El peligro de la incertidumbre
En tiempos del Señor no había coches, ni faros de coches, o sea que mucho menos existía la expresión tan común en inglés que compara a los indecisos a un ciervo ante los faros de un coche (que acaba atropellado porque le paraliza la sorpresa del momento). No es precisamente una imagen grata ni linda de esa mansa creatura, pero en la vida espiritual se corre el riesgo de asemejarnos más a ese ciervo que al ciervo tan estimado en los salmos bíblicos.
Y no es que la indecisión sea en sí algo malo, como explica S. Antonio María Zaccaria en una carta a dos compañeros (4 de enero, 1931) [de donde son el resto de las citas del santo en este post]:
“Bien es verdad, queridos, que Dios ha creado el espíritu del hombre voluble e inconstante para que no se mantenga en el mal; y también, para que una vez alcanzado un bien, no se detenga en él, sino que pase a uno más grande, y de éste a otro mayor; de manera que, pasando progresivamente de una a otra virtud, logre alcanzar la cumbre de la perfección.”
Éste, según el santo, es el gran problema de la indecisión:
“¡Pobre de nosotros!, porque la inestabilidad e indecisión que deberíamos tener y ejercitar para huir del mal la dedicaríamos para el bien.” Este santo italiano, que escribía a pocos años de la comercialización de los coches, no usa la imagen del ciervo ante los faros de un coche, pero no se quedó corto de imágenes:
“Esta indecisión, ante todo, impide al hombre progresar; ya que, colocado entre dos polos, no es atraído por ninguno de los dos; o sea, no hace el bien presente mirando el futuro, ni hace tampoco el bien venidero porque se siente atraído por el presente, dudando del futuro. ¿Sabéis a quien se parece? A uno que quiere amar dos cosas contrarias, y (como dice el proverbio) ‘quien persigue a dos liebres, una huye y la otra escapa’.
“Mientras el hombre se encuentre indeciso y dudoso no hará nada bueno. […]“Más aún, la incertidumbre hace al hombre voluble como la Luna. Además, el hombre indeciso está siempre inquieto y nunca se contenta, ni siquiera en las grandes alegrías. Es presa fácil de la tristeza y se enfada buscando fácilmente que le consuelen.
“A decir verdad, esta mala hierba procede de la falta de iluminación divina, porque el Espíritu Santo va directamente al fondo de las cosas y no se detiene en la superficie; el hombre que no ve el fondo no se decide.”
Como “Esta indecisión es efecto y causa de la tibieza”, el santo recomienda acercarnos a Dios tanto elevando la mente a Dios para rogarle que nos inspire y también buscando y siguiendo los consejos de un Padre Espiritual. Así podremos discernir si las “luces” que vemos son en efecto inspiraciones divinas y no reflejos que nos ciegan al bien.
Si un alma dirige sus pasos hacia el Señor en todo momento, hasta cuando duda, cuando el Señor se acerque: “Entonces el cojo saltará como un cievo” (Isaías 35, 6) porque “Dios es el que me ciñe de valor / y hace íntegro mi camino, /el que me da pies de ciervo / y me sostiene firme en las alturas, / el que adiestra mis manos en el combate / y mis brazos para tensar la ballesta.” (Salmo 18, 33-35).
Que no nos sorprendamos, entonces, cuando sea el que sea nuestro estado en la vida, el Señor se presente a nuestros corazones pidiéndonos que hagamos el bien, y no sólo alguna buena obra para dejar en paz nuestras conciencias, sino todo el bien que podamos hacer en el poco tiempo que el Señor nos da en este mundo. No respondamos como el ciervo ante faros de coches, diciéndole con falsa humildad al Señor que Él se ha equivocado de persona, que no puede ser a nosotros a quienes pide servicio… Ya lo dejó muy claro en el el Evangelio del XXII Domingo de Tiempo Ordinario[28.08.2011] cuando les dijo a sus discípulos que: “tenía que ir a Jerusalén” (Mt. 16, 21) y que el que quisiera ir en pos de Él que se negara, cargara su cruz y le siguiera.
S. Antonio María Zaccaria nos recuerda que debemos “imitar a nuestro Salvador, quien se pronunció contra la indecisión a través de la obediencia hasta la muerte. (Fil. 2, 28) y corrió, sin negligencia, al oprobio de la cruz, despreciando toda humillación. (Heb. 13, 2)”. Siguiendo el ejemplo de Cristo, corramos a hacer la voluntad de Dios, aunque a veces nos cueste mucho, ya que “el amor excluye el temor” (1 Jn. 4, 18).
“Como ansía la cierva las corrientes de agua, / así te ansía mi alma, Dios mío.” (Salmo 42, 1)
[Fotos de Wikimedia Commons: cuadro de S. Antonio María (Arnaldolivel), Jesús con discípulso (Phillip De Vere [FAL])]
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Alguna vez le causó la indecisión que dejara de hacer algún bien? ¿Le sorprende que el Señor desee que Le siga?
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12 comentarios
Algo que se nos olvida, es que no sólo hay que hacer el bien, sino hacerlo a tiempo. Demasiadas veces he dicho "sí, lo hago, pero mañana". Y ese mañana se vuelve el otro mes, el otro año y nunca, y todas mis buenas intenciones terminan siendo malas.
Ahora intento (que no siempre lo logro) seguir un poco más mis "instintos", especialmente cuando se trata de algo que puedo hacer bien de inmediato. Antes consideraba eso irreflexivo, ahora creo que si nos ocupamos al menos de tener una guía espiritual precisa y frecuentamos los sacramentos de la penitencia y la eucaristía, podemos realmente "dejarnos llevar".
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Gaby, comprendo lo que dice. Siendo una gran procrastinadora, me he encontrado muchas veces en situaciones en las que cuando por fin pongo a obra alguna intención, no acabo haciéndola bien porque no dediqué bastante tiempo, por las prisas que me doy a mí misma. O, se pasa la oportunidad y no acabo haciéndolo. A veces me impiden actuar con presteza los miramientos humanos, o cierta escrupulosidad, o mil "excusas" más que me hago.
Recuerdo la parábola de Jesús de los dos hermanos a quienes su padre les pidió que fueran al campo. Uno dijo que lo haría y no fue, y otro dijo que no al principio, pero luego se arrepintió y fue, cumpliendo la voluntad del padre. Más vale tarde que nunca, pero ¿cómo sabremos si se nos dará el tiempo después? Supongo que es cuestión de establecer prioridades. Como dice, primero buscar a Dios en los Sacramentos, dedicándole un espacio principal en nuestras vidas.
S. Antonio María Zaccaría recomendaba antes de seguir las "inspiraciones", elevar la mente a Dios para pedirle primero si esa "inspiración" era Su Voluntad. Poco podemos hacer por nuestra cuenta, pero Dios lo puede todo. Muchísimas gracias por haber compartido su reflexión del tema.
Cuando no se siente nada y hay aridez, el mirar y amar la Santa Cruz y al Señor en ella, nos lleva a hacer las cosas también por amor a Él.
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Susi, ¡qué importante hacer el bien tanto cuando nos gusta como cuando no nos gusta! A mí lo que más me cuesta cada día es preparar la cena por la tarde, cuando más cansada me siento.
También me cuesta el rezar el Rosario con mi familia antes de acostarse los niños y eso que no lo rezamos todo completo, sino sólo una parte. Me encanta cuando lo hacemos y después siempre me alegra haberlo hecho, pero muchas veces es lo último que apetece al final del día después de la cena y de preparar a los niños para acostarse... Suelen ser los niños los que piden rezarlo, más que yo a ellos. Ahora procuramos hacerlo justo después de comer.
Espero que la "rutina" ayude un poco a superar lo que explica tan bien sobre los gustos, el hacer las cosas en cierto momento, aunque no nos apetezca. Un saludo.
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Odet, me parece que hace falta cierta prudencia y en ello no hay nada malo. Pero, a veces me he dado cuenta de que cierta escrupulosidad acaba paralizándome, y eso no hace bien a nadie. Pero, también puedo ser muy impulsiva a veces, como bien sabe mi esposo, que me ha ayudado en muchas ocasiones a sacarme de aprietos en las que me he metido.
S. Antonio María Zaccaria advierte que a veces la incertidumbre acaba enfadándonos, como dice en su comentario. El Espíritu de Dios, al contrario, es un Espíritu de Paz.
La Ssma. Virgen María meditaba las cosas de Dios en su corazón, como nos dicen la Biblia, y creo que ella es un maravilloso ejemplo de presteza en cumplir la Voluntad de Dios (visita a Isabel) y de prudencia (bodas de Caná). Actuaba con gran humildad, fe y confianza en Dios. Me parece que la clave es su gran humildad, dejándose hacer por Dios y no como ella quisiera. Ella sí vivió completamente la cita bíblica que comparte en su comentario. Debería de pedirle ayuda a esta Ssma. Madre con mayor frecuencia.
¿que significa procrastinadora?
lo escribiste en la respuesta al lector Gaby,gracias.
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Odet, significa lo que explica Gaby en su comentario: alguien que no hace las cosas hasta el último momento, que deja las cosas para hacer después. Me sorprende que haya podido completar mis estudios universitarios a pesar de este defecto. :)
La indecisión, la duda, la desconfianza, la incertidumbre forma parte de nuestro ser, en cada persona se combina de forma diferente - varían las dosis y las apariciones según las circunstancias - y unidas a las demás cualidades de la persona condicionan nuestro proceder.
Que sintamos esas limitaciones, que las padezcamos, incluso, no es malo, nos bajan los humos y minoran la suficiencia, siempre que se acepten.
La gracia santificante opera en ese fundamento de limitaciones y hace que la persona pueda superarse hasta resultar irreconocible en muchas ocasiones.
Así pues, incertidumbre, sí, pero incertidumbre redimida, superable y, sabiéndola aprovechar palanca de santificación.
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Norberto, me gusta esa imagen de la "palanca de santificación". Podríamos ser como palos insignificantes, pero apoyados sobre Dios, podemos ver cómo Él obra por nosotros. ¡Gracias por ese comentario tan lleno de esperanza!
Me dijo una vez un sacerdote que el bien hay que hacerlo bien. Fue una conferencia interesantísima en unos Ejercicios.
No me sorprende nada que el Señor siga contando conmigo porque es infinitamente misericordioso, pero me preocupan los " pecados de omisión. " Tampoco es que pretenda arreglar yo sola el mundo, sé que no puedo, y tampoco puedo arreglar las vidas de las personas cercanas. Pero un consejo, una ayuda económica, una oración, un acompañamiento, son siempre posibles.
Sí le pido a Dios de corazón que nadie se sienta abandonado por mí como si no me importase. Otra cosa es que yo sea limitada y no lo pueda todo.
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Flavia, "el bien hay que hacerlo bien" me recuerda cómo nos dice la Biblia que el Señor pasó haciéndolo todo bien. ¡Tantas veces hago "el bien" a medias cuando intento hacerlo a mi manera! S. Josemaría Escrivá decía que la mortificación no mortificara a otros y no siempre lo consigo.
Me encanta esta oración en reparación de las negligencias diarias:
Ofrecimiento del Corazón de Jesús por Las Negligencias DiariasMuchas gracias por haber dejado su comentario.
Padre Eterno, Os ofrezco el Sagrado Corazón de Jesús, con todo Su Amor, todos Sus Sufrimientos, y todos Sus Méritos... [se repite al principio de cada una de las siguientes tres intenciones]
1) ... para expiar todos los pecados que he cometido este día y durante toda mi vida. (Gloria al Padre...)
2) ... para purificar el bien que he hecho mal este día y durante toda mi vida. (Gloria al Padre...)
3) ... para suplir por el bien que yo debía de haber hecho y que he omitido este día, y durante toda mi vida. (Gloria al Padre...)
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Flavia, pues su comentario ha sido una bendición para mí porque solía rezar esa oración a diario, pero había dejado de hacerlo y al buscarlo para dejárselo, me dije que iba a comenzar a rezarlo de nuevo. :)
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Susi, mi esposo es mucho más paciente que yo y me ayuda mucho cuando nuestros hijos se van a acostar, y lo hace sin quejarse. Por ahora, doy gracias a Dios por tener ese ejemplo en mi vida, aunque no siempre logro seguirlo. Voy a leerme su comentario de nuevo esta tarde a ver si me ayuda a poner más de mi parte. Gracias.
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Jimmy Carranza, me alegro que pudo sacar provecho del post. ¡Alabado sea el Señor!
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Gregory, como dice el Señor: "Sólo Dios es bueno". Si los católicos hacemos cosas por amor a Dios, no hay mayor recompensa que Dios mismo y lo esperamos porque Él mismo nos lo ha prometido, porque Él, a quien más amamos y más se merece todo nuestro amor, lo desea. Si el Reino de Dios está presente entre nosotros, es porque Dios mismo lo ha hecho presente, lo ha hecho posible. Por todo eso, gracias sean dadas a Dios, como dice, que tantas oportunidades nos da para colaborar con Él. Un saludo y muchas gracias por haber dejado su comentario.
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Gregory, ninguna expresión puede ser mía, ya que todo lo aprendo de otros y de lo que leo. Sto. Tomás de Aquino, al ser preguntado por Dios lo que quería en recompensa por lo bien que había escrito sobre Él, dijo: "Tú mismo, Señor". ¿Y qué más podríamos desear que fuera mejor?
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Gregory, si la vuelve a escuchar en la Misa (y aún si usan otra plegaria eucarística), no se olvide de rezar por los que pasamos por aquí para que algún día contemplemos juntos esa preciosa Faz del Señor. Un saludo.
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