LX. El cuerpo muerto de Cristo
La muerte de Cristo y la unión de su cuerpo y alma[1]
Después de afirmar que la divinidad no se separó del cuerpo ni del alma de Cristo, Santo Tomas, en los siguientes artículos con los que finaliza la cuestión sobre la muerte de Cristo, los dedica al cuerpo de Cristo en su estado mortal. En primer lugar, se pregunta si, durante los tres días que estuvo muerto Cristo fue hombre.
Trata este tema teológico, porque podría parecer que Cristo continuó siendo hombre durante los tres días de su muerte y la verdad es que ya no fue hombre. Sin embargo, se puede argumentar que el cuerpo muerto de Cristo era hombre con el siguiente argumento: «Dice San Agustín», refiriéndose a la unión hipostática, a la unión de la persona o ser divino entre la naturaleza humana y divina, que: «Tal era aquella unión que a Dios hacía hombre y al hombre hacía Dios» (Trinid., I, c. 12).Pero esaunión no cesó con la muerte. Luego, pareceque con la muerte no dejó de ser hombre»[2], y, por tanto, puede decirse que, por conservar la naturaleza divina, su cuerpo era hombre al igual que su alma separada por la muerte.