10 bocetos de lo que es una verdadera amistad
Según el Evangelio del XVII Domingo de Tiempo Ordinario, la multitud que presenció la multiplicación de panes y peces aclamó al Señor diciendo: “Éste sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo” (Jn. 6, 13) y queriendo hacerle rey. ¡Qué poco le conocían al Señor!
Para conocer a alguien bien hace falta una verdadera amistad, algo que todos los hombres deseamos tener desde nuestra infancia. El Señor también tuvo amistades particulares, y una que llama mucho la atención es su amistad con Sta. Marta, recogida por los Evangelios. De ella podemos aprender los rasgos de una verdadera amistad.
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1) Jesús “entró en una aldea, y una mujer, Marta de nombre, le recibió en su casa.” (Lc. 10, 38)
“Es propio del amigo hacer bien a los amigos, principalmente a aquellos que se encuentran más necesitados.” (Sto. Tomás, Etica a Nicómaco,9,13)
2) “Jesús amaba a Marta y a su hermana y a Lázaro.”(Jn. 11, 5)
“Es preciso también que el amor sea mutuo, pues el amigo es amigo para el amigo. Esta correspondida benevolencia se funda en alguna comunicación.” (Sto. Tomás, Suma Teológica,22, q. 23, a. 1).
3) “Marta andaba afanada en los muchos cuidados del servicio, y acercándose, dio: ‘Señor, ¿no te preocupa que mi hermana me deje a mí sola en el servicio? Dile, pues, que me ayude.” (Lc. 10, 40)
“No todo amor tiene razón de amistad, sino el amor que entraña benevolencia, es decir, cuando de tal manera amamos a alguien que queremos para él el bien […].”(Sto. Tomás, Suma Teológica,22, q. 23, a. 1).
4) “Respondió el Señor y le dijo: ‘Marta, Marta, tú te inquietas y te turbas por muchas cosas; pero pocas son necesarias, o más bien una sola. María ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada.’” (Lc 10, 41)
“Quien es verdaderamente amigo, alguna vez corrige, nunca adula.” (S. Bernardo, Epístola 34).
5) Marta, mientras todavía lloraba la muerte de Lázaro, “en cuanto oyó que Jesús llegaba, le salió al encuentro.”(Jn. 11, 24)
“El amigo es fuerte y sincero en la medida en que, de acuerdo con la prudencia sobrenatural, piensa generosamente en los demás, con personal sacrificio.” (S. Josemaría Escrivá, en Gran Enciclopedia Rialp, vol. 2P 101).
6) Dijo, pues, Marta a Jesús: ‘Señor, si hubieras estado aquí, no hubiera muerto mi hermano; pero sé que cuanto pidas a Dios, Dios te lo otorgará.’”(Jn 11, 20a, 21-22)
“Hay más amistad en amar que en ser amado.” (Sto. Tomás, Suma Teológica 22, q. 27, a. 1).
7) “Marta le dijo: ‘Sé que resucitará en la resurrección, en el último día’” (Jn. 11, 24) Tras revelarle el Señor que Él es la resurrección y la vida, le dijo: “’Sí, Señor; yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, que ha venido a este mundo.’” (Jn. 11, 27)
“Nadie puede ser conocido sino en función de la amistad que se le tiene.” (S. Agustín, Sermón 83).
8) “ Diciendo esto, se fue y llamó a María, su hermana, diciéndole en secreto: ‘El Maestro está ahí y te llama.” (Jn. 11, 28).
“Esta es la verdadera, la perfecta, la estable y constante amistad: la que no se deja corromper por la envidia; la que no se enfría por las sospechas; la que no se disuelve por la ambición; la que, puesta a prueba de esta manera, no cede; la que, a pesar de tantos golpes, no cae; la que, batida por tantas injurias, se muestra inflexible.” (Bto. Elredo, Trat. sobre la amistad espiritual,3).
9) “Díjole Marta, la hermana del muerto: ‘Señor, ya hiede, pues lleva cuatro días’”(Jn. 11, 39)
“Del amigo se espera la correspondencia al clima de confianza, que se establece con la verdadera amistad; se espera el reconocimiento de lo que somos y, cuando sea necesaria, también la defensa clara y sin paliativos.” (S. Josemaría Escrivá, en Gran Enciclopedia Rialp, vol. 2P 101).
10) Seis días antes de la última Pascua que celebraría el Señor con sus apóstoles, cuando había personas buscando la muerte del Señor, en casa de Marta: “Le dispusieron allí una cena; y Marta servía, y Lázaro era de los que estaban a la mesa con Él” (Jn. 12, 2)
“El amigo verdadero no puede tener, para su amigo, dos caras: la amistad, si ha de ser leal y sincera, exige renuncias, rectitud, intercambio de favores, de servicios nobles y lícitos. “(S. Josemaría Escrivá, en Gran Enciclopedia Rialp, vol. 2P 101).
[Fuente de citas: “Amistad” en “Antología de Textos para hacer oración y para la meditación” por Francisco Fernández-Carvajal]
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Sta. Marta compartió con el Señor momentos cotidianos, momentos de alegría y también de gran dolor. Aún cuando no comprendía las acciones del Señor y cuando tenía motivos para cuestionar su amistad con Él (como cuando el Señor dejó morir a Lázaro), ella se mantuvo siempre firme en su amistad y se mostró atenta a las necesidades del Señor. Después de todo: “La amistad que puede acabar, nunca fue verdadera amistad” (S. Ambrosio, Trat. sobre los oficios de los ministros).
“La caridad es longánime, es benigna; no es envidiosa, no es jactanciosa, no se hincha; no es descortés, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa mal; no se alegra de la injusticia, se complace en la verdad; todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera. La caridad jamás decae…”(1 Corintios 13, 4-8)
¿Qué trato tenemos con el Señor, que acude a nosotros en la Eucaristía? ¿Le mostramos una verdadera amistad o somos como la multitud que le quería sólo por interés propio, dispuesta a rechazarle en cualquier momento?
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Hay algo particular que admira de la amistad entre el Señor y Sta. Marta? ¿Cuál de las citas del Evangelio en el artículo cree que muestra mejor lo que es una verdadera amistad?
Mañana – S. Pedro Crisólogo - “ ‘…pero ¿qué es esto para tanta gente?’” (Jn. 6, 9)
2 comentarios
A los jóvenes les encanta declarar que su amistad y amor son para siempre, pero mi corta experiencia me indica que no todos son sinceros por debilidad humana. La verdadera amistad no es tan bonita en todo momento como suelen pintar las películas, sino que se sumerge por completo en las dificultades de la vida para acercarse al Señor, a una vida virtuosa a pesar de todos los obstáculos.
En tiempos malos se conocen a los verdaderos amigos, pero pienso que es el Señor el que hace posible que los verdaderos amigos se mantengan firmes en su amistad en tormenta tras tormenta, cuando ya no se vislumbra interés propio. Un saludo.
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