Frustraciones y esperanza de un capellán castrense en Irak combatiendo la ignorancia de católicos
El Evangelio del Domingo de Pascua de Resurrección menciona al: “otro discípulo, a quien tanto quería Jesús” (Jn. 20, 2), que corrió al sepulcro vacío del Señor con S. Pedro. Cada alma es una muy querida por el Señor, que como Buen Pastor va en búsqueda de las ovejas perdidas. Especialmente queridas son las almas de los que son como niños.
¿Se dedica tanta atención a las almas en los programas de catequesis? ¿Conservan su infancia espiritual cuando entran el mundo de los adultos?
El P. Michael Duesterhaus [no en las fotos que ilustra este post], un capellán militar en despliegue por tercera vez (su segunda vez en Irak), observa los últimos meses de las operaciones de los infantes de marina pero también vela por las almas de casi 300 católicos entre ellos. La vida espiritual de éstos refleja la diferencia que hacen los que se preocuparon por catequizarles bien desde la infancia y las frustraciones y la esperanza que experimenta combatiendo la ignorancia respecto a la fe católica. Comparte su experiencia en su blog (enlace en inglés):