(11) El pudor –II
–Yo esperaba que ya hubiera terminado usted de hablar del pudor.
–Vana esperanza, craso error. Póngase cómodo y siga leyendo.
En Israel inicia Dios, como ya vimos, la revelación del pudor y de la castidad. Inocencia - desnudez - pecado - concupiscencia - vergüenza - vestidos, «Dios los vistió» (Gén 3).
Juan Pablo II, en su serie de 129 catequesis sobre el amor humano en el plan divino, dedica al pudor un buen número de ellas, y hace en una esta observación de gran agudeza: «el nacimiento del pudor en el corazón humano va junto con el comienzo de la concupiscencia –la triple concupiscencia, según la teología de Juan (cf. 1Jn 2,16)–, y en particular de la concupiscencia del cuerpo. El hombre tiene pudor del cuerpo a causa de la concupiscencia. Más aún, tiene pudor no tanto del cuerpo, cuanto precisamente de la concupiscencia» (cateq. 28-V-1980, 5; +4-VI-1980).