¿Cómo es el cuerpo resucitado de Jesucristo y cómo serán los cuerpos en el Cielo?
En el Evangelio del Domingo de la Divina Misericordia el Señor aparece ante sus discípulos a pesar de que las puertas están cerradas y le dice a Sto. Tomás: “Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado” (Jn. 20, 27)
S. Agustín señala: “Los clavos habían taladrado las manos, la lanza había abierto el costado, y las heridas se conservaban para curar el corazón de los que dudaran.” (Ioannem, tract., 121). Esas heridas revelan que el cuerpo que se aparece ante los discípulos es el del “Señor Jesucristo, que transformará nuestro humilde cuerpo conforme a su cuerpo glorioso en virtud del poder que tiene para someter a sí todas las cosas.” (Filipenses 3, 20-21)
¿Cómo es el cuerpo resucitado de Cristo y cómo serán los cuerpos de los justos en el Cielo?
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El cuerpo resucitado del Señor, según el “Catecismo de la Iglesia Católica”
“El estado de la humanidad resucitada de Cristo
“645 […[ Este cuerpo auténtico y real [de Jesucristo] posee sin embargo al mismo tiempo las propiedades nuevas de un cuerpo glorioso: no está situado en el espacio ni en el tiempo, pero puede hacerse presente a su voluntad donde quiere y cuando quiere (cf. Mt 28, 9. 16-17; Lc 24, 15. 36; Jn 20, 14. 19. 26; 21, 4) porque su humanidad ya no puede ser retenida en la tierra y no pertenece ya más que al dominio divino del Padre (cf. Jn 20, 17). Por esta razón también Jesús resucitado es soberanamente libre de aparecer como quiere: bajo la apariencia de un jardinero (cf. Jn 20, 14-15) o “bajo otra figura” (Mc 16, 12) distinta de la que les era familiar a los discípulos, y eso para suscitar su fe (cf. Jn 20, 14. 16; 21, 4. 7).
“646 La Resurrección de Cristo no fue un retorno a la vida terrena como en el caso de las resurrecciones que él había realizado antes de Pascua: la hija de Jairo, el joven de Naim, Lázaro. Estos hechos eran acontecimientos milagrosos, pero las personas afectadas por el milagro volvían a tener, por el poder de Jesús, una vida terrena “ordinaria". En cierto momento, volverán a morir. La resurrección de Cristo es esencialmente diferente. En su cuerpo resucitado, pasa del estado de muerte a otra vida más allá del tiempo y del espacio. En la Resurrección, el cuerpo de Jesús se llena del poder del Espíritu Santo; participa de la vida divina en el estado de su gloria, tanto que San Pablo puede decir de Cristo que es “el hombre celestial” (cf. 1 Co 15, 35-50).”
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¿Cómo serán los cuerpos de los justos en el Cielo?
El cuerpo glorioso del Señor no se verá de la misma forma como se vio su cuerpo resucitado, sino más parecido al cuerpo que vieron S. Pedro, S. Juan y S. Andrés en la Transfiguración del Señor.
“Es de creer que la claridad con que resplandecerán los justos, como el sol en su resurrección [Mt. 13, 43], fue velada en el cuerpo de Cristo resucitado a los ojos de los discípulos, porque la debilidad de la mirada humana no la hubiese podido soportar, cuando debían conocerle y oírle.” (S. Agustín, “De civ. Dei”, 22, 19)
S. Pablo afirma que el Señor transformará los cuerpos de los justos según Su cuerpo glorioso, o sea que compartirán la claridad del Cuerpo glorioso del Señor, pero “Cada cuerpo tiene su propio resplandor” (1 Cor. 15, 41). Según el concilio de Letrán (1215), todos los hombres resucitarán “con el propio cuerpo que ahora llevan” (Danziger 429), pero nos explica el Señor que los justos en el Cielo: “ni tomarán mujeres ni maridos, porque ya no pueden morir y son semejantes a los ángeles e hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección” (Lc. 20, 36). Por lo tanto, los justos gozarán de la impasibilidad y no podrán sufrir y morir más.
Si se tiene en cuenta la forma en que el Señor se apareció a sus discípulos tras Su Resurrección, los cuerpos resucitados también tendrán la sutilidad necesaria para poder atravesar otros cuerpos (como el sepulcro y las puertas cerradas que atravesó el Señor) y la agilidad para obedecer al instante al espíritu para moverse en vez de obedecer leyes físicas de este mundo. [Más información: “Las cualidades de los cuerpos resucitados”]
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Fragmento de “El Espíritu y el ‘cuerpo espiritual’ resucitado” (4.XI.98), del Siervo de Dios Papa Juan Pablo II
“…‘cómo’ sucederá eso ‘sobrepasa nuestra imaginación y nuestro entendimiento, no es accesible más que en la fe. Pero nuestra participación en la Eucaristía nos da ya un anticipo de la transfiguración de nuestro cuerpo por Cristo’ (“Catecismo de la Iglesia Catóica”n. 1000).
“En la Eucaristía Jesús nos da, bajo las especies del pan y del vino, su carne vivificada por el Espíritu Santo y vivificadora de nuestra carne con el fin de hacernos participar con todo nuestro ser, espíritu y cuerpo, en su resurrección y en su condición de gloria. A este respecto, san Ireneo de Lyon enseña:
«Porque de la misma manera que el pan que proviene de la tierra, después de recibir la invocación de Dios, ya no es un pan ordinario, sino la Eucaristía, constituida de dos cosas: una celeste, otra terrestre, así nuestros cuerpos, al recibir la Eucaristía ya no son corruptibles, puesto que tienen la esperanza de la resurrección» (Adversus haereses, IV, 18, 4-5).”
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“Jesús les dijo: ‘En verdad, en verdad os digo que, si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre está en mí y yo en él. Así como me envió mi Padre vivo, y vivo yo por mi Padre, así también el que me come vivirá por mí. Éste es el pan bajado del cielo; no como el pan que comieron los padres y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.’” (Jn. 6, 53-58)
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Cómo ayuda espiritualmente a meditar la propia resurrección al final de los tiempos? ¿Es pertinente a nuestras vidas cotidianas?
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14 comentarios
Pero el punto central de mi pensamiento sobre la resurrección de los muertos es pensar que este cuerpo que tanta guerra da a veces con dolores de cabeza, de muelas, enfermedades etc también será glorificado, por la misericorida de Dios... y luego dicen algunos que los cristianos "despreciamos el cuerpo" ¡cuánta ideología!
Ps. Por cierto, Mª Lourdes, ayer te puse un e-mail. Espero que te llegase y no lo hayas recibido como spam.
Ciao!
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Esperanza, anecdóticamente, los santos que en su vida terrena vieron a otros santos en su gloria suelen describirlos jóvenes. En el enlace del post "Las cualidades de los cuerpos resucitados" se comenta:
"Los cuerpos resucitados estarán libres de deformidades, mutilaciones y achaques.No sé si todos los teólogos concuerdan en esto último de la edad, pero ¡vaya sorpresa se llevarán los que están a favor del aborto cuando vean en el juicio final a todas las personas asesinadas por el aborto!
Estarán en su máxima perfección natural (plenitud del ser)
Con respecto a la edad: será una edad madura pero joven, como la de Cristo, aproximadamente 36 o 37 años ( 6 a. C . - 30 d. C)."
Le acabo de responder a su e-mail. Siento el retraso en contestarle. Un saludo.
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Guillermo, me parece interesante su reflexión sobre el uso de la luz en el arte religioso. Tanto el arte como la poesía, por ejemplo, son formas en las que el hombre intenta expresar lo inefable. Si se parece a lo que expresan los místicos, es que ciertas obras y visiones de místicos se extendieron mucho de tal forma que influyeron a los artistas y poetas (por ejemplo, las revelaciones privadas de Sta. Catalina de Suecia sobre la Pasión del Señor) o las visiones y los poemas de Sta. Teresa de Jesús.
También me recuerda el dicho de que el ojo es la ventana al alma, de cómo vemos las cosas según la fe (o falta de ella) que tengamos. Es difícil verlo todo de forma sobrenatural, excepto que el Espíritu Santo nos da el don de la sabiduría para poder hacerlo. Que este Pentecostés nos lo conceda el ESpíritu Santo en mayor medida.
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Odet, ¡qué cita más buena y pertinente! Me parece muy buena para ser meditada, sobre todo cuando el Señor nos ha dado perfecto ejemplo en su humanidad de cómo se debe de llevar a cabo esa glorificación de Dios en cuerpo y en espíritu. Un saludo.
Él será quien "volverá a juzgar a los vivos y a los muertos y Su Reino no tendrá fin", como se dice en el Credo. Doctrina católica sobre el Juicio Particular y el Juicio Final: http://www.corazones.org/diccionario/juicio_alma.htm
No se publicarán comentarios en este blog que traten de forma grosera o distorcionen esas verdades de fe u otros aspectos de la doctrina de la Iglesia Católica.
Meditar en nuestra resurrección se me hace complicado. Ya se hace difícil plantearse qué sucederá tras la muerte.
Como decía Don Quijote a su escudero... "largo me lo fiais Sancho"
En el momento de producirse tendremos conciencia de lo que Cristo nos adelantó con su resurrección. Mi humilde cabecita se cortocircuita antes de comenzar a plantearme el asunto.
Para la vida cotidiana, quizás la podamos meditar sobre el inmenso e infinito amor que Dios nos regala. Los planes de Dios son demasiado complicados para nosotros y debemos reconocerlo con humildad.
Que Dios le bendiga :)
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Miserere mei Domine, reconozco que, aparte de cuando rezo el Credo, pocas veces me he planteado esa "resurrección de los muertos". Suelo pensar más bien en lo maravilloso que debe ser poder ver a Dios para siempre, y eso para animarme a amarle más a Dios, que tan grandes planes tiene para todos los que permanecen fieles a Él cuando les llama al final de la vida terrena.
También la fiesta de la Asunción de la Ssma. Virgen María al Cielo en cuerpo y alma nos anticipa el cumplimiento de la promesa del Señor.
Gracias por compartir su reflexión y por sus oraciones.
Me es difícil anclar la resurrección y la plenitud del hombre a los 33 años. Suena hasta discriminatorio de aplicarlo al mundo presente. La plenitud del hombre se dará en cualquier edad, según el modo de cada edad. Que ser bebito o ser viejito no son formas incompletas de humanidad, sino modos en que puede lograrse plenamente el hombre, según le corresponde.
Así como pudo Cristo presentarse de varias maneras, tal vez podamos hacerlo también nosotros. Además de la Biblia, recordemos episodios de los santos. A san Antonio de Padua le permitió Jesús abrazarlo como Santo Niño. Y a san Juan Diego se le apareció la Virgen (y el Niño) cuando embarazada (y el Niño, cuando era todavía un nonato). La plenitud de Dios (o de la "Llena de Gracia") me es difícil pensar que entonces no estuviera presente.
Saludos,
Arturo Zárate Ruiz
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Estimado D. Arturo:
Bien podría ser lo que dice, que supongo no sabremos cómo será todo hasta que llegue el momento. Creo que el comentario de la edad se refiere más bien a la plenitud corporal según la alcanzó el Señor (que como verdadero Hombre se le menciona creciendo en la Biblia), partiendo de la premisa que el Señor se hubiera ofrecido como Sacrificio para nosotros en la edad idónea y que los miembros serían parecidos a la Cabeza.
Cómo se aparece a los santos en revelaciones privadas (que no son dogma de fe) siempre cumple una función en la economía de la salvación. En las apariciones marianas, la Ssma. Virgen María puede aparecer con diferentes rasgos, (siendo diferente su apariencia en Guadalupe que en Lourdes, por ejemplo).
Un saludo,
María Lourdes
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Jennifer, los mitos no son hechos históricos, mientras que la Resurrección del Señor sí lo es. Él se apareció resucitado a muchos de sus discípulos, como se puede leer en la Biblia.
Las narraciones de los Evangelios muestran veracidad al describir cómo se encontró el sudario de Jesús [no en desorden, como se pensaría si unos ladrones hubieran robado Su cuerpo], la piedra quitada de la tumba a pesar de la guarda romana, los testimonios de mujeres que anunciaron la Resurrección a los apóstoles [en esos tiempos y en la cultura judía no contaba el testimonio de una mujer para nada, pero si son mencionadas, se estará contando lo que pasó], que los soldados romanos hubieran dicho que dormían mientras alguien robó el cadáver [lo cual hubiera resultado en pena de muerte para ellos]... Estos detalles desafían la idea de que alguien de aquellos tiempos se hubiera inventado todo el hecho.
Más aún, los muchos mártires entre los primeros cristianos y a lo largo de los siglos atestiguan la veracidad de que Jesús resucitó, ya que si él no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe, dice S. Pablo a los Corintios (1 Corintios 15, 14). ¿Por qué ofrecerían tantos su vida por alguien que todavía estuviera muerto? Si lo hicieron, fue porque sabían de primera o segunda mano que Cristo había resucitado.
Lo que se especula sobre la resurrección de Jesús en sí hoy en día se basa no solo en los Evangelios, sino también se menciona a veces la Síndone Santa de Turín, que se piensa es el sudario en el cual fue envuelto Jesús y que fue impreso con la imagen de Jesús al resucitar éste. Claro que creer en la Síndone Santa no es dogma de fe, pero sí lo es creer en la Resurrección de Jesús. Gracias por haber dejado su comentario.
¡Un abrazo!
Otra pregunta no se si sea un poco tonta, los resucitados al tener cualidades divinas tendrán conocimientos perfectos de la ciencia, ser muy inteligentes como saber a la perfección cálculo diferencial, calculo integral, física cuantica, astrofísica, o sea si comprenderán todo a la perfección de los conocimientos de ciencia.
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