–Buenóooo, ya era hora. El (118). Casi no me lo creo.
–Ya veía usted que en este mismo blog estaba trabajando otros temas.
Examinaré lo que no es un partido católico, lo que no debe ser, antes de tratar de los partidos políticos católicos.
Un partido católico que sea liberal no es un partido católico. Comenzamos por aquí. Y si tenemos en cuenta que hoy en Occidente prácticamente todos los partidos políticos profesan la ideología del liberalismo –todos se fundamentan exclusivamente sobre la libertad humana, exenta de toda sujeción a Dios y al orden natural: liberales, socialistas, nacionalistas, conservadores, etc.–, debemos comenzar por reconocer que actualmente es sumamente difícil constituir un partido católico no-liberal. La presión de los condicionamientos internacionales, culturales y económicos vigentes que enmarcan la vida política, y también los ataques convergentes de los otros partidos y de los medios de comunicación, hacen casi imposible la formación de partidos realmente católicos, es decir, no-liberales. “Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque a Dios [y a los que creen en Él] todo le es posible” (Mc 10,27).
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