21.10.09

Cómo eliminar el resentimiento de nuestras vidas

Los ambiciosos apóstoles Juan y Santiago, tras pedir puestos de honor en el Reino de Dios, oyeron del Señor que beberían de Su Cáliz y serían bautizados con el mismo bautismo que Él y según el Evangelio del XXIX Domingo de Tiempo Ordinario: “los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan” (Mc. 10, 41). Pero, el Señor les indica que los que quieren ser mayores deben servir a los demás.

Esa escena recuerda la parábola del hijo pródigo, en la cual el hijo mayor se indigna por la generosidad de su padre hacia su hermano menor. Como explica Henry Nouwen en “El regreso del hijo pródigo” [de donde son las demás citas del post]: “Ésta no es una historia que separe a los hermanos en bueno y malo. Sólo es bueno el padre. El quiere a los dos hijos, corre al encuentro de los dos. Quiere que los dos se sienten a su mesa y participen de su alegría.” Así trata el Señor a los apóstoles cuando muestran rivalidad entre sí.

Los siguientes fragmentos del libro citado de Henry Nowen muestran cómo es posible “el regreso desde mi yo que se queja, se compara y siente rencor, a mi verdadero yo que es libre para dar y recibir amor. […] para amar más allá de mi necesidad de agradar o de encontrar aprobación.”

Leer más... »

20.10.09

La tentación de obedecer a medias

Según el Evangelio del XXIX Domingo de Tiempo Ordinario, cuando el Señor preguntó a los apóstoles Juan y Santiago si podían beber Su Cáliz, respondieron: “’Sí podemos’” (Mc. 10, 39). Los dos hermanos seguían a Jesucristo, pero el Señor quiso perfeccionar esa obediencia para que no fuera una a medias y se asemejara más a la que mostraría Él mismo a Dios Padre al beber el Cáliz de Su Pasión.

Jesucristo es el ejemplo de la obediencia perfecta, pero el monje Remigio y Britaldo, que según la tradición tramaron la muerte de Sta. Irene de Tomar (o Sta. Iria de Azóia, Portugal) (?- 653), son ejemplos de cómo uno puede aparentar obediencia a la voluntad de Dios sin aceptarla.

Britaldo le veía a la santa ir a Misa (la única razón por la cual salía Sta. Irene de casa), y le propuso el matrimonio, pero ella le rechazó. Él se alejó de ella, pero se enfermó por tristeza y la santa le visitó con unas compañeras para hacerle ver que le rechazaba no por hombres sino por Dios. Britaldo parecía aceptarlo. El monje Remigio también deseó a la santa, por lo cual fue despedido como tutor de la santa, lo cual pareció entender.

Allí se hubiera terminado el asunto si esos dos hombres hubieran aceptado por completo la voluntad de Dios.

Leer más... »

19.10.09

Esperaban el martirio, pero no estas otras pruebas

Llenos de confianza, S. Juan y Santiago pidieron al Señor puestos de honor en Su Reino, y en respuesta, según el Evangelio del XXVIII Domingo de Tiempo Ordinario, Jesús les pregunta:“¿Sois capaces de beber el cáliz que voy a beber…? (Mc. 10, 38) Para agradar al Señor, eso precisamente le pidieron los 6 sacerdotes jesuitas y 2 laicos asociados a ellos que fueron martirizados en Norteameríca de 1642 a 1659. Escribe el P. Juan de Brebeuf:

“Dios mío y salvador mío, ¿qué podré ofrecerte a cambio de todo lo que Tú has sufrido por mí? Quisiera alejar de Ti el cáliz e invocar tu nombre… Mi Señor Jesús, yo hago voto solemne de no rechazar de mi parte la gracia del martirio si, en tu bondad infinita, un día cualquiera me la llegaras a conceder a mí, tu indigno servidor… Y en consecuencia, Jesús mío, yo te ofrezco alegremente desde hoy mi sangre, mi cuerpo y mi alma, de suerte que yo pueda morir sólo por Ti, si Tú me concedes esta gracia, Tú que te has dignado morir por mí. Hazme capaz de vivir de tal manera que Tú puedas finalmente otorgarme esta muerte“.

El Señor les preparó a esos 8 mártires para que fueran capaces de beber Su Cáliz, llevándoles por caminos que no se esperaban.

Leer más... »

18.10.09

¿Cuál de estos iconos de la Ssma. Virgen María pintó S. Lucas?

En este Domund, Domingo de Misión, recordamos que el Señor requiere de sus discípulos que sigamos su ejemplo y que vayamos por todo el mundo predicando el Evangelio. S. Francisco de Asís solía decir que hacía falta predicar, y si fuera necesario usar palabras. Hay muchos fieles generosos que han entregado sus vidas al Señor para llevar a cabo esa misión de una forma concreta y visible para los que les ven por todo el mundo y corresponde a los demás apoyarles de toda forma posible.

En el Evangelio del XXVIII Domingo de Tiempo Ordinario, el Señor explica que Él “no vino para ser servido sino para servir y dar su vida” (Mc. 10, 45). San Lucas o Lucanus (s. I), médico de profesión (Col. 4, 14), lo practicó sirviendo como fiel discípulo a S. Pablo [que llegó a escribir: “sólo Lucas queda conmigo” (2 Tim. 4, 7-11)]. Además, no sólo predicó como misionero y escribió el Evangelio y los Hechos de los Apóstoles, sino que finalmente dió su vida por Cristo colgado de un árbol, según una tradición.

También existe la bella y antigua tradición de que este Patrono de pintores (y de médicos, entre otras profesiones) pintó a la Ssma. Virgen María en persona o en una visión mientras ella le contaba sobre su Hijo Jesús. Por lo tanto, hay bastantes cuadros de Ntra. Señora que se han atribuído a este santo evangelista en algún momento, que se dice llevaron diferentes predicadores por todo el mundo para apoyar la evangelización de diferentes países.

¿Reconoce los siguientes iconos? [Solución al final del post] ¿Cuál pintó S. Lucas?

Leer más... »

11.10.09

Cómo se decide el ganador del Premio Nóbel de la Paz

El lector Foix me comentó hace poco que el Hermano S. Rafael Arnáiz Barón (1911-1938) (recién canonizado este 11 de octubre), le acompañó mucho espiritualmente en la recuperación de un problema médico.

Ese santo sufrió por la diabetes tras entrar en la Trapa y tuvo que salir unas veces debido a esa enfermedad, que causó su fallecimiento. Encontraba paz en medio de sus enfermedades dándose por completo al Señor, la paz que compartió con otros, como hizo con Foix.

¡Qué contraste entre esa paz que concede Cristo y la paz de este mundo galardonada por el Premio Nóbel de la Paz! Según el testamento de Alfredo Nóbel, el Premio Nóbel de la Paz se concede a quien en el año anterior “haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de congresos de paz”.

Leer más... »