Llamados a dar fruto (Jn. 15, 5-8)
La inspiración de este blog es la alegoría de la Vid que explicó Nuestro Señor Jesucristo la noche antes de morir. En la Última Cena, la primera del Amor Sacramentado, nuestro mejor Amigo quiso quedarse con nosotros para siempre y la despedida se convirtió en el deseo de que nadie se apartara de su Amor. “Yo soy la vid. Vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada.” (Jn 15, 5) Eso mismo reconoció la Virgen María al aceptar en su seno a Emmanuel (“Dios con nosotros”) diciendo: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38).