¡Qué difícil es apartarse de la gente!
En respuesta al artículo sobre las obras de la Hna. Isabel Guerra, Azahar comentó:
”Mi interpretación no es propiamente de una soledad, entendida como un estado de tristeza, sino de paz. […] A mí me ocurre muchas veces. La necesidad de estar en compañía de mi soledad, para disfrutar de unos momentos propios, para recapitular, emocionarme o arrepentirme. No todo es compromiso con el exterior, debemos comprometernos primero con nosotros mismos para, luego, estar preparados para entregar a los demás.”
Algo así experimentaron los apóstoles cuando Jesús les dijo, según el Evangelio del XVI Domingo de Tiempo Ordinario : “Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco”(Mc. 6, 31). Pero, en cuanto llegan a ese “sitio tranquilo” se encuentran con una multitud, como nos puede pasar hoy en día hasta en los lugares que pensamos ser más remotos. ¿Qué descanso es ese? ¿Cómo estar a solas con Dios hoy en día?