Supersticiones relacionadas al Patrono de casos difíciles y desesperados

Un lector de Paraguay pidió oraciones hace poco “a fin que pueda continuar… a fin que pueda aceptar finalmente lo que ya pasó y no volverá a mi vida”. Así describe una situación que es bastante común pero que produce gran dolor:

“Hace aproximádamente 1 año y unos meses se había roto una relación en mi vida. No había durado mucho por lo que pensé sería sólo cuestión de poco tiempo para poder reiniciar el camino, sacudirme del polvo y volver a empezar. Pero no ocurrió así. Es como una espina en mi costado que no me la puedo sacar. Ella fue quien puso fin a la relación y, lo confieso, me había dolido bastante. Quiero olvidar, necesito olvidar o al menos terminar esto que vive en mí y no me lo puedo sacar de mí.”

Espero que él y otros en situaciones parecidas se beneficien muy pronto de las oraciones de los que pasan por aquí. Lamentablemente, hay quienes se aprovechan de situaciones parecidas, convirtiendo hasta en superstición practicas piadosas relacionadas al santo patrón de casos difíciles y desesperados.

La tradición cuenta que los apóstoles S. Simón (no S. Simón Pedro) y S. Judas (no Judas Iscariote) se reunieron en Mesopotamia para predicar por Persia y fueron martirizados juntos, con una sierra y con un hacha o un garrote, respectivamente.

A S. Judas Tadeo (s. I) se le atribuye una epístola canónica y a él se dirigen muchos para casos desesperados, ya que se le consideraba un “santo olvidado” por ser tocayo de Judas Iscariote, que traicionó al Señor por 30 monedas de plata. Aquí hay un ejemplo de una novena al santo que goza de licencia eclesiástica y se puede leer la epístola canónica que se le atribuye.

Se dice que S. Bernardo de Claraval y Sta. Brígida de Suecia le tenían gran devoción, pero fue en el s. XIX que la devoción a este santo como patrono popular de causas desesperadas se propagó de Italia a España y a Sudamérica. En 1911 los claretianos erigieron un santuario dedicado a este santo en Chile y en 1929 uno en Chicago llamado “Santuario Nacional de S. Judas”, al completarse la iglesia de Ntra. Sra. de Guadalupe.

Lo que era algo diferente de esta devoción es que en vez de centrarse en peregrinaciones al santuario, se animaban las cartas y la publicación de favores en obras impresas del santuario, nada malo en sí. Con la llegada de la Gran Depresión en los años 30 y de la Segunda Guerra Mundial, se propagó más aún la devoción.

Oración para quienes están solos
(difundida en inglés por el Santuario Nacional de S. Judas en Chicago)

¡Santo Apóstol San Judas, fiel siervo y amigo de Jesús!, la Iglesia te honra e invoca universalmente, como el patrón de los casos difíciles y desesperados. Ruega por mí, estoy solo y sin ayuda.

Te imploro hagas uso del privilegio especial que se te ha concedido, de socorrer pronto y visiblemente cuando casi se ha perdido toda esperanza. Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que pueda recibir consuelo y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos, particularmente… (haga aquí su petición), y para que pueda alabar a Dios contigo y con todos los elegidos por siempre.

Te doy las gracias glorioso San Judas, y prometo nunca olvidarme de este gran favor, honrarte siempre como mi patrono especial y poderoso y, con agradecimiento hacer todo lo que pueda para fomentar tu devoción. Amén. (http://www.devocionario.com)

Rezar novenas es una práctica piadosa que tiene su origen en los nueve días entre la Ascensión del Señor y Pentecostés que los discípulos de Jesús perseveraron en oración en compañía de la Ssma. Virgen María. Por su perseverancia e insistencia obtuvieron el favor del Señor, como el ciego Bartimeo, que fue regañado por otros en el Evangelio del XXX Domingo de Tiempo Ordinario para que callara: “Pero él gritaba más” (Mc. 10, 51).

Pero, uno debe tener cuidado que la oración no se convierta en superstición, que según el “Catecismo de la Iglesia Católica”:

”… es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o necesarias. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la superstición (cf Mt 23, 16-22).” (2111)

Los fieles deberían evitar dar peso a promesas de obtener lo que uno desea a cambio de estas acciones:

• publicar la novena de S. Judas en periódicos nueve días seguidos
• prometer la publicación como condición para recibir el favor de Dios por la intercesión del santo
•  mandar la oración en “cadena” por correo electrónico, por ejemplo, pensando que si no se hace no se podrá obtener lo que uno pide, etc.

La oración que promueve el mencionado santuario de S. Judas sólo promete “con agradecimiento hacer todo lo que pueda para fomentar tu devoción”, pero a eso otros han añadido la práctica supersticiosa de que se ha de publicar por escrito en algún periódico, algo que se ve a diario en muchísimos periódicos seglares estadounidenses. Se puede publicar en agradecimiento, pero el error está en sentirse obligado como si uno pudiera comprar los favores divinos.

Que S. Judas Tadeo ampare con su intercesión a todos los que se encuentran en situaciones difíciles y desesperados y nos ayude a amar a Dios sobre todas las cosas para evitar prácticas supersticiosas.

[Fotos de imágenes de S. Judas de Wikimedia Commons (en orden): Wolfgang Sauber, Andreas Praefcke, Jastrow]

Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Qué le recomienda al lector de Paraguay? ¿Conoce a otras personas en situaciones difíciles que les atormentan? ¿Conoce alguna práctica supersticiosa por la cual se aprovechan unos de otras personas?

Siguiente post: Solemnidad de todos los Santos - “Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.” (Mt. 5, 12)