(701) Poesías a la Virgen María. 4-Sor Juana Inés de la Cruz

Juana Inés de Asbaje Ramírez de Santillana (Nepantla, México, 1648-1695), pasa a la historia como sor Juana Inés de la Cruz. En 1669 ingresó en la orden monástica de las Jerónimas. Pasó a la historia como escritora del Siglo de Oro, destacando notablemente entre los autores novohispanos de su tiempo.  Cultivó en castellano diversos géneros literarios –poesía, teatro, auto sacramental-, y también escribió en náhuatl. La poesía que sigue, impresa en 1679, puede parecer un mero divertimento, un ingenioso juego de palabras, pero lleva el sello de la elegancia y calidad espiritual y poética propio de la Autora.

+ + +

Villancico a la Asunción de María

¿Por qué surcas ligera
el viento transparente?
Tente, tente;
consuélanos siquiera,
no nos lleves contigo
el consuelo, el amparo, el bien y abrigo.

Todos los elementos
lamentan tu partida;
mida, mida
tu piedad sus lamentos;
oye en humilde ruego
a la tierra, a la mar, al aire, al fuego.

Las criaturas sensibles,
y las que vida ignoran,
lloran, lloran
con llantos indecibles, invocando tu nombre
el peñasco, la planta, el bruto, el hombre.

A llantos repetidos
entre los troncos secos,
ecos, ecos
dan a nuestros gemidos,
por llorosa respuesta,
el monte, el llano, el bosque, la floresta.

Si las lumbres, atenta,
hacia el suelo volvieras,
vieras, vieras,
que triste se lamenta,
con ansia lastimosa,
el pájaro, el cristal, el pez, la rosa.

Mas, con ardor divino,
ya, rompiendo las nubes,
subes, subes,
y en solio cristalino
besan tus plantas bellas
el Cielo, el Sol, la Luna, las estrellas.

Ya espíritus dichosos
que el Olimpo componen,
ponen, ponen,
a tus pies generosos,
con ardientes deseos,
coronas, cetros, palmas y trofeos.

No olvides, pues, gloriosa,
al que triste suspira;
mira, mira,
que ofreciste, piadosa,
ser de clemencia armada,
auxilio, amparo, madre y abogada.


Sor Juana Inés de la Cruz

Los comentarios están cerrados para esta publicación.