La peor pobreza del mundo se puede encontrar en países desarrollados
Parece que los fariseos tenían buenas razones al criticar que los discípulos del Señor no se lavaran las manos antes de comer. Después de todo, la falta de higiene es una causa de la propagación de terribles enfermedades. Pero, en el Evangelio del XXII Domingo de Tiempo Ordinario, el Señor les contesta: “Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro” (Mc. 7, 18), sino las maldades como los homicidios y las injusticias.
La Bta. Madre Teresa de Calcuta (1910-1997), pues, hizo bien en preocuparse más por el bienestar corporal y espiritual de los enfermos pobres que de contraer sus dolencias físicas, plantando cara además a la gran injusticia del aborto:
1) “Muchos se manifiestan preocupadísimos por los niños de la India o por los de África, donde tantos mueren, sea por desnutrición, hambre o lo que fuera. Pero hay millones deliberadamente eliminados por el aborto.”
2) “Por eso, pienso que aquellas naciones que destruyen la vida legalizando el aborto son las más pobres, porque temen alimentar a un niño más y, por eso, agregan un cruel asesinato más a este mundo.”
3) “Todo país que acepta el aborto es porque su gente no ha aprendido a amar, sino que recurre a la violencia para obtener lo que quiere.”