7.02.22

(672) Alegres en la esperanza. 3. Reformadores, Deformadores, Moderados et alii

–¡Qué cosas captan el mayor interés de la mayoría de la gente! Dios nos guarde.

–Cuando el hombre rechaza el don de la fe, que ilumina y eleva la razón, pierde en gran medida el uso de razón. Negando al Creador, centra su atención en la criatura. Y no entiende nada de lo que pasa.

Las Iglesias locales de Occidente,  las que llevaron la fe en Cristo a gran parte del mundo, hoy, en la situación agónica ya considerada anteriormente, se juegan nada menos que su pervivencia, según prevalezcan en ellas los Reformadores, los Deformadores, los Moderados u Otros. Intento ahora describirlos.

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1.02.22

(671) Alegres en la esperanza. 2. –Profesión y defensa de la fe

–Tu palabra, Señor, es eterna…

–más estable que el cielo (Sal 118,89).

La fe es el fundamento de la Iglesia y de toda la vida cristiana. «El justo vive de la fe» (Rm 1,17). En la Biblia se reitera ese principio (p. e., Hab 2,4; Gál 3,11; Heb 10,38). «La fe es por la predicación, y la predicación es por la palabra de Cristo (Rm 10,17).

Si una Iglesia local se mantiene en la fe, por muchos pecados que cometan sus miembros, incluso algunos de sus Pastores, subsiste; debilitada, pero pervive. Siguen los sacramentos, se guarda la Misa dominical, hay vocaciones, los padres pasan su fe a los hijos, hay misioneros.

Si una Iglesia tolera que la fe, su fundamento, sea atacada, puesta en duda, gravemente falsificada, su edificio, atacado en sus cimientos, se derrumba, se hunde, se arruina. Es la apostasía. Cesan las vocaciones, la Eucaristía, los sacramentos, las misiones, todo. Es la situación en que malviven hoy no pocas Iglesia locales de Occidente.

Cito el diagnóstico de San Juan Pablo II: «Los cristianos de hoy, en gran parte, se sienten extraviados… Se han esparcido a manos llenas ideas contrarias a la verdad revelada y enseñada desde siempre. Se han propalado verdaderas y propias herejías» (disc. 6-02-1981).

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23.01.22

(670) Alegres en la esperanza. 1.– Los días son malos (Ef 5,16)

«Los días son malos» (Ef 5,16). «En estos tiempos [recios] son menester amigos fuertes de Dios para sustentar a los flacos» (Santa Teresa, Vida 15,5).

 

–Bueno el post, pero muy largo.

–Escribir un libro, como pretendo, y publicar artículos en mi blog al mismo tiempo, son dos tareas incompatibles, al menos para mí. Solución: trabajar en la redacción del  libro e ir publicando sus capítulos en este blog a medida que los vaya escribiendo… ¿Funcionará el invento?… Es una buena pregunta… El título de libro será, Dios mediante, «Alegres en la esperanza».

 

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5.01.22

(669) Adoremos con los Reyes Magos al Niño-Dios

–Aunque se moleste Bulman.

Rudolf Karl Bultmann (1884-1976), el  teólogo protestante alemán que más influyó en la “desmitologización” de los Evangelios, negando la historicidad de todo lo que tuviera signos de sobrenaturalidad. 

Resumo en este artículo otro mío anterior (528) como ayuda para celebrar la solemnidad litúrgica de la Adoración de los Reyes Magos. Me apoyo sobre todo en el cardenal Ratzinger-Benedicto XVI y en René Laurentin.

* * *

–Historicidad de los Evangelios de la Infancia de Jesús

De los cuatro evangelistas, son dos los que refieren datos sobre la infancia de Jesús, San Mateo (1-2) y San Lucas (1-2). La Iglesia siempre creyó en la historicidad de los Evangelios, y esa fe se mantuvo firme hasta la aparición del protestantismo liberal y de su filial modernismo, que pusieron en duda la historicidad de los Evangelios, o al menos de muchos de sus relatos, milagros y de cualquier lugar de ellos que estimaban increíbles.

Una degradación de la exégesis era previsible desde Lutero. El principio del libre examen de las Escrituras conduce al protestantismo liberal, eclosionado sobre todo en el siglo XIX, cuando la exégesis se vio dominada por el pensamiento filosófico y teológico iniciado en el siglo XVIII, en el marco de la Ilustración.

Fue entonces cuando la Sagrada Escritura dejó de ser sagrada para aquellos exegetas que comenzaron a corroerla desde dentro como termitas

* * *

–Card. Ratzinger-Benedicto XVI

Los dos volúmenes del “Jesús de Nazaret” de Joseph Ratzinger, están publicados cuando ya era el papa Benedicto XVI (Jesús de Nazaret. I parte. Desde el Bautismo hasta la Transfiguración, La Esfera de los Libros, Madrid 2007: y Jesús de Nazaret. II parte. Desde la Entrada en Jerusalén hasta la Resurrección, Encuentro, Madrid 2011). Mientras leía yo esta obra excelente, no dejaba de lamentar que comenzara en el Bautismo del Jordán. Manía que se puso de moda cuando se generalizó la negativa de la historicidad de los Evangelios de la Infancia.

Pero, gracias a Dios, poco después publicó Ratzinger La Infancia de Jesús (Planeta, Barcelona 2012), advirtiendo que «no se trata de un tercer volumen, sino de algo así como una antesala a los dos volúmenes precedentes sobre la figura y el mensaje de Jesús de Nazaret» (proemio).

Bendigamos al Señor. En este precioso estudio, admirable en erudición, argumentación y teología, confiesa el Autor su fe en la historicidad de los Evangelios de la Infancia. Confirma la realidad de los «Reyes Magos», que por supuesto ni eran reyes ni eran magos, sino hombres procedentes del Oriente, seguramente de Babilonia, centro de astronomía y religiosidad, como hombre cultos y religiosos, filósofos y astrónomos. Confirma también la realidad sobrehumana de «la estrella» conductora de sus pasos hasta el portal de Belén. Y lo hace con numerosos argumentos, alegados sobre todo en los últimos cincuenta años, por escrituristas y científicos.

«¿Es verdaderamente historia acaecida, o es sólo una meditación teológica expresada en forma de historia? A este respecto [el cardenal] Jean Daniélou… llega a la convicción de que se trata de acontecimientos históricos, cuyo significado ha sido teológicamente interpretado por la comunidad judeocristiana y por Mateo… Ésta es también mi convicción» (pg. 123).

Cita Ratzinger también, entre otros, a Klaus Berger en su Kommentar zum Neuen Testament (Gütersloher Verlagshaus, 2011):

«Aun en el caso de un único testimonio [el de Mateo]… hay que suponer, mientras no haya prueba en contra, que los evangelistas no pretenden engañar a sus lectores, sino narrarles los hechos históricos… Rechazar por mera sospecha la historicidad de esta narración va más allá de toda competencia imaginable de los historiadores» (pg. 124; pg. 20 del Kommentar).

 

–René Laurentin

De este teólogo (1917-2017), especializado en mariología, cito un interesante testimonio publicado en su obra Les Évangiles de l’Enfance du Christ. Vérité de Noël au-delà des mythes (Desclée, París 1982).

«Me he pasado medio siglo estudiando los Evangelios de la infancia (Mt 1-2 y Lc 1-2, y el resto). Siempre he entrevisto la riqueza de estos Evangelios, nutridos de todo el A. T. … Y, sin embargo, seguía yo seducido por la actitud iconoclasta cultural del ambiente, una actitud procedente del racionalismo liberal: estos primeros capítulos eran leyendas tardías, theologumena, es decir, relatos ficticios fabricados para expresar ideas teológicas entrañables a los creyentes, se repetía. Mis primeros trabajos, que manifestaban la riqueza bíblica de estos Evangelios, consiguieron una amplia estima en el mundo exegético a escala ecuménica. Caracterizaba yo estos Evangelios como midrashim. De ahí se inducía que yo los tenía por fábulas, lo que se ponía en mi activo de progresista. De hecho, yo no me atrevía demasiado a plantear el problema de la historicidad, ampliamente puesto en duda…

«Fue en 1980 cuando me atreví a abordar el estudio específicamente histórico de estos Evangelios. Con él se disiparon las dudas nocivas… Este retorno a la evidencia ha sido un perjuicio para mi reputación. Me encontré etiquetado de fundamentalista: como autor a desaconsejar». Después de innumerables viajes e investigaciones, Laurentin descubrió el Mediterráneo: las narraciones del Evangelio son verdaderas, son históricas, también las de la Infancia de Jesús. Bendigamos al Señor que le abrió los ojos del alma.

 * * *

Quiera el Señor, en este día de la Epifanía, abrir también la mente, el corazón y los labios de todos los predicadores y de todos los fieles de la Iglesia, para que confiesen la fe católica en la historicidad de la adoración de aquellos Reyes Magos, quizá ilustres personajes astrónomos, que procedentes del Oriente, fueron guiados por una estrella misteriosa hasta el portal de Belén, donde, postrándose y ofreciendo sus regalos, adoraron a Jesús recién nacido, mostrado humildemente en el regazo-trono de su santísima Madre, la Virgen María.

José María Iraburu, sacerdote

 

Índice de Reforma o apostasía

 

1.01.22

(623) Espiritualidad, 5. -Santa María, «la Gloriosa» (I)

Santa Maria Madre de Dios

Hoy sábado y día 1 de enero del año 2022, he recordado la serie de post que comencé a escribir en noviembre de hace dos años sobre la Virgen María, y en particular el primero de ellos, en el que hablo sobre el dogma de Santa María, Madre de Dios, que hoy celebra la Iglesia. He pensado que será de interés para mis lectores re-leerlo y honrar a la Virgen María, la santa Madre de Dios.

* * *

–En muchas parroquias la mayor asistencia de feligreses suele darse en fiestas de la Virgen..

–Así es. Por Ella nos vino Cristo Salvador, y por Ella nos sigue viniendo especialmente.

Dignare me laudare te Virgo sacrata. – Da mihi virtutem contra hostes tuos

Comienzo a escribir sobre la Virgen María, rezándole el versículo final del himno litúrgico Ave Regina cæ­lorum. En esa oración le pido que me consiga de Dios la gracia de saber alabarla, y que me dé fuerza contra sus enemigos. En algunos casos, enunciaré un tema, sin desarrollarlo, limitándome a remitir a artículos que ya publiqué en este mismo blog.

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