Problemas que enfrentan los católicos en Sudán y Kenia
En los últimos 15 años, ha habido un gran aumento de sacerdotes en África. “Algunos de ellos vienen a los países occidentales como tierra de misión”, como comenta este vídeo, al igual que por otros motivos:
No podemos olvidar las dificultades que enfrentan muchos africanos católicos, como por ejemplo en Sudán [Ver noticia de violencia en el país]. Esta primera parte de un documental (2002) de Ayuda a la Iglesia Necesitada revela las terribles condiciones en que viven los sudaneses a causa de la guerra:
Por eso es alentadora la iniciativa “Rosario con África y para África” de este 10 de octubre, mientras se reúne en Roma el Sínodo para África. Participan en esta iniciativa 9 ciudades en África: El Cairo (Egipto), Nairobi (Kenia), Jartum (Sudán), Antananarivo (Madagascar), Johannesburgo (Sudáfrica), Onitsha (Nigeria), Kinshasha (República Democrática del Congo), Maputo (Mozambique) y Uagadugú (Burkina Faso).
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Allen es de uno de los países africanos que rezaron el Rosario con el Papa y nos cuenta su experiencia viviendo su fe católica en Kenia en esta entrevista en inglés del año pasado [traducción a continuación del vídeo]:
Traducción de la entrevista a Allen del vídeo
- Estamos en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Ahora estamos hablando con Allen de Kenia y Allen, ¿qué tal la JMJ por ahora?
- La JMJ es maravillosa por ahora. Creía que iba a hacer frío, pero no está mal, apenas ha llovido desde que empezó, o sea que ha sido formidable.
- Cuéntenos un poco sobre cómo es el ser católico en Kenia, especialmente para un joven católico.
- Es maravilloso ser un joven católico en Kenia en estos momentos. Hay mucho desafíos a jóvenes católicos, especialmente VIH/SIDA o sea que requiere mucha formación de carácter y me alegro de tener la oportunidad como un líder joven trabajando con los jóvenes, intentando sacar eso adelante también.
- Sí. Cuénteme un poco más sobre el problema con VIH/SIDA en su país y cómo le ha afectado eso siendo un joven católico.
- La mayoría de los jóvenes en Kenia o tienen parientes o tienen amigos infectados por VIH/SIDA y eso quita la mayor parte del ingreso que tienen las familias y la mayoría de ellos son familias pobres o sea que esto requiere que mucho jóvenes den cuidado en casa a gente infectados por VIH/SIDA y busquen empleo para ayudar a sus familias también. Y la comunidad católica en Kenia ha sido muy instrumental en fundar programas de cuidado en hogares, en proveer ARV’s [antirretrovirales] gratis para que la gente pueda vivir un poco más de lo que probablemente hubieran vivido y también proveerles de nutrición y de alimentos al mismo tiempo.
- Maravilloso. Dígame algo más sobre su propia espiritualidad personal. ¿Dónde encuentra la presencia de Dios con más frecuencia en su país?
- Desde el año 2006 cuando conocí a los jesuitas y me involucré más en la espiritualidad ignaciana, me enseñaron a buscar y a intentar ver a Dios en todo. O sea que en estos momentos soy un estudiante y todos los días vivo una vida estudiantil e intento encontrar a Dios en mis estudios. Estudio el medio ambiente, o sea que intento cuidar de la naturaleza y de lo que Dios nos ha dado a nosotros y poner eso en el contexto de lo que aprendo en clase y en cómo se relaciona a mis otras actividades cotidianas, mi forma de vida personal, no vivir más allá de mis medios, sino vivir con lo que Dios me ha dado y ver que todo lo que Dios nos ha dado es para salir al mundo y compartirlo en el mundo.
- ¿Qué influencia ha tenido su familia en su fe hasta este momento de su vida?
- Especialmente la familia de mi abuela porque tienen una formación católica muy fuerte… Mi abuelo, aunque no llegué a conocerle, fue uno de los primeros catequistas en su pueblo, o sea que pienso que de eso he sacado (y me ha dado mucho) apoyo en mi fe y mucho ánimo en mi apostolado con los jóvenes adultos también.
- ¿Está esperando la visita del Papa de esta tarde?
- Sí estoy esperando eso. “¡Viva el Papa!”
- Allen, muchas gracias, y buen viaje de vuelta a Kenia.
- Muchas gracias. Es un placer estar aquí.’
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El santo italiano cuya fiesta se celebra el 10 de octubre, S. Daniel Comboni (1831-1881), dedicó casi toda su vida a esfuerzos misioneros en África y estuvo en Sudán y Kenia. Sus padres generosamente dejaron partir a África a su joven hijo de 27 años, el único que había sobrevivido de 8 que tuvieron. El santo se había consagrado a los 17 años al apostolado en África central y por fin llega a Sudán en febrero de 1858. Ese mismo año muere su madre.
Debido a enfermedades, le ordenan volver en 1859, pero en 1864 recibe la inspiración para un nuevo proyecto de evangelización de África con los africanos, apoyado por Pío IX, que tenía que “ser católica, no ya española o francesa o alemana o italiana. Todos los católicos deben ayudar a los pobres negros, porque una nación sola no alcanza a socorrer la raza negra” (Carta a D. Goffredo Noecker, 9.11.1864).
Su Instituto rechaza el proyecto, o sea que en 1867 funda el Instituto de los Misioneros para el África (Misioneros Combonianaos), que tendría casas en El Cairo (Egipto). Denuncia en Europa el sufrimiento en Sudán causado por la esclavitud, aunque se da cuenta de que:
“Solamente Aquel, que con su sacrificio glorioso sobre el Gólgota quiso que fuese extirpada para siempre de la tierra la esclavitud, El que anunció a los hombres la verdadera libertad, llamando a todas las naciones y cada ser humano a la filiación Divina, a quien el hombre regenerado con la verdadera fe puede llamarlo Abba Padre, solamente El podrá liberar el África de la mancha de la esclavitud” ["Informe a la sociedad de Colonia", 1868].
Había entendido las palabras del Señor en el Evangelio del XXVII Domingo de Tiempo Ordinario: “de los que son como [niños] es el reino de Dios” (Mc. 10, 14), no de los más fuertes o más poderosos o más avanzados tecnológicamente. El reino de Dios está abierto a todos los que se hacen pequeños y humildes. Como Vicario apostólico del África central, se preocupó especialmente por Nigeria, el Chad, R. Centroafricana, Sudán, Uganda, Kenia, Tanzania y parte de Zaire. No le faltaron incomprensiones ni calumnias en medio de la pobreza de esos países, que sufrió hasta su muerte en Jartum, Sudán.
Que S. Daniel Comboni acompañe a los obispos en el Sínodo para África e interceda ante el Señor por el continente que tantó amó en vida.
[Fuente de citas del santo: www.corazones.org / mapa de Kenia: Vardion en Wikimedia Commons / mapa de Sudán: Bild y Tzzzpfff en WIkimedia Commons]
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Ha estado alguna vez en algún país africano o conoce a algún misionero en África? ¿Qué le impresiona de cómo se vive la fe católica en África?
Mañana: Canonización de S. Rafael Arnáiz Barón – “frunció el ceño y se marchó pesaroso porque era muy rico” (Mc. 10, 22)
3 comentarios
"Rosario africano en Roma"
"Radio Católica llega a los fieles de Kenia"
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Para obtener más información sobre el documental sobre Sudán, póngase en contacto con "Aid to the Church in Need" ("Ayuda a la Iglesia Necesitada"):
[email protected]
Números de teléfono (EE.UU.): 800-628-6333 / 718-609-0939
Cuando subo a leer la epístola,veo,tras la reja,a las clarisas, su capilla da al lateral del altar,han llegado dos keniatas, jovencitas postulantes,apenas contestan,amén en la misa pero las otras empezaron así,y,ya hablan un español suelto.Viven su cristianismo con alegría y compromiso,tienen una sencillez que contagia,¡benditos sean mis hermanos keniatas.
tengo información,por una buena amiga,misionera en África varios años,primero en Angola y luego en Congo.Para no alargarme,la sencillez de los africanos de color es tal, que creen lo que se les predica,son religiosos por instinto,y,tiene buen cuidado de verificar que y quienes son "trigo limpio".No se les gana con golosinas y frivolidades,sino son la entrega y el compromiso,de ahí que el sacerdocio y las vocaciones religiosas crezcan,¡benditos sean,ellos y los misioneros que se dejan la vida por llevarles el
Evangelio!
A mí me impresionaron de pequeña dos misioneras amigas de mi familia que vivían en África pero que de vez en cuando volvían a Madrid, donde les visitaba mi familia. Las dos ya han fallecido, fieles a su vocación hasta el final. ¡Con qué cariño hablaban sobre las personas a quienes servían! A S. Daniel Comboni le despertó su vocación misionera oír a un sacerdote misionero hablar sobre el sufrimiento de las personas en África. Él haría lo mismo para otros años después, a pesar de las dificultades que encontraba. ¡Qué contraste con lo acomodada que es mi vida!
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