Lo difícil que es amar bien a los hijos
El amor de los padres por los hijos parece ser algo tomado por hecho, y parece algo contrario a la naturaleza de los padres el no amar a los hijos. Pero, así rezaba Sta. Teresa de Jesús de Ávila por los padres:
“Abridles, Dios mio, los ojos; dadles a entender qué es el amor que están obligados a tener a sus hijos, para que no les hagan tanto mal, y no se quejen delante de Dios en aquel juicio final de ellos, adonde, aunque no quieran, entenderán el valor de cada cosa.” (“Fundaciones”, l0,9).
¿A qué mal se refiere esta Doctora de la Iglesia? A algo que una comentarista ha demostrado comprender a la perfección a pesar de las tragedias que ha sufrido en su familia.
Karla dejó este comentario en el post “La edad de la primera comunión: ¿por qué tanta prisa?”:
“Mi hija está por realizar su Primera Comunión [mayo, 2011] y quisiera decirle por medio de una carta la importancia que es tener a Dios en nuestro corazón. Quisiera platicarles un poco más a fondo de por qué es para mí importante el tener a Dios con nosotros.
“Tengo 32 años. Es mi primera hija. Tiene 9 años. Desgraciadamente, soy viuda. Ella tenía alrededor de año y medio cuando su papá falleció. Hace tres años mataron a mi hermano y a su hijo. Ella ha vivido todo esto y es por eso que yo como su madre tengo la obligacion de enseñarle todo sobre la religión católica, aparte de que es lo único importante que le puedo dejar y así ella tener la paz y tranquilidad que en mi país nos hace mucha falta. Soy de Chihuahua, Chih. en México. Saludos a todos.”
Sta. Teresa de Jesús observaba en algunos padres algo muy contrario a la actitud de Karla:
“Cosa es de gran lástima, que está el mundo ya con tanta desventura y ceguedad, que les parece a los padres que está su honra en que no se acaba la memoria de este estiércol de los bienes de este mundo, y no la de que tarde o temprano se ha de acabar; y todo lo que tiene fin, aunque dure, se acaba, y hay que hacer poco caso de ello, y que a costa de los pobres hijos quieran sustentar sus vanidades, y quitar a Dios con mucho atrevimiento las almas que quiere para si, y a ellas un tan gran bien […]” (Sta. Teresa de Jesús de Ávila, “Fundaciones”, l0,9).
El gran mal que la santa veía a los padres hacer a sus hijos era poner sus esperanzas en este mundo, sin tener en cuenta que nuestra meta es llegar al Cielo, a Dios mismo. Todo palidece en comparación a la posesión de Dios Todopoderoso. S. Gregorio Magno, cuya fiesta se celebra hoy, señalaba a los fieles: “No pidamos al Señor falsas riquezas, ni bienes terrenos, ni fugaces honores, sino la luz […] que no tiene principio ni fin. El camino para alcanzar esta luz es la fe.” (“Homilía 2 sobre los Evangelios”).
Karla ha elegido muy bien para sus hijos y se propone darles una riqueza que no tiene fin, dando buen ejemplo de cómo los padres debemos administrar para los hijos que el Señor puso bajo nuestro cuidado el don precioso de la fe. Así explica este deber S. Vicente de Lerins:
“Lo que te ha sido confiado es lo que debes custodiar junto a ti y transmitir. Has recibido oro; devuelve, pues, oro. No puedo admitir que sustituyas una cosa por otra. No, tú no puedes desvergonzadamente sustituir el oro por plomo, o tratar de engañar dando bronce en lugar de metal precioso. Quiero oro puro, y no algo que sólo tenga su apariencia.” (“Conmonitorio”, n. 22).
Añade S. Cirilo de Jerusalén: “Recibir la fe es como poner en el banco el dinero que os hemos entregado; Dios os pedirá cuenta de este depósito.” (Catequesis 5, sobre la fe y el símbolo). Más pronto o más tarde, se acabará este mundo. Como nos dice el mismo Señor en el Evangelio del XXII Domingo de Tiempo Ordinario[28.08.2011]: “el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta.” (Mt.16, 27). Elijamos para nosotros y para nuestros hijos, pues, amar a Dios sobre todas las cosas, como nos pide el Señor. El Cielo bien vale la pena.
[Fotos de Wikimedia Commons: Sta. Teresa (w:es:Usuario:Xauxa [GFDL]), Cristo (Vask)]
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Cuáles son los síntomas del mal que describe Sta. Teresa de Jesús? ¿Cómo cree que uno podría superarlos?
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4 comentarios
¡Y las que quedan por venir! A veces seguir el camino estrecho es fácil comparado con vérselo seguir a los hijos...
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Marta, sí, muchas veces me ha costado más perdonar ofensas a mis hijos que ofensas a mí misma. Duele a veces pensar que otros no les hayan tratado con todo cariño, y también quedárselo una a sí misma para que los hijos no piensen mal de otros (que siempre nos podemos equivocar respecto a las intenciones). O, si se han dado cuenta, hacer excusas por los que les hacen daño para que ellos aprendan a perdonar y a comprender al prójimo, mientras que por dentro nos dolemos por su pena.
También me he dolido por dentro verles llorar porque no pueden tener lo que otros niños tienen o cuando al mudarnos donamos algunos juguetes que ya no usaban, por ejemplo. Pero, mi esposo y yo estábamos convencidos de que era mejor que aprendieran a desapegarse de las cosas. Y no es que no les demos algún "capricho" razonable de vez en cuando... Simplemente queremos que aprecien que las cosas no son lo más importante, que cuando van al parque con sus amigos a veces se pasan horas jugando sólo con arena, por ejemplo, y no necesitan todo lo que esté más de moda, que hay más alegría en dar que en recibir, como nos dice la Biblia. No es nada fácil tener que disciplinar a los hijos, pero creo que a largo plazo es lo mejor, y la alegría de verles compartir o no dar importancia a no tener de todo hace que todo valga la pena.
Muchas gracias por haber compartido su experiencia.
Como dice Jesus en Mt.16,24-28 ¿de que le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma? esta lectura podría iluminar a algunos padres.
Quería decirle a Karla que ella ha escogido la mejor parte,Jesucristo le dice a Marta: "María ha escogido la parte buena que no le será quitada"Lc.10,38-42.Animo Karla.
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Odet, admiro que Karla no se puso como meta el acumular bienes materiales para sus hijos "para que tengan un buen futuro", como se suele oír mucho, sino que les enseña a guardar tesoros en el Cielo, como nos recomienda el Señor, para el mejor futuro posible.
No es que los bienes materiales en sí sean algo malo, sino que el problema está en cómo se usan y la actitud que uno tenga hacia ellos, el no usarlos con pobreza de espíritu. Y no me es siempre fácil dar ejemplo de eso a mis hijos porque primero tengo que saber vivirlo.
Karla sí ha escogido la mejor parte tanto para sus hijos como para ella misma.
Curiosamente hoy, en el rezo de las laudes, mi (futuro) suegro hablaba en su casa muy en línea a lo que comentas en este post. Nos decía que debemos siempre buscar agradar a Dios y no al esposo, la esposa, los hijos o quienquiera que sea. Lo decía con respecto al evangelio de hoy (la corrección fraterna) pero también hablaba de lo que dice Sta. Teresa acerca de los padres que les quitan los bienes espirituales a sus hijos y que sólo tienen en mente lo material.
Creo que para superar este problema sólo hay que escuchar la última parte del evangelio de hoy "Donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estaré yo en medio de ellos". La oración en familia es algo muy importante en cualquier etapa de la vida. Yo no lo he podido ver en mi propia familia porque mis padres no rezan (mi mamá lo hace a solas y lo hace desde hace apenas unos pocos meses), pero sí que he podido ver los frutos en la familia de mi novia, donde todos los domingos rezan las laudes juntos.
Espero que tengas una semana llena de bendiciones =)
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Daniel M., ¡qué alegría saber que está comprometido para casarse! Les deseo toda bendición del Señor para su matrimonio.
Me parece que el agradar a Dios es compatible con el agradar al prójimo, ya que por amor de Dios se puede amar a otros mejor y mejorar nuestro trato con otros, sacrificarnos sin sacrificar nuestros valores cristianos.
Su comentario me recuerda un par de citas de la Bta. Madre Teresa de Calcutta, cuya fiesta se celebra el 5 de septiembre:
"Amemos a los otros como Dios nos ama a cada uno de nosotros, y ¿dónde empieza este amor? En nuestros propios hogares. ¿Cómo comienza? Rezando juntos."Muchísimas gracias por sus oraciones.
"La familia que reza unida, permanece unida; si están juntos, ellos se amarán los unos a los otros como Dios ha amado a cada uno de ellos. Y las obras de amor son siempre obras de paz."
COntando con la oración, el sacrificio, el buen ejemplo, implorar la gracia de Dios para toda la familia, al ejemplo de la Sagrada Familia.
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Susi, aunque los padres no vivan vidas buenas, hay esperanza de que Dios Padre sí puede obrar Su Gracia en los hijos. Pienso en la Bta. Laura Vicuña, por ejemplo, cuya santidad resultó en la conversión de vida de su madre. Pero, los padres tienen al menos el deber de ayudar a sus hijos a conocer a Dios y a amarle como sólo Él se merece. Si ellos no van a ser buenos ejemplos, al menos que les dejen conocer a la Sagrada Familia como tal ejemplo a imitar. Quizá lo digo porque me gustaría que mis hijos llegaran a ser santos (la vocación de todos los bautizados), a pesar de los malos ejemplos que les pueda dar a lo largo de sus vidas. Un saludo.
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