Cómo hacer un caleidoscopio
¿Alguna vez se ha preguntado cómo funciona un caleidoscopio? Una gran santa y doctora de la Iglesia estuvo tan fascinada con ese juguete en su infancia, que lo investigó detenidamente: “…un día, después de una larga examinación, encontré que consistía simplemente en pequeños pedazos de papel y tela desparramados por dentro. Una mayor investigación reveló que había tres espejos dentro del tubo, y se resolvió el problema.”
Es muy fácil hacer uno en casa (como se demuestra en el siguiente vídeo), pero no tan fácil discernir en el simple juguete un gran consuelo espiritual para los fracasos de la vida, como hizo la santa.
Nos revela Sta. Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz sobre el caleidoscopio: “Se convirtió para mí en la ilustración de una gran verdad. Mientras nuestras acciones, hasta las más triviales, permanecen en el caleidoscopio del Amor, la Ssma. Trinidad, figurada por los tres espejos, les imparte un maravilloso esplendor y belleza. El ocular es Jesucristo, y Él, mirando desde afuera por Sí mismo en el caleidoscopio, encuentra perfectas todas nuestras obras. Pero, si dejamos esa inefable morada de Amor, Él vería solo los trapos y paja de obras manchadas y sin valor.” [Fuente en inglés de citas de la santa: http://www.ccel.org/ccel/therese/autobio.txt (traducción mía en las citas)]
En efecto, poco valemos por nuestra cuenta, pero no deberíamos de desanimarnos cuando en el Evangelio del IV domingo de Pascua [21.4.13] el Señor nos dice sobre las ovejas que le escuchan: “y yo las conozco” (Mt. 6, 27). Sí, Dios, que nos creó, sabe mejor que nadie cómo somos en realidad y conoce nuestras debilidades y faltas, pero también muestra interés en conocernos porque nos ama tanto y se enternece viendo cómo Le necesitamos: “Como se apiada un padre de sus hijos,/ así el Señor tiene piedad de los que le temen. / Pues Él conoce de qué estamos hechos, / recuerda que somos polvo.” (Salmo 103, 13-14) Dios mismo se hizo uno de nosotros por medio de Jesucristo y tomó nuestros pecados sobre Sí para redimirnos. Es natural que temamos decepcionar a Dios con nuestras flaquezas cuando deseamos complacer Su Amor Infinito, pero Él mismo nos revela Su predilección por los que más se consideran necesitados de Él, los más pequeños y débiles. Nos aseguran las Sagradas Escrituras: “un corazón contrito y humillado, Dios mío, no lo desprecias.” (Salmo 51, 19). Explica Sta. Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz:”¡Ah! ¿Qué alma no desea poseer la virtud? ¡Este es el camino común! ¡Pero qué pocas son las que aceptan caer, ser débiles, las que se gozan de verse por tierra y de que los demás las sorprendan caídas!”
En desgracia ante los hombres encontramos a S. Marcos [s. I, fiesta el 25 de abril] cuando su primo S. Bernabé intenta convencer a S. Pablo que le llevaran en uno de sus viajes: “Pablo, en cambio, consideraba que no debían llevar consigo al que se había apartado de ellos en Panfilia y no les había acompañado en la tarea.” (Hechos 15, 38). No se explica por qué S. Marcos no terminó el primer viaje con ellos, pero sea lo que fuera el motivo, no calmó la reticencia de S. Pablo, quien eligió otro compañero de viaje y se separó de S. Bernabé y S. Marcos.
S. Marcos podría haberse dejado hundir por el fracaso del primer viaje y haber desistido la idea de seguir evangelizando y hasta haber dejado la Iglesia que no parecía apreciarle, pero gracias a Dios no fue así. Aunque S. Pablo no creía que fuera adecuado para la tarea, S. Marcos no calló la llamada del Señor en su corazón y persistió en su deseo de acompañar y servir generosamente a los Apóstoles por amor de Dios. Se dejó llevar a donde el Señor indicara que pudiera servir. Así viaja con S. Bernabé, acompaña a S. Pedro y escribe su Evangelio, y sigue ofreciendo su ayuda sin rencor a S. Pablo, que llegó a decir de él y de dos otros: “Estos son los únicos de la circuncisión que colaboran conmigo por el Reino de Dios y que me han servido de consuelo” (Colosenses 4, 11). Tanto llega a apreciarle, que pide a S. Timoteo que le lleve a él “porque me es útil para el ministerio” (2 Timoteo 4, 1). El Señor, conociendo tanto las debilidades como las virtudes del santo, no le había llamado en vano, y se piensa que S. Marcos fundó la Iglesia en Alejandría antes de ser martirizado por su fe.
Coloquemos nuestras pobres almas en el caleidoscopio de Amor de la Ssma. Trinidad, aunque no podamos ver más que nuestra miseria, y confiemos en el Plan de Dios para cada uno de nosotros, hasta en nuestros momentos de fracasos. El Señor nos conoce mejor y ama más que nadie y si dejamos que Él nos mueva donde desee y como desee (como hizo S. Marcos), hasta nuestros tumbos y caídas espirituales por el túnel de la vida podrán llegar a dar gloria a Dios gracias a los méritos de Jesucristo, nuestro Señor y Redentor.
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Imágenes del post de Wikimedia Commons: caleidoscopio (Koperczak at pl.wikipedia), mosaico (sin autor), portal (M. Casanova)
Pregunta del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Cómo reacciona ante sus fracasos? ¿Qué valor espiritual ha encontrado en ellos?
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12 comentarios
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Carmen, recuerdo el refrán de si Dios cierra una puerta, abre una ventana. Pero, sé que no siempre es fácil encontrar esa ventana. Reconozco que si algo me angustia, lloro y busco soledad para desahogarme ante el Señor porque sé que Él me consolará, como dice, y me ayudará a aceptar mis limitaciones, pedir perdón si he pecado, y buscar Su Voluntad. Si se trata de alguna simple desilusión, procuro no darle gran importancia pero sí sacar alguna lección de ello con la ayuda de Dios. Como señala tan bien, es el amor propio lo que nos duele. Gracias por haber dejado su comentario.
El valor no lo he encontrado en los fracasos, sino en que cada vez más entiendo que el Señor no nos abandona. En mis peores momentos Él ha sido mi consuelo y, hasta hoy, sigo con vida, confiando en que de alguna manera Él encontrará la solución a mis problemas.
Gracias por la anécdota del caleidoscopio. Se la compartí a un amigo cuya empresa se llama "Kaleido", creo que le encontrará mucho valor.
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DavidQ, una novicia recuerda esta anécdota de Sta. Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz: "En una fiesta de Comunidad en la que se habla representado una «piadosa recreación» compuesta por ella, fue censurada por su larga duración, y se la mandó interrumpir (Se trata del cántico de «el Ángel del Desierto», en la pieza de la «Huida a Egipto», 21 de enero de 1896.) Yo la sorprendí, entre bastidores, enjugándose algunas lágrimas; luego, habiéndose recobrado, permaneció tranquila y dulce bajo la humillación." ["Consejos y recuerdos" II, 5] ¡Cuánto me gustaría poder reaccionar como la santa, a quien se le salían las lágrimas por ser humana, pero que lograba dominarse por amor de Dios.
Me alegro que guarde la esperanza tras los malos ratos. Me parece que eso es lo principal: lo que hacemos después del fracaso, si nos levantamos tras las caídas apoyados en el Señor. Es tan importante no apartarnos del Señor aunque nos parezca que lo hagamos a tientas a veces. Tiene razón, el fracaso en sí no es valor... creo que lo es la gracia de Dios cuando dejamos que actúe en nosotros. Un saludo.
Confío en que Jesús sabrá obtener cosas buenísimas con esos fracasos. (Lo que para nosostros es un fracaso, ¿lo es a Sus ojos?)
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Susi, gracias por recordarnos que es esencial ver todo lo que nos pasa por los Ojos del Señor. Muchas veces me enfrasco con lo mío y cuando me acuerdo de la Voluntad de Dios, entonces es cuando encuentro cierto alivio.
Creo que a veces me abrumo sin necesidad. ¿No nos dijo el Señor que a cada día le basta su afán? Necesito ser más como los niños que se despiertan cada día sin recordar el mal pasado. Quizá así pudo encontrar S. Marcos la valentía de seguir ofreciéndose al Señor hasta su muerte.
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Guillermo, muchas gracias por haber compartido la luz que recibió. En mi opinión, resume muy bien con "obediencia" una gran diferencia entre cómo el Señor demostró Su Amor al Padre y cómo lo hacemos los pecadores. La Ssma. Virgen María, que se llamó esclava del Señor, fue discípula perfecta del Señor. Un saludo.
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Guillermo, me gustado mucho esa anécdota de S. Jerónimo. Más aún, lo maravilloso es que por la Confesión Sacramental nos perdona Dios nuestros pecados. ¡Qué bueno es el Señor!
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Norberto, me parece que si nos pudiéramos deshacer de los respetos humanos (incluyendo el orgullo que menciona Carmen) nos sentiríamos más libres para hacer la Voluntad de Dios. Pienso en la vida de S. Francisco de Asís, por ejemplo. Un saludo.
En cuanto a las preguntas que nos plantea, reconozco que ante mis fracasos suelo reaccionar con incredulidad, y a veces me desespero un poco, pensando que soy el más miserable de los hombres. Pero también pienso que todo lo que nos sucede en la vida, o bien es querido por la voluntad de Dios, o bien Él lo permite, por lo que algún sentido debe tener. Lo importante es tratar de buscar y entender ese sentido.
El valor espiritual de los fracasos es muy grande. Es el mismo valor del dolor, del sufrimiento que nos acompaña inevitablemente en la vida. Es la Cruz que todos y cada uno de nosotros llevamos a cuestas todos los días, y que nos une más a Cristo sin que nos demos cuenta de ello.
Pero no crea usted que todo esto lo he pensado siempre. Muchas veces simplemente me he rebelado contra mi sufrimiento y me he sumido en la desesperación y en la incomprensión. Veo que el Señor poco a poco me va guiando por el camino correcto y me va haciendo comprender cosas que sin la ayuda de Su Gracia serían incomprensibles. Ya lo dijo Él, según nos cuenta San Juan en el capítulo 15 de su Evangelio: sin mí no podéis hacer nada.
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Raúl, siento mucho que esté enfrentando dificultades en estos momentos. Espero que todo se solucione con la ayuda de Dios.
Se dice que en las dificultades uno conoce a sus amigos. No hay mejor Amigo que Dios mismo. No lo digo por decir. En momentos de gran soledad y de falta de comprensión de seres queridos me he dado cuenta de que Dios no me abandonaba.
Un fracaso mío que me viene a la mente tras leer su comentario es mi primer año trabajando en una escuela, dando clases de español. No fue lo que me esperaba y no sabía si iba a querer continuar o si sería mejor buscarme otro puesto. Vivía sola lejos de parientes y amigos. Había una iglesia muy cerca de la escuela y, gracias a Dios, estaba abierta durante el día y podía entrar allí para rezar después del trabajo. Me sentía fracasada cuando iba y siempre consolada al salir. Poco a poco se fueron solucionando varias situaciones que no podía haber cambiado yo misma hasta que cuando dejé ese puesto para mudarme cinco años después me sentía a gusto en ese puesto.
Me sorprendía ver cómo cuanto más dejaba en manos de Dios y menos confiaba solo en mí misma, mejor me salía todo. No lo aprendí enseguida, sino como comenta que le pasó, el Señor fue guiándome poco a poco. De todo mal saca bien el Señor, y en mi caso ese fracaso de inicio laboral me acabó acercando más a los Sacramentos de la Iglesia. Gracias por haber compartido sus reflexiones.
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Gregory, creo que la clave está en esa conversión que menciona. ¿Cómo puede ser que personas en situaciones de crisis parecidas acaben eligiendo sendas muy diferentes acercándose a Dios o alejándose de la Iglesia? Me lo he preguntado muchas veces. Quizá sea por lo que comenta sobre la conversión. Dios siempre está dispuesto a concedernos la gracia necesaria, pero hemos de aceptarla y desearla como la Bta. Madre Teresa de Calcuta. ¡Muchas gracias por lo que ha compartido!
PS Me encantan sus artículos, me alegra su retorno y las buenas noticias que trae de su propia vida. Tengo cuatro hijos muy seguidos y es una maravilla, un regalo del Cielo.
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Enrique, de Sevilla [una ciudad preciosa, por cierto], aprecio mucho su testimonio de cómo ha sentido la presencia de Dios ayudándole en su vida. Lo que comenta me recuerda esta cita de S. Pablo:
"Sabemos que todas las cosas cooperan para el bien de los que aman a Dios, de los que son llamados según su designio. Porque a los que de antemano eligió también predestinó para que lleguen a ser conformes con la imagen de su Hijo, a fin de que él sea primogénito entre muchos hermanos." (Romanos 8, 28-29)Destaca para mí la condición "de los que aman a Dios...", además de la Voluntad de Dios de "que lleguen a ser conformes con la imagen de su Hijo", el Hijo que murió fracasado sobre la Cruz a los ojos del mundo, pero que en ese momento de "fracaso" nos enseñó mejor que nadie cómo amar a Dios.
Le agradezco su apoyo del blog y me alegro mucho que aprecie tanto a su familia. Hace ocho años no sabía si tendría siquiera un hijo, o sea que ya se puede imaginar mi alegría de que el Señor me haya concedido mucho más de lo que me esperaba.
ejem.)pese a mis esfuerzos vivimos aquí, porque así lo desea,sus motivos tendrá,ya solo digo como María:hágase Tu voluntad en mí.Somos Sus ovejas,no dice Isaías? No temas,que yo te he rescatado,te he llamado por tu nombre.
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Odet, "te he llamado por tu nombre"... ¡qué gran consuelo! Dios tiene cada uno de nuestros cabellos contados y nos conoció desde el seno de nuestra madre, como podemos leer en la Biblia... ¡Cuántas muestras de cariño personal nos ha dejado Dios Todopoderoso como pistas de su Infinito Amor!
Como San Marcos, también otros santos, y santas, habían pensado establecer un camino para continuar con el Señor, allá donde le llevase, pero no siempre se puede comprender el camino del Señor, que en un momento dado, le lleva por donde realmente se necesita más.
Almas con mucha santidad, que no quiere ir por ejemplo, a tal ciudad, intenta una vez pasar de largo, una segunda vez, hasta que comprende que es el mismo Dios, que nos guía. Guía al alma para que ofrezca su testimonio, que todo un pueblo se admira de la gloria de Dios en aquel peregrino, aquel evangelizador.
Amar al Señor, ser uno complentamente en Cristo Jesús, dejamos de pensar según el hombre viejo, pero necesitamos perseverar.
Y es que, cuando se ama al Señor nuestro Dios, ¿qué es el resentimiento? ¿qué es el rencor? Pero si mi corazón tiene apego a la mundanidad, sí que hay rencor y resentimiento, si que yo intentaría exponer como debe seguirse al Señor, siguiendo la medida de mi "hombre viejo", que endurece de tal forma el corazón, que es incapaz de reconocer el verdadero sentido del Espíritu de Dios. Que nuestra tarea debe ser según el Corazón de Dios. También lo comprendieron los Santos Apóstoles, en un principio las cosas parecen complicarse, pero sólamente desde la oración constante, sincera, todo se comprende mejor.
Respecto al fracaso, que si San Marcos en el primer viaje.
Yo he pensado, incluso he escuchado ciertos disparates, "Cristo ha fracasado en la muerte de Cruz", más de una vez lo oí en uno o en otro sermón, aunque en distintos días, pero dicho por un sacerdote.
En el fracaso, tengo entendido, que ni Cristo ha fracasado, porque todo lo que le sucedió, ya lo había explicado a lo largo del Evangelio. Y ninguno de nosotros podríamos fracasar siempre que estemos dispuestos a conformarnos con la Voluntad de Dios, no existe el fracaso, cuando ponemos todo en las manos de Dios, dejando a Él, que a partir de entonces, que suceda las cosas según Dios, no según nuestros planes. Si pensamos en nosotros mismos, ya nos estamos encaminando en nuestro fracaso, porque no buscamos la Gloria de Dios, sino que nos aprovechamos de Él por nuestros propios intereses egoístas.
La muerte de los santos mártires, fue semilla de nuevos cristianos. Pero nadie puede ser mártir sin la causa que es Cristo.
Sobre los errores.
Aparte de esto, he leído en un comentario, "los errores nos deben enseñar", yo siempre he pensado que es todo lo contrario, porque lo que nos enseña de verdad, es la Sabiduría de Dios, ni siquiera la sabiduría humana es demasiado perfecta.
Lo que nos ayuda a superar nuestras equivocaciones no son nuestros errores, que suele hacernos la zancadilla, es la Sabiduría, la prudencia, por la que superamos tales errores. Los errores no son virtudes, que también, pienso, que puede ser ocasionado por la inexperiencia, por algún despiste, peor aún, por la afición a los elementos mundanos que nos hace creer que esas vanas ocurrencias del hombre viejo, puede ser una solución eficaz. Los Santos Padres, por lo que he leído, nunca se ha dicho, "aprender de los errores", Tenemos a Cristo, tenemos a la Santa Madre Iglesia Católica, es Maestra, y nos previene siempre de los errores.
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José Luis, el "fracaso" de Cristo crucificado, como lo suelo oír en los sermones, suele referirse a cómo el mundo ve este "escándalo para los judíos, necedad para los gentiles" (1 Corintios 1, 23)... Continúa S. Pablo explicando sobre la Sabiduría de Dios (de la cual comenta en su comentario también): "Porque lo necio de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres." (1 Corintios 1, 25)
Cconcuerdo con que es un lujo poder leer los comentarios que dejan los lectores de este portal. Gracias por lo que aporta en los suyos.
Mi situación es como la de Raúl, o peor. Reniego frecuentemente de mi sufrimiento y 'reclamo'. Creo que mucho se debe a que dependí casi siempre de 'mis' fuerzas; enorme mi soberbia, aunque creo no tuve mala voluntad, así entendí mi entrega. Es grande mi confusión, pues ya no funcionan mis actitudes anteriores; pero 'a quien acudiré', mi fe sigue vigente aun ahora. Cuando terminando la Consagración, el sacerdote dice: ...será derramada por vosotros y por 'muchos'... ; me da pánico no ser uno de esos 'muchos'. Mi 'conversión' -que debe ser continuada- no se realiza, sigo inmóvil, atorado. Mis 'caminos' anteriores, ya no sirven.
Algunos artículos que he leído aquí, recientemente, me dan cierta luz de que debo aceptar mi debilidad completamente y 'abandonarme en Sus manos'. Tendría que entrar en detalles muy personales de lo que esto significa para mi, pues creo es muy riesgoso, 'luchar menos'.
Desgraciadamente la falta de sacerdotes localmente, no me facilita encontrar director espiritual. Difícilmente hay confesiones durante las pocas misas.
La felicito por sus hijos, incluyendo al próximo. Gracias por sus artículos tan de Dios, que me 'llegan'.
PD- tengo un amigo quien hace tiempo, por gusto, hizo varios caleidoscopios, ahora con vidrios y trozos de plástico, de colores. ¡ Qué bonitos son!
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Alf_3, me alegro leer en su comentario que rechace en su vida espiritual la tibieza que tan contraria es al crecimiento en el amor de Dios.
Respecto a la dificultad de confesarse sacramentalmente, no tema pedir a algún sacerdote confesarse fuera de horas. Si le es posible al sacerdote en ese momento, probablemente lo hará enseguida, y si no, lo más probable es que le diga cuándo lo podrá hacer. Recuerdo una frase que la madre de S. Josemaría Escrivá solía decirle al santo de pequeño: "La vergüenza solo para pecar". :)
Le agradezco su apoyo de la portal y del blog. Es una bonita afición la de su amigo. Nunca he hecho un caleidoscopio, pero mis hijos, al ver el vídeo que incluyo en el post, han tomado interés.
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