¿Por qué ir a Misa?
Hay quienes me echan en cara que hayan visto en Misa a personas que escandalizan por sus pecados públicos. Pero, cuando voy a Misa los domingos y fiestas de guardar no enfrento el ajetreo de asegurarme que no falte ninguno de mis pequeñines en el coche (y que estén presentables con los debidos calcetines/medias/zapatos) antes de salir a la máxima velocidad permisible por ley, solo para ver a pecadores. Para ver a una pecadora mis hijos no tienen más que verme, y eso sin necesidad de salir de casa…
Entonces, ¿por qué arriesgar una tranquila mañana o tarde llevando a mis hijos a donde se espera que estén razonablemente calladitos más tiempo de lo que parece que pueden aguantar? ¿Por qué ir a Misa? El Evangelio del IV domingo de Pascua [21.4.13] me ofrece la respuesta:
”Mi Padre, que me las ha dado [a mis ovejas], supera a todos” (Jn. 10, 29). Siendo Dios superior a los hombres, tiene sentido que el Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerde:
“2176 La celebración del domingo cumple la prescripción moral, inscrita en el corazón del hombre, de “dar a Dios un culto exterior, visible, público y regular bajo el signo de su bondad universal hacia los hombres” (S. Tomás de Aquino, “Suma Teológica”. 2-2, 122, 4).”
No hay duda que al cumplir el Tercer Mandamiento de Dios y el Primer Mandamiento de la Iglesia yendo a Misa, si uno busca ver allí a pecadores los encontrará, pero también es de seguro que si uno busca de corazón a Dios, Quien es Superior a todo, también Le encontrará en la Misa, la oración más perfecta “por Cristo, con Él y en Él”. El doctor de la Iglesia S. Anselmo de Canterbury [(1033-1109), fiesta 21 de abril), escribiendo sobre la existencia de Dios en “Proslógion”, comenta:
“¿Has encontrado, alma mía, lo que buscabas? Buscabas a Dios, y has encontrado que Él está por encima de todas las cosas, que nada mejor que Él se puede imaginar, y que Él es la vida, la luz, la sabiduría, la bondad, la bienaventuranza eterna y la eternidad dichosa; Él está por todas partes y siempre.”
Más aún, se encuentra de forma particular en la Eucaristía. Allí se encuentra verdaderamente presente el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad del Señor de tal forma que al recibir la Comunión nos encontramos en especial intimidad con Dios Todopoderoso, lo sintamos o no. Jesucristo nos reveló: “Yo y el Padre somos uno” (Jn. 10, 29), o sea que sabemos que tenemos en Misa a todo Dios, que nos espera con Amor Infinito. S. Juan María Vianney comenta que si supiéramos el valor de una Misa nos moriríamos de alegría. Nos anima, pues, S. Anselmo a recogernos ante el Señor:
“Ea, hombrecillo, deja un momento tus ocupaciones habituales; entra un instante en ti mismo, lejos del tumulto de tus pensamientos. Arroja fuera de ti las preocupaciones agobiantes; aparta de ti tus inquietudes trabajosas. Dedícate algún rato a Dios y descansa siquiera un momento en su presencia. Entra en el aposento de tu alma; excluye todo, excepto Dios y lo que pueda ayudarte para buscarle; y así, cerradas todas las puertas, ve en pos de Él. Di, pues, alma mía, di a Dios: «Busco tu rostro; Señor, anhelo ver tu rostro.»
En la Misa encontramos todo lo que anhela nuestras almas y podemos demostrarle al Señor nuestro deseo y amor de Él en la Misa a pesar de las distracciones que pudieran ocasionar niños pequeños y otros que nos rodeen. Lo podemos hacer con esas palabras de S. Anselmo, o sin palabra alguna (ya que Dios lee nuestros corazones). Podemos oír Su Voz con el Espíritu Santo presente de forma especial por medio de la Liturgia de la Palabra y podemos gustar Su Mismo Ser en nuestras almas durante la Liturgia de la Eucaristía. Fijémonos, entonces, no tanto en la miseria de los que nos presentamos ante el Señor en la Misa, sino en la grandeza de Dios, Quien nos ama más y mejor que nadie y Se hace particularmente presente en la Misa por cada uno de nosotros hasta que nos encontremos cara a cara en la eternidad.
“Entre tanto, que [el conocimiento y el amor de Dios] sea lo que medite mi mente, proclame mi lengua, ame mi corazón y hable mi boca. Que sea el hambre de mi alma, y la sed de mi cuerpo; que todo mi ser lo desee, hasta que entre en el gozo del Señor, que es Dios trino y uno, bendito en todos los siglos. Amén.” (S. Anselmo, “Proslogión”)
Letra en español de la canción en el vídeo que fue compuesta por el P. Frederick William Faber (converso al catolicismo) [traducción mía]
1. Jesús, mi Señor, mi Dios, mi todo
¿cómo puedo amaros como debería
y cómo reverenciar este maravilloso don
que tan alto sobrepasa esperanza o pensamiento?
Coro:
¡Dulce Sacramento, a Vos adoramos!
¡Oh, haced que Os amemos más y más. (2x)
2. Si tuviera el corazón inmaculado de María
con el cual amaros, queridísimo Rey,
¡oh, con qué estallidos de fervorosa alabanza,
Vuestra bondad, Jesús, cantaría !
3. ¡Vuestro Cuerpo, Alma y Divinidad, todo!
¡Oh misterio de amor divino!
No puedo concebi, r todo lo que poseo,
¡ya que todo lo que Vos poseéis y sois es mío!
4. Toquen, pues, Sus alabanzas más alto aún,
y vengan, ángeles, a nuestro auxilio;
¡ya que éste es Dios, el mismo Dios
Que tanto a hombre y ángeles ha creado!
Fotos de Wikimedia Commons: Misa (por sjouker) y cuadro de S. Anselmo (por G.Hagedorn)
Pregunta del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: Si es católico, ¿por qué va a Misa?
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33 comentarios
nos alegramos mucho de tu vuelta y
también del precioso motivo de tu ausencia.
Abrazo y bendición + JMI
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Muchísimas gracias, P. Iraburu, sobre todo por sus oraciones. Le ruego que me siga teniendo en cuenta en ellas a lo largo de mi actual embarazo.
Un fuerte abrazo
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Rojobilbao, aprecio mucho su apoyo [y la sinceridad de los que por buen motivo me han escrito pidiendo que no volviera a escribir]. Gracias a Dios, vuelvo a estar embarazada (esperando el/la bebé para principios de septiembre), pero pienso seguir publicando posts mientras pueda, Dios mediante. Le agradezco por adelantado sus oraciones. Un saludo.
Cosa distinta son los pecadores escandalosos, porque una cosa es cometer errores y otra es alardear de ellos y alardear de santo a la vez.
Aunque la diferencia entre "ellos" y "nosotros" (a veces no sé si existe) es apenas que sus actos son públicos y los nuestros privados. Y como para Dios no hay nada oculto, es casi igual para Él -excepto por aquéllo de "ay de aquél que escandalice (Mt 18,6)"-.
Así que yo tampoco me dedico a buscar pecadores en Misa, me basta con el que llevo dentro de la camisa.
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Con respecto al título del post, yo creo que ir a Misa es un buen hábito. Y como todo hábito requiere práctica constante para encontrarle su beneficio. No es que no lo tenga cada Misa, sino es que no lo notamos hasta que llevamos varias acumuladas. Así es el ser humano y por eso la Iglesia pide que uno se habitúe a su Misa dominical (como mínimo). Si no fuera por eso, la más mínima fracción de pan de la Eucaristía sería suficiente para toda la vida y la vida eterna.
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En fin, no se excuse por estar ausente, que lo hizo por las mejores razones del mundo.
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DavidQ, añado que solo porque alguien haya cometido pecados públicos, no significa eso que está dispensando de ir a Misa. Todos los católicos bautizados que hayamos llegado al uso de la razón debemos cumplir con el precepto dominical.
Otra cosa es si uno puede comulgar o no. Ir a Misa no significa que hay que comulgar. No es pecado ir a Misa y no comulgar por tener en la conciencia algún pecado mortal no confesado sacramentalmente. Si uno comulgara sin haber confesado algún pecado mortal, eso añadiría el pecado de sacrilegio. Pero, si uno no fuera a Misa, pecaría contra el Tercer Mandamiento de Dios y el Primer Mandamiento de la Iglesia.
Le agradezco mucho su reflexión sobre el tema.
Habrá que cambiar la presentación, pero ya casi mejor esperar la llegada del cuarto de sus hijos.Rezaremos para que todo siga bien.
Un afectuoso saludo.
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Amalia, muchas gracias por su atento comentario. :) Es verdad, no he pedido que cambiaran la información en el lado derecho del blog. No lo puedo cambiar yo, sino que alguien del portal lo tiene que hacer. Sí, quizá fuera mejor esperar unos pocos meses más. Un saludo.
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Juanjo Romero, aprecio mucho el apoyo de InfoCatólica por haber comprendido todos tan generosamente los motivos de mi ausencia. Siento mucho no haber sacado el tiempo antes. Ahora que puedo dormir un poco más por la noche, es como si me hubiera aclarado algo el cerebro. :) Por cierto, sigo teniendo presente a toda su familia en mis oraciones.
Sin duda el catolicismo en USA va a crecer en las estadísticas.
Enhorabuena, y no deje de escribir.
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Rojobilbao, gracias a Dios, mis hijas no me han tenido haciendo tanto ejercicio durante la Misa y mi hijo (7 años) ni se acuerda ya de que solía correr por los pasillos de la iglesia (aunque todavía le cueste estarse completamente quietecito). Mi hijo va a recibir su Primera Comunión en unas pocas semanas. :) ¡Cómo pasa el tiempo!
Cuatro hijos en mi actual parroquia creo que ni llega al promedio de hijos por familia. Hay muchas familias con 8, 9, 10 hijos. Soy de las que menos tiene. :) Un saludo.
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P. Tomás, muchísimas gracias por sus oraciones. Un saludo.
Sabiendo que trata sobre la Misa, me viene bien para plantear una duda que me ronda por la cabeza estos días. ¿Qué ocurriría si algún día en alguna iglesia no asistiera nadie a alguna misa? ¿se celebraría igualmente? Ya sé que la Misa es fundamentalmente un sacrificio, y que por ello es independiente de la asistencia de nadie, pero podría un sacerdote celebrarla en ese caso?? Hacer la homilía...? No sé, es una cuestión que alguna vez me he planteado, hoy precisamente me ha vuelto a surgir, y este artículo suyo me ha parecido la ocasión propicia para plantearlo.
Un abrazo y bienvenida de nuevo.
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Raúl, quizá después de leerse el post se tenga que arrepentir de alegrarse por la vuelta. :)
Respecto a su duda, sé que los sacerdotes pueden celebrar Misa a solas y que en tales casos, si mal no me acuerdo, se modifican ciertas respuestas según indique el Misal. De vez en cuando he entrado en iglesias cuando no había Misa en el horario y me encontré con un sacerdote celebrando Misa por su cuenta en el altar principal o en algún altar menor.
Lo triste (y me pasó este pasado sábado) es cuando se reúne la gente para la Misa y no hay sacerdote para celebrarla. Entonces sí que no puede haber Misa. ¡Qué bendición de Dios que haya sacerdotes en el mundo! ¡Cuánto deberíamos de pedirle al Señor más respuestas generosas a las vocaciones sacerdotales! Un saludo.
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Juan (), le agradezco mucho su apoyo tan confiado del blog, pero sobre todo sus oraciones (que estoy segura habrá escuchado el Señor). Muchas gracias y le ruego que siga teniendo presente en sus oraciones a mi familia y a todos los que pasan por este espacio.
Voy a misa - divina liturgia - porque es el cielo en la tierra.
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Norberto, siento que haya pasado un día de pruebas y me alegro de verle pasar por aquí.
A veces con mis hijos en la Misa me tengo que esforzar para recordar que la Misa es el Cielo en la tierra, como dice, pero estoy convencida de ello y por eso no dejaré de llevar a mis hijos a Misa mientras el Señor me lo permita. Un saludo.
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Maricruz Tasies, ¡gracias por haber dejado su comentario! He tenido muy presente a su familia en mis oraciones. Un abrazo.
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Norberto, ¡muy feliz coincidencia! Poco después de decidir el nombre de mi hija María Esperanza y unos meses antes de que naciera ella, estuve en España con mi esposo e hijo. Nos alojamos en un convento de monjas que conozco desde mi infancia. No lo sabía, pero su titular era la Virgen de la Esperanza y se pusieron muy contentas al oír el nombre de la bebé.
Con María Alegría decidimos que iba a ser algún nombre de advocación mariana también. Buscando información sobre la Virgen de la Esperanza para compartir con mi hija, me topé con información sobre la Virgen de la Alegría (quizá fuera la de su parroquia, no me acuerdo). Elegimos el nombre por devoción a la Virgen y por su significado tan vinculado a la Virgen de la Esperanza también. Esperamos que nuestras hijas guarden siempre la alegría y la esperanza cristiana en sus vidas a pesar de las pruebas que enfrenten. Me alegra conocer a alguien de una parroquia con la Virgen de la Alegría como titular.
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Guillermo, me alegra leer su comentario. Espero que Vd. y su familia estén todos bien también. Muchas gracias por sus oraciones. :)
No podía dejar de decirlo, aunque ahora hago una vida muy retirada... Con excepciones, pues mañana salgo hacia Córdoba para participar en el Congreso Internacional que se celebrará allí sobre San Juan de Ávila.
Y felicidades por su nuevo embarazo. Gracias, muchas gracias por estar dispuesta a seguir ayudándonos con sus reflexiones. Le he echado mucho de menos...
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Flavia, es un placer leerle de nuevo y le deseo todo lo mejor para su viaje. Le ruego que tenga presente a mi familia en sus oraciones. Un saludo.
Gracias por este reencuentro.
Felicitaciones por sus hijos, ellos necesitan a su madre, y mientras tanto, meditando las cosas de Dios, lo que crezca en sabiduría, ya encontrará ocasión de compartirlo. Los lectores podemos esperar.
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Enrique G.B.A., le agradezco su apoyo del blog y que sea tan comprensivo. Muchas gracias por haber dejado su comentario.
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Gregory, en efecto, nuestras obligaciones según nuestro estado de vida tienen que ser cumplidas porque esa es la Voluntad de Dios para cada uno de nosotros, pero la devoción es compatible y hasta necesaria. S. Francisco de Sales dedica buenas reflexiones sobre el tema en su "Introducción a la vida devota". Todo es cuestión de prioridades. Gracias por compartir ese testimonio tanto de su creciente fe como la fe de esa joven que menciona.
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Martín Álvarez Pulido, muchas gracias por haber dejado su amable comentario.
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Luis Fernando, muchísimias gracias por la paciencia de la portal a lo largo de mi ausencia. Me alegro de poder seguir contribuyendo algo.
Yo veo en este tiempo de tu ausencia, una lección muy importante, que me das también a mí, esta ausencia es para seguir creciendo en santidad, pues si estoy apegado a Internet, poco haré por el Señor. Pero tomando tiempos... de retiro, para meditar más y mejor el Evangelio de Cristo, es que nos encontramos maravillas.
Tras la ausencia, comienza de nuevo el apostolado, la evangelización.
Un alma que se enamora de la Palabra de Dios, es imposible que busca otras cosas que nada tiene relación con Dios, son las cosas mundanas, la mundanidad del diablo como nos ha recordado el Papa Francisco, o bien dice San Juan Crisóstomo, que los juegos y diversiones son son inventos del diablo. Y según el Evangelio, sabemos que Cristo, y si nosotros estamos realmente con Él, con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, no somos del mundo, pues ser del mundo lleva a que ese cristiano aparte a Cristo de su vida, ser del mundo, ya con cualquier afición, le dicen no a Cristo. Por eso, nos convienne meditar la Palabra de Dios.
Aquí en Infocatólica, hay importantes autores que no cesan de llevarnos a Dios con sus enseñanzas que reciben de Dios. Y esto nos ayuda mucho mejor, nos da fuerzas para seguir con Cristo y la Iglesia Católica, por medio de la oración y Eucaristia.
Los Santos Padres también nos preparan para vivir la Santa Misa, comprender al Señor, pues ¿a qué voy a Misa? ¿para encontrarme con personas y hablar con ellos?
Los Santos Padres nos enseña algo muy importante, y que nosotros ya hemos puesto en práctica, ir a Misa es precisamente para estar plenamente en el Espíritu de Cristo, nos reconocemos débiles y pecadores, pero Cristo no nos deja, nos anima, es el Mejor Amigo que todos podemos tener, pero hemos de hacer su Santísima Voluntad. Por tanto, la tibieza no es un motivo para seguir a Cristo, como nos lo ha referido el Papa con sus palabras, la tibieza es un decir no a Cristo, como he dicho más arriba. Pues ¿de qué me serviría ir a Misa si no cambio en la medida de Cristo?, estaría demostrando a Cristo, que soy un hipócrita, sería un mentiroso, por eso, si vacío mi corazón de toda la corrupción del mundo, y tener sólo a Cristo en mi vida, esto me ayuda a comprender y a amar más a mis hermanos, a mis hermanas en Cristo Jesús, evitando al máximo el proceder del mundo. El corazón que pertenece a Cristo, no tiene necesidad de servir a dos señores, eso está claro. Pues no se puede seguir a Jesucristo fríamente, es decir, con cualquiera de los regalos ofrece a sus propios seguidores, con cualquier afición de la mundanidad.
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José Luis, lamentablemente, todavía no se me da muy bien aprovechar bien el tiempo que me concede el Señor para hacer Su Voluntad en todo momento. Comenta sobre la debilidad humana, y de ello comentaré un poco más en el siguiente post. ¡Qué bueno es el Señor! Gracias por haber dejado su comentario y espero seguir leyendo sus aportes.
En cuanto a la Santa Misa, ninguna palabra que digamos puede acercarse a su valor infinito.
Me limito a citar una frase del Padre Pío: "Para la tierra sería más fácil existir sin el sol que sin el Sagrado Sacrificio de la Misa"
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Luis López, la Misa... ¡qué misterio más profundo del Amor Infinito de Dios! Me encanta la cita que ha dejado de S. Pio de Pietrelcina. Muchas gracias por haberla compartido, y sobre todo por sus oraciones.
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Eduardo Jariod, le agradezco su apoyo del blog. Un saludo.
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Miriam de Argentina, muchas gracias por las felicitaciones. :) Me daría mucha vergüenza corresponder con tan maravillosa bendición de Dios como es otro/a bebé tomándome más vacaciones del blog... Un saludo.
Y ahora, contestando... ¿Por qué voy a misa? Porque sé que allí me espera el Señor y que eso es lo que Él quiere de mi. A veces es un regalo, un lujo, un dejarme abrazar por su Amor. Otras (la mayoría) es un correr detrás de las niñas, soportar a sacerdotes que se saltan la liturgia, tratan el cuerpo de cristo como si fuera una patata frita, o hacen una celebración muy centrada en ellos mismos (30 minutos de sermón para luego saltarse el credo "porque ya nos lo sabemos" -eso lo he vivido tal cual-, o bien otros que parecen funcionarios que miran el reloj deseando terminar). Y sé que a pesar de eso, Dios está ahí con nosotros... Por eso, a pesar de todos esos inconvenientes, hago la mayoría de las veces un esfuerzo para centrarme en lo importante, en que estoy allí para encontrarme con mi Amado...
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María, es maravilloso que Dios Se haga presente en la Eucaristía y que por Amor se una a nuestras almas por medio de la Comunión, y eso a pesar de nuestras imperfectas disposiciones y las distracciones que nos encontremos. ¡Qué bendición de Dios poder estar presente en la Misa, poder tan de cerca al Señor, lo sintamos o no! Muchas gracias por haber compartido sus pensamientos. Un saludo.
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José de María, sí, el Señor ha sido muy generoso conmigo. No creo que haya borrado ninguno de los antiguos posts (excepto uno que corregí hace mucho tiempo). Me alegro que pueda sacar provecho de algunos. Muchas gracias por haber dejado su comentario.
Voy a la Santa Misa a diario para estar con el AMor de los amores y a empezar cielo en la tierra.
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Susi, me alegra leer sus comentarios también y sobre todo que pueda ir a Misa a diario. ¡Qué bendición de Dios! Según tengo entendido, cuando oímos la Santa Misa con devoción y comulgamos, nuestros pecados veniales nos son perdonados, recibimos un aumento de gracia para combatir nuestros pecados, y hasta se reducen las penas temporales debidas a nuestros pecados. Pero para un alma enamorada, lo más importante, como dice, es poder estar con el Amado. Un saludo.
Me extrañaba que ya no escribiera en su blog y no sabía que era por tan buenas razones.
Enhorabuena por los nuevos miembros en la familia.
Muy bonito el evangelio de esta semana con el que se abre esta nueva etapa del blog.
A mí me conmueve especialmente: "Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.»
Saber que estamos en las manos de Dios es fuente de paz.
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Asun, me encanta lo que resalta del Evangelio. Cuando veo cómo confian mis hijos en mí y se duerme mi bebé en mis brazos, ¡cómo me doy cuenta de que necesitamos a Dios! No puedo protegerles a mis hijos de todos los peligros del mundo, pero sabiendo que estamos todos en manos de Dios como dice... ¡qué consuelo! Me alegra leer su comentario. Un saludo.
Un abrazo y un abrazo a tu familia.
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Eleuterio, gracias por su amable mensaje. Un abrazo en el Señor.
bienvenida de nuevo. :D
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Odet, me alegro de verle pasar por aquí también. :) Muchas gracias por su apoyo del blog.
considero una católica ferviente por convicción y trato de buscar una salida a tantas tribulaciones diarias que hay en mi vida me ayudan mucho sus comentarios gracias
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Damaris Miranda, ¡bienvenida! Espero seguir leyendo sus comentarios en el blog. Un saludo.
año de la Eucaristía en octubre de 2004, con las
siguientes palabras:"Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo".En la Palabra de
Dios constantemente proclamada,en el pan y en el vino convertidos en Cuerpo y Sangre de Cristo, es precisamente El, el Señor Resucitado,quien abre la mente y el corazón y se deja reconocer,como sucedió a los dos discípulos de Emaús "al partir el pan" Lc 24,25.
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Odet, ¡que apropiadas son esas citas que ha dejado! ¡Muchas gracias!
Tal vez no sabré espresar lo que siento en mi corazón,la Santa Misa es lo mejor que podemos ofrecer a nuestro Padre Dios, es el Sacrificio incruento del calvario,es Cristo que se ofrece al Padre por nosotros.
En cada Eucaristía, junto al pan y el vino nos ofrecemos nosotros mismos, en la patena de la Misa diaria,todo mi día, toda mi vida.
Y recibir a Cristo en la comunión,Dios en mí y yo en El.
Hay algo mas maravilloso?
Si la gente entendiese lo que es la Misa,si conocieran el don de Dios, no hay nada que pueda dar mas alegría a un alma que sentirse amada por Dios.
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Carmen Gómez, me recuerda algo que oí en una homilía hace poco sobre cómo una entrevistadora le preguntaba a una monja si no echaba de menos el amor de un hombre ya que nunca había experimentado tal relación. La monja respondió preguntando si la entrevistadora alguna vez había experimentado el Amor de Dios. Ella contestó sorprendida que no, nunca, y la monja le preguntó: "¿Y no Le echa de menos en su vida?" A eso, los que estaban presentes comenzaron a aplaudir. El Amor de Dios está siempre muy cerca de nosotros y de forma muy particular en la Misa, pero no siempre nos damos cuenta de ello. Gracias por haber comparatido su reflexión sobre el tema.
Si la gente fuese mas a Misa, si su vida fuera mas de oración, seguro que habría menos divorcios.
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Cármen, le agradezco que haya pasado por aquí de nuevo. Me alegro mucho por su testimonio de la bendición que es la vocación a ser esposa y madre cuando Dios tiene un lugar central en el matrimonio. Le felicito por sus hijos y nietos. Estoy esperando mi cuarto hijo/a y le ruego que tenga presente en sus oraciones a mi familia y a cuantos pasamos por este espacio. Un saludo.
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