamientos. Era el tercero de trece hijos del rey Casimiro de Polonia y de Isabel, la hija del emperador de Austria, pero le importaba más lo que Jesús anunció en el evangelio del Primer domingo de Cuaresma: “Está cerca el reino de Dios” (Mc. 1, 15).
“Es bueno saber que hay hombres de ciencia,
pero es mejor que seamos hombres y mujeres de conciencia.
Es bueno saber lo que tenemos que hacer,
pero es mejor hacer lo que debemos hacer.”
Como hijo del rey, tuvo los mejores educadores de Polonia, el Padre Juan y el profesor Calímaco (que había sido secretario del Papa Pío II), pero superó a sus hermanos en santidad porque no sólo estudió las virtudes sino que las practicó.
“Es bueno hacer planes y fijarse un propósito,
pero es mejor llevarlos a cabo.
Es bueno desear el éxito,
pero es mejor realizar las cosas necesarias para lograrlo.”
Lo que más deseaba era agradar siempre a Dios y no se quedó en los sentimientos, sino que para imitar a Cristo Crucificado vestía con sencillez y se mortificaba como podía en el comer, el beber, el mirar y el dormir (lo cual solía hacer en el suelo). Cumplía con los deberes de su estado en la vida durante el día, viajando con su padre y atendiendo a los súbditos, pero por la noche rezaba ante el Santísimo muchas horas.
“Es bueno hacer promesas, pero es mejor cumplirlas.”
No sólo prometió su virginidad a la Virgen, sino que rechazó matrimonio con la hija del emperador Federico III.
“Es bueno tener dignidad, pero es mejor no pisar la de otros.”
Era amable con todos los súbditos, hasta los que no eran respetuosos con él, según un enviado del Papa León X.
“Es bueno tenerlo todo, pero es mejor compartir con el que no tiene nada.
Es bueno saberse amado y comprendido, pero es mejor amar y comprender.
Es bueno procurar no fracasar, pero es mejor ayudar al fracasado.
Es bueno buscar la verdad, pero es mejor hablar siempre con ella.”
Le llamaban “defensor de los pobres” porque con generosidad daba a todos los enfermos, pobres y extranjeros. Pero además intercedía por ellos ante el rey y no se callaba las injusticias que veía en el reino cometidas contra los más débiles, a quienes consideraba imágenes vivas de Jesús sufriente.
“Es bueno tener fe,
pero es mejor sembrarla en los que aún no conocen a Dios.
Pero hazlo ya, porque el tiempo pasa.”
Extendió la religión católica en Polonia y Lituania antes de morir de tuberculosis a los 26 años. Pidió ser enterrado con un poema que solía recitar a la Virgen María (“Cada día alma mía, di a María su alabanza. En sus fiestas la honrarás y su culto extenderás…”). A los 120 años de su muerte encontraron ese poema intacto con su cuerpo incorrupto a pesar de condiciones húmedas en las que fue enterrado.
Que nuestra devoción a Cristo Crucificado llene todas nuestras obras, como las de S. Casimiro.
[Citas indentadas: “Es bueno… pero es mejor…”, Autor Anónimo, www.motivaciones.org]
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Qué le inspira la imagen de Cristo Crucificado?
Mañana: Las tentaciones de Jesús - “El Espíritu empujó a Jesús al desierto” (Mc. 1, 12)
29 comentarios
Me inspira tantas cosas que no habría espacio suficiente, me quedo como resumen: " ME AMÓ Y SE ENTREGÓ POR MI".
Pese a que el sacrificio de Cristo en la cruz ha devenido en algo triste, simboliza el eterno y gran amor que tiene Dios por el hombre.
La cruz simboliza el triunfo de Cristo sobre la miseria y el pecado humano y, claro está, debe servir de cobijo para todas nuestras esperanzas. La muerte de "El Hijo del Hombre" en la cruz nos debe llenar de esperanza.
Un apunte importante y que creo que ayudará a clarificar algunas cosas. La "sola fide" protestante no es válida para los católicos. No basta sólo con creer, sino que también hay que actuar. Y el ejemplo de s. Casimiro es muy importante, el de un hombre que como creyó en Cristo Crucificado, supo corresponder con su amor a los demas.
"Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijó para su Salvación".
+ CREDO IN UNUM DEUM
Pero alguna vez, me ha inspirado alguna que otra reflexión, alguna vez me he preguntado, ¿Cristo podría haberlo hecho mejor?, ¿podría haber cumplido las profecias que le anunciaban de una manera más eficaz?. Y pienso que si no hubiera sido crucificado, ¿como podría haber llegado a tantos corazones?, seguramente hubiera sido otro de los mesías que hubo en la época. Si al resucitar se hubiera presentado ante miles de seguidores, hubiera provocado un levantamiento y seguramente hoy Cristo sería recordado como algo muy distinto de lo que fue... La vida de Cristo muestra que las cosas no sucedieron por casualidad, todo estaba planeado, de la manera más perfecta posible, no se me ocurre otra para que hoy, más de 2.000 años despues siga siendo la persona más importante, siga reinando en un trono que no tendrá fin (como nos aseguran las Sagradas Escrituras).
Dios entró en nuestra historia de manera visible y notoria, cambió esa historia y nos dice lo mucho que nos ama y que no nos ha abandonado... y entonces, estando delante de ese Cristo crucificado, piensas "si Dios conmigo, ¿quien (o que) contra mi?", y entonces te das cuenta que si está conmigo y se interesa, no puedes darle la espalda, debes tenerle presente... y eso implica muchísimas cosas que no puedo desarrollar mucho más por que me llevaría mucho, pero que hace que cada vez que lo miro, sea mejor persona que antes.
"ME AMÓ Y SE ENTREGÓ POR MI". La cuestión es que la infinita moyoría de las personas que dicen éstas cosas: no saben lo que dicen, y son palabras vanas o vacías en su boca. No son verdaderos israelitas diría Jesús. Es mejor tener una cierta humildad intelectual, ser fiel a la verdad en conciencia y tratar de comprender; mejor con la ayuda de los que han demostrado sobradamente que saben de lo que hablan.
Es un espectáculo bochornoso ver a renombrados creyentes incapaces de dar de sí, lo que en principio se espera de ellos, porque no tienen las raíces bien plantadas, y lo suyo es puro y triste teatro.
El día que se sacrificó y entregó Cristo por ti, no fue el día del Monte Calvario, sino el día de la Encarnación.
En España me impresionan los crucifijos de tamaño real (que no se suelen ver en los EE.UU.) y también los crucifijos que se ven en lugares públicos - no sé si quedan tantos ahora como hace años. ¡Qué bueno ser recordados que somos infinitamente y eternamente amados!
Añado que la razón por la que la Muerte de Cristo es fuente de esperanza para los católicos es porque sabemos que después de tres días resucitó. La Resurrección de Cristo, la Pascua que celebramos en la liturgia dominical además del Sacrificio de la Cruz, es lo que da sentido a que tantos santos encontraron consuelo en la Cruz. Hasta Jesús miraba con alegría la Cruz y recordaba a sus discípulos que en tres días resucitaría.
Off the record: estoy maravillado con el amplio conocimiento que día a día en tus posts reflejas de los santos, y como sus vidas nos deben servir de ejemplo para cumplir con el Evangelio. Me gustaría que, a un nivel más personal, pudiesemos mantener un cierto contacto. ¿cómo podría hacerlo? Muchas gracias de antemano María Lourdes.
God bless you
+ CREDO IN UNUM DEUM
También me parece que Dios nos dió la inteligencia a todos para que la usemos para conocerle mejor. Se suele atribuir al alma la memoria, el entendimiento y la voluntad, que con la libertad que nos concedió el Señor podemos usar para acercarnos a Él. Si no lo hiciéramos, (aunque no llegáramos a alcanzar las alturas de S. Agustín, por ejemplo) estaríamos malgastando el talento que nos concedió el Señor. Claro que algunos recibimos más y algunos menos y el Señor tiene la paciencia de vernos crecer cada día.
Su comentario me recuerda esta cita de S. Juan Vianney:
“Si me preguntáis por qué hay tan pocos cristianos que obren con la exclusiva intención de agradar a Dios, ved la razón de ello. Es porque la mayor parte de los cristianos se hallan sumidos en la más espantosa ignorancia, lo cual hace que todo su obrar sea meramente humano. De manera que, si comparaseis sus intenciones con las de los paganos, ninguna diferencia encontraríais. ¡Dios mío!, ¡cuántas buenas obras se pierden para el cielo.”
Puede ponerse en contacto conmigo escribiendo a "sarmientosdelavid(arroba)gmail(punto)com".
Nuestro Señor se sacrificó cuando bajó del cielo y encarnado vivió la pasión que vive cada día en el cuerpo del hombre; y la pasión la vive cada día, cuando después de encarnado en el hombre este sigue su afición a un mundo que no es el propio de Nuestro Señor; y es por éso que cada vez que pecamos estamos ofendiendo y ultrajando Nuestro Señor tal y como dice el Evangelio que hicieron los judios, que por otra parte no por casualidad era el pueblo elegido.
En el Monte Calvario culmina la historia del hombre: allí con la carne muerta y el alma libre y enriquecida después de haber estado en "Egipto", como Dios le prometió a Abraham.
Nuestras almas, digamos que están metidas en una dinámica de la que no puede salir por si solas, y El hijo de Dios se sacrifica encarnándose para recuperarlas para el Padre.
El sacrificio de la Eucaristía, no es el sacrificio del Calvario, es el de la Encarnación: Dios se sacrifica al tomar la forma y condición de las especias, y nosotros lo recordamos cada día para actualizar hasta comprender y vivir éste sacrificio, hasta que nuestro pellejo duro se haga digamos más apto para contener la Eternidad.
Sí, la cita de S. Juan Vianney me parece perfecta en todo; S. Pablo también nos amonesta en más de una ocasión en éste sentido y nos recuerda lo que llevamos dentro los cristianos, y el cuidado que tenemos que tener para no ultrajar a Nuestro Señor, una vez que sabemos y tenemos conciencia de que vive en nosotros.
Sacrificio por sacrificio, si el hijo de Dios se sacrificó encarnándose para ganarnos para el Padre, lógico y necesario es que el hombre sacrifique su mundo para entrar en otro que es la Gloria: por éso el Maestro nos enseña que el final es la muerte de la carne; y como en el desierto hizo Moisés con la serpiente venenosa, así la carne (y el mundo) la vemos muerta y en alto (para que la Miremos) nos enseñe y nos cure.
Todo el Evangelio se ha de cumplir en cada uno de nosotros. Y este Camino necesario de andar, lo andamos mejor si lo hacemos actualizando en nuestra conciencia cómo lo andó Jesús.
La Iglesia, tiene doctores que nos enseñan y facilitan las cosas con ejercicios devotos
La verdd es que sobrecoge y hay personas a las que les espanta, pero así fue nuestra redención.
Tal y como expresa una frase de un cuadro que tengo: "Señor, me testimonias tu Amor muriendo. Que yo lo haga viviendo y amando". Con ella me quedo.
Aunque Dios es eterno, en la cita “el día que se sacrificó…” se refiere a la Encarnación, que es cuando el Señor entró en la historia humana al hacerse hombre. En el marco de la historia humana, pues, empezó Jesús sufriendo por nosotros desde ese momento sometiéndose a las leyes naturales. Pero, aunque eso hubiera sido suficiente para redimirnos por los infinitos méritos del Hijo de Dios, fue voluntad del Padre que la Redención se obraría por medio del Sacrificio de la Cruz. A pesar de eso, la historia del hombre no culminó en el Calvario porque Cristó resucitó y en cuerpo y alma también ascendió al Cielo cuarenta días después, hechos todavía dentro del marco histórico.
Si algunos de los judíos del tiempo del Señor le ofendieron y ultrajaron (y así también a Su Padre) sin creerle Dios, más aún entonces los católicos que le ofendemos sabiendo que es Dios, sabiendo el precio que pagó por nosotros sobre la Cruz. Recordemos que los primeros tres mandamientos son ofensas directas a Dios y no a hombres en quienes vive Dios. La serpiente que levantó Moisés, representa a Cristo que nos cura, pero es Él (y no “el mundo” que derrotó) el que nos salva.
Estoy de acuerdo con Luis López en que la Eucaristía sí es el mismo sacrificio del Calvario. En ella está presente Cristo Encarnado, pero no deja de ser en la forma del Sacrificio de la Cruz. Además, no creo que se actualice “hasta comprender y vivir este sacrificio”, sino que re-presenta en sí ese Sacrificio (que no llegaremos a comprender por completo en esta vida) hasta el fin del mundo: “Pues cuantas veces comáis este pan y bebáis este cáliz, anunciáis la muerte del Señor hasta que Él venga.” (1 Co. 11, 26).
Cito del Catecismo de la Iglesia Católica :
1367 El sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son, pues, un único sacrificio: "Es una y la misma víctima, que se ofrece ahora por el ministerio de los sacerdotes, que se ofreció a sí misma entonces sobre la cruz. Sólo difiere la manera de ofrecer": (Cc. de Trento, Sess. 22a., Doctrina de ss. Missae sacrificio, c. 2: DS 1743) "Y puesto que en este divino sacrificio que se realiza en la Misa, se contiene e inmola incruentamente el mismo Cristo que en el altar de la cruz "se ofreció a sí mismo una vez de modo cruento"; …este sacrificio [es] verdaderamente propiciatorio" (Ibid).
Discúlpeme si de nuevo no entendí bien su comentario. Me alargué un poco más en este comentario porque me parece importante aclarar la creencia católica de la Eucaristía para que otros no se confundieran. Un saludo.
Pensé en sus comentarios al añadir la canción de la Hermana Glenda en el siguiente artículo: “Sé que no me dejarás”, que está basada en esta cita del Salmo 138:
“Cuando camino en medio de la angustia, me vivificas, extiendes tu mano contra la ira de mis enemigos, y tu diestra me salva. Perfeccione Yavé en mi favor (su obra). Eterna es, ¡oh Señor! Tu piedad. ¡No abandones la obra de tus manos! (Salmo 138, 7-8)Me parece que Jesucristo nos sostiene firmemente en Su Amor con una mano traspasada para que por ella podamos ver el Cielo y también la Sabiduría del camino de la Cruz.
Sus comentarios sobre cómo debemos corresponder a Cristo Crucificado me recuerdan esta cita de S. Josemaría Escrivá: “Cristo ha muerto por ti. –Tú…¿qué debes hacer por Cristo?” (Camino, 299) “Amor, con amor se paga.”
El Santo Patrón, explica y documenta divinamente, con palabras de Dios, como el sacerdote mismo es el que se ofrece a Dios para que descargue su ira en él por los pecados del pueblo.
En la Eucaristía tras cada signo y movimiento del sacerdote hay mucho espiritu guardado; empezando desde el momento que se viste, por como se viste, y las prendas que se pone el oficiante. y vemos cada día, incluso en páginas católicas de internet, como gran parte de los católicos que están en el candelero, les falta la conciencia de lo que se hace, desde el principio hasta el final.
Y de lo que no tengo ninguna duda es de que Dios se sacrifica al encarnarse, y en justa correspondencia, es necesario que el hombre sacrifique su vida animal para estar a la altura de las "circunstacias". Así de fácil.
Sólo aclararía que si el sacerdote es el que se ofrece ante Dios, en la Misa lo hace porque actúa en persona de Cristo ("por Él, con Él y en Él", si no recuerdo mal).
Estoy de acuerdo con usted en que cada gesto y palabra del sacerdote desde que se viste tiene gran significado. Pienso escribir algo del tema en el futuro, si Dios me permite. Un saludo, y gracias por su paciencia.
Saludos
Vamos explicar: Las víctimas eran animales sin entendimiento. Por eso el sacerdote que las ofrecía y la víctima eran diferentes. En la cruz, siendo la víctima un hombre, quien se ofrecía era ese hombre [aunque Dios en persona] y no la ofrecían los carrascos que pensaban, junto con los judíos, en un ajusticiamiento y no en un sacrificio. Quien convirtió la justicia humana en sacrificio cultual, fue el propio Cristo, aceptando la voluntad del Padre para rescatar del pecado la humanidad y pagar en redención con su sangre para perdón de los pecados. Era el sacrificio llamado por los pecados. En la Misa el sacrificio es pacífico, esto es: en forma de pan y vino, no cruento. Y al mismo tiempo, como banquete, en que de la víctima participaban sacerdotes y oferentes.
Cristo está presente en sustancia real [lo que es en verdad] y bajo las especies [lo que se ve] de pan y vino. Como dice S Tomás una deidad oculta bajo figuras que engañan tanto la vista como el tacto. Lucero, que admita la presencia real contra Calvino e Zuinglio, dirá que como en la encarnación solo se veía la humanidad, pero el niño era Dios, así en la Eucaristía solo vemos el pan pero la realidad es el cuerpo de Cristo. Aunque él hablaba de consustanciación y no de transustanciación.
Respecto al sacrificio de la Iglesia, el catecismo dice que la Eucaristía es también sacrificio de la Iglesia, porque siendo miembros del cuerpo de Cristo, al ser ofrecida la cabeza, con esta también ella es ofrecida. La vida de los fieles, su trabajo… son unidos al de Cristo y así adquieren un nuevo valor, dando a los cristianos la posibilidad de estar unidos a su [de Cristo] oferta. S Agustín dirá: La asamblea y la sociedad de los santos é ofrecida a Dios como un sacrificio universal por el Sumo Sacerdote….En el sacrificio del altar donde se ve que en lo que ofrece se ofrece a si misma. Comentaré el por Cristo.. en otro artículo. Un aplauso para Ud al citar el CIC.
Saludos a todos.
Yo solo quise esclarecer el problema: No es el sacerdote la víctima sino Cristo. Las citas en mi comentario son del propio Catecismo CIC en el lugar correspondiente. Naturalmente prefiero el CIC a los escritos de un santo a quien también venero, como es J. de Avila.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.