(657) Natividad de la Virgen María
–Feliz cumpleaños, Santa María bendita.
–Santa María, Madre del Salvador, Llenadegracia desde su concepción. Madre de Dios y Madre nuestra.
El Señor reveló el pecado original a Israel desde el principio, desde la caída de Adán y Eva (Gen 3). Y los judíos conocieron su propia condición pecadora, congénita a todos los hombres: «En la culpa nací, pecador me concibió mi madre» (Sal 50,7). Pero el Señor, tras la caída, maldijo al diablo en el Edén: «Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer» (3,15). Y al fundar el Pueblo elegido, prometió a Abraham que «serán bendecidas en ti todas las familias de la tierra» (Gen 12,3). Israel, al paso de los siglos, alternando fidelidades y pecados, persevera en la esperanza de un Salvador, de una nueva Eva, que vencerán al diablo.
Espera Israel al Salvador, sí; pero también a su misterioso origen en el mundo, porque sabe que «el Señor mismo os dará la señal: He aquí que la virgen grávida da a luz un hijo, y le da por nombre Emmanuel», Dios con nosotros (Is 7,14).
El Nacimiento de la Santísima Virgen María
En el nacimiento de María, una luz maravillosa se enciende por fin en la oscuridad del mundo. La Aurora de la Luz, predestinada por Dios, por obra del Espíritu Santo, nos trae al Salvador que viene a «iluminar a los que están en tinieblas y sombras de muerte, para enderezar nuestros pasos por el camino de la paz» (Lc 1,29). La primera Eva nos trajo pecado, oscuridad y muerte. La nueva Eva nos trae gracia, luz y vida.
Es lógico que en el Año litúrgico de la Iglesia se celebre la memoria de los santos en el día de su muerte. Es entonces cuando se ha detenido su crecimiento en la vida de la gracia; y cuando pasan definitivamente de la muerte a la vída: es el dies natalis. Solamente celebra la Iglesia el nacimiento de Jesús, de María, y de San Juan Bautista. Celebramos el nacimiento de María porque desde antes de nacer es ya la Llena de gracia, exenta de todo pecado, preservada en total santidad para venir a ser Madre de Jesús. Y celebramos el nacimiento de San Juan Bautista porque fue santificado antes de nacer: «Así que oyó Isabel el saludo de María, se estremeció el niño de gozo en su seno» (Lc 1,41), y quedó purificado por la presencia de Jesús en el seno de María, que estaba hecha una Custodia eucarística.
El nacimiento de María es la gloria de la naturaleza humana
Nacida María según las leyes de la naturaleza humana, y elegida para la Maternidad divina, Ella nos demuestra que nuestra naturaleza no es una natura corrupta, incapaz de recibir la salvación, y menos aún la filiación divina. Por eso canta la liturgia Tota pulchra es, Maria, et macula originalis non est in te… Tu, gloria Jerusalem, Tu laetitia Israel, Tu honorificentia populi nostri… Nacida sin pecado, llena de gracia, en ella, hija de Abraham, del linaje de David, «serán bendecidas todas las naciones de la tierra», porque nos trae al Salvador del mundo. Con toda humildad y verdad declara de sí misma: «Todas las generaciones me llamarán bienaventurada» (Lc 1,48). Así es, y así será por los siglos de los siglos. Amén.
Como el anciano Simeón toma en brazos al niño Jesús, presentado en el templo, hoy en la Iglesia tomamos en los brazos de nuestra fe y caridad a la niña María recién nacida. Y bendiciendo a Dios decimos: «Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque han visto mis ojos al origen de nuestra salvación» (cf. Lc 2,29).
Sabemos que esta niña tan chiquita va a ser la Madre del Salvador del mundo, la Madre de Dios, la «mujer envuelta en sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre la cabeza una corona de doce estrellas» (Ap 12,1). Texto misteriosamente relacionado con aquel del Génesis : «Ésta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón» (Gen 3,15).
Infinita en la humildad y la majestad
En el maravilloso designio de Dios providente, María nace como humilde hija de David, de una estirpe davídica sin gloria mundana. Vive en la menospreciada Galilea, al norte del Israel prestigioso: «Investiga y verás que de Galilea no ha salido profeta alguno» (Jn 7,52). Está María casada con un carpintero, y vive en una aldea apenas conocida: «¿De Nazaret puede salir algo bueno» (Jn 1,46).
Poco hablan de ella los evangelistas, aunque muy importante. Se acomodaban a los modos habituales de su entorno, que tanto sujetaban la esposa al esposo. San Mateo no registra la genealogía materna de Jesús, sino sólo la de San José, su padre legal. San Pablo en sus numerosas cartas no cita las apariciones del Resucitado a las santas mujeres, y no menciona a María, aunque alude a su misterio, diciendo de Jesús, «nacido de mujer» (Gál 4,4). Aparte de los condicionamientos culturales, parece claro que ha de verse en esa sobriedad silenciosa un designio altísimo de Dios providente: es providencia del Señor que la vida de María esté «escondida con Cristo en Dios» (Col 3,3).
Ya advirtió San Ignacio de Antioquía (+107) que Dios había guardado el misterio de María en el silencio: Así «quedó oculta al príncipe de este mundo la virginidad de María y el parto de ella, del mismo modo que la muerte del Señor: tres misterios sonoros que se cumplieron en el silencio de Dios» (Efesios XIX,1).
Y San Bernardo (+ 1153): «Loable virtud es la virginidad, pero aún más necesaria es la humildad. Puedes salvarte sin la virginidad, pero no sin la humildad». La misma María dice: «“Miró el Señor a la humildad de su sierva” mucho más que a la virginidad. Y aunque por la virginidad agradó a Dios, con todo, concibió por la humildad. De donde consta que la humildad fue la que hizo también agradable su virginidad» (Hom. sobre la Virgen Madre I,5).
Pero María es «la Gloriosa», como la llama Gonzalo de Berceo (+1264), y lo es también por designio de Dios providente: «Todas las generaciones me llamarán bienaventurada». Ella es la Hija del Padre, la Esposa del Espíritu Santo, la Madre de Cristo. Ella es la Aurora maternal del que es la Luz del mundo, el Salvador único de la humanidad. Ella es el punto de paso entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Después de su Hijo, es Ella lo más santo y santificante de la Alianza antigua y de la Nueva. Es la Nueva Eva, la verdadera «madre de todos los vivientes» (Gen 3,20).
Dignare me laudare te, Virgo sacrata.
** *
Poco se sabe de las circunstancias y datos concretos acerca del Nacimiento de María, la Virgen. El Protoevangelio de Santiago, apócrifo de finales del siglo II, da algunos detalles. Pero, como es lógico, la Iglesia antigua guardó de un hecho tan extraordinario una tradición constante, que poco después de los Concilios de Éfeso (431) y de Calcedonia (451), vino a celebrarse en el curso anual de la liturgia. Son numerosas las predicaciones de los Santos Padres sobre el nacimiento de María, especialmente entre los Orientales.
Destaca el formidable sermón del arzobispo San Andrés de Creta, que la Liturgia de las Horas recoge en el Oficio de lectura (8 septiembre). Nació en Damasco hacia el 660, profesó la vida monástica, fue notable por sus sermones y por sus himnos litúrgicos. Nombrado arzobispo de Gortina en Creta, allí dedicó un Santuario a la Virgen, con el título de la «Fuente Viva». Murió en el año 740.
A mediados del siglo VII se comenzó a celebrar en Roma la Natividad de la Virgen, con la Purificación, Anunciación y Asunción de María, en un tiempo en que la violencia del Islam provocaba emigraciones en las regiones sujetas a su yugo. En tiempo del papa Inocencio IV (1243-1254) llegó a tener Octava propia. Actualmente es fiesta no de precepto.
–Ave, María purísima.
–Sin pecado concebida.
José María Iraburu, sacerdote
27 comentarios
( y Nuestra...)
A pesar, que la Iglesia, festeja la Natividad de María, el día 8 de setiembre, sin embargo, en apariciones como Medjugorje o en las revelaciones vinculadas con la Rosa Mística, y ,otras manifestaciones de la Virgen, Ella, ha manifestado que la fecha real, fue un 5 de agosto..
"Oh María, corredentora de la Humanidad, medianera de todas las Gracias, abogada universal y Auxiliadora
Madre de la Divina Gracia ,
bajo todas vuestras innumerables advocaciones,
de
Todas las Naciones
Nuestra Señora del Apocalipsis
que,
esos rayos de Luz,
que,
de vuestras manos se desprenden,
símbolo de la gracias, que derramáis, sobre la Humanidad toda,
desciendan,
abundantemente en este momento en nosotros, Familiares, Amistades ,Conocidos ,
aun aquí en la Tierra
y en +quienes, ya vivieron su Pascua
y en quienes están siendo perseguidos, discriminados y atacados por su Fe en Jesucristo ,
en las víctimas de la guerra
y en quienes fueron raptados, secuestradas y robados y se hallan en situación de esclavitud en los prostíbulos del mundo y otras cautividades
en quienes han sido, están siendo y se les va a abortar ,
en los niños y niñas de la calle,
y, en las multitudes que se hallan en situación de crucifixión, víctimas de enfermedades: espirituales, mentales y físicas,
en quienes están enfrentando circunstancias adversas, contratiempos y fatalidades de todo tipo
en quienes están con sincero corazón y rectitud de intención en pos de la Verdad,
en quienes se hallan terminalmente en las vísperas de la vigilia de su Pascua,
en los pecadores agonizantes
y en las Benditas Almas del Purgatorio" .
/ Rogamos, para pedir en el día, que se festeja la Natividad de María , encomendándonos al mismo tiempo a san Joaquín y santa Ana, sus progenitores ,que, asista a quienes llevan su imagen a través de medallas, escapularios y rosarios y solicitan su intercesión y viven acordes, conforme y de acuerdo a lo que tales símbolos significan, comprometen y responsabilizan , ya, que no son amuletos: mágicos, esotéricos y cabalísticos.
/ Oramos, a fin de tener presente, pedir a María, que nos regale , colmándonos de aquellas gracias , favores y bendiciones, que la humanidad, no le pide en la tierra, según la explicación, que le diera a santa Bernardita, cuando le preguntó: ¿ Porque de algunos anillos de vuestros dedos surgen rayos de luz y de otros no?, contestándole: "Son las gracias, que los hombres, no me piden en la tierra"
/ Imploramos , no olvidar, pedir en el día, que se festeja la Natividad de María para nosotros y quienes solicitan la intercesión de la Madre de Jesús , reciban el milagro de una Buena Noticia y seamos asistidos con su auxilio, protección y acompañamiento en el día de nuestra Pascua
Gracias, Favores y Bendiciones a QUIENES ORARÁN POR LAS SIGUIENTES INTENCIONES Y COLABORARÁN EN HACERLAS CIRCULAR PARA QUE MAS SE BENEFICIEN ( por los tiempos, que nos aguardan...
enrique Cheli Pedraza
educador
servidor de la Eucaristía
Instituto
NUESTRA SEÑORA DE LAS AMÉRICAS
[email protected]
Argentina
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JMI.-Es palabra rara, sólo usada 1 vez en la Biblia.
La Iglesia la entiende en su tradición como "llena de gracia".
Muchas gracias, por hacer mas grato y feliz el cumpleaños de Maria.
!Oh Maria sin pecado concebida:
rogad por nosotros que recurrimos a Vos¡
Tu sabes, querida madre, que siempre intento cumplir el consejo me diste hace tiempo, el mejor consejo que la mejor madre del mundo puede dar a su díscolo hijo: "Debes hacer lo que Él te diga".
"Ora pro nobis, Sancta Dei Genitrix, ut digni efficiamur promissionibus Christi"
Pax
Enhorabuena por el artículo, Padre Iraburu. A María Purísima le debemos muchísimo. Justo es corresponderle con acción de gracias.
Ut in omnibus glorificetur Deus.
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JMI. Benedictio +
¡¡¡ FELICIDADES MADRE DE DIOS Y MADRE NUESTRA ¡¡¡. En tí confió.
1. María que naces y te empadronas en Belén.
2. María que alumbras la Luz del mundo en un pesebre, de la casa de David y Aarón, que das a Luz a nuestro único Rey y Sacerdote eterno.
3. María sin pecado original, llena de Dios, perla de la Creación, que nos has dado a Nuestro Dueño y Señor.
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JMI.-Amén
Bendición +
Me uno a todos. Y nada que añadir.
Bendiciones 🙏
(San Juan Damasceno)
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JMI.-Ni idea.
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JMI.-Amén.
Gracias por su gratitud.
Bendición +
"¿Cómo debe comprenderse la palabra kejaritomene en el evangelio de San Lucas cuando el ángel Gabriel saluda a Nuestra Señora? Lc 1,28"
Colmada por Dios de Su Gracia (no hay lugar en ella para el pecado).
Si yo contara mi vida, se comprendería que durante muchos años me definiera "más mariano que cristiano".
Pero ya me corregí de eso a raíz de que un 8 de septiembre, fui a Misa a celebrar el cumpleaños de mi Madre y Madre de Dios, y el reverendo se despachó con una monición de entrada al estilo de "la Virgen, sí... pero... sin pasarse... no vayamos a quererla más que a Cristo... porque ella, no es más que..."
Su homilía fue tan cristocéntrica, cristocéntrica, que cualquier pastor protestante la firmaría. No volvió a citar a Santa María.
Fue la peor Misa de mi vida, pues a cada momento me asaltaba el deseo de llamarle ¡tonto más que tonto!, reprimiéndome constantemente pues la Fe me decía que el sacerdote estaba ahí "in persona Christi"... y ¡quería comulgar!... y el ¡tonto más que tonto!, me bullía irrefrenable, y yo "atrincherando" mi voluntad en el "in persona Christi", "in persona Christi", "in persona Christi". Al final comulgué con dudas, pero como "in dubio, pro reo"...
El caso es que al llegar a casa, aún llevaba el nudo en el estómago y me puse a escribir al sacerdote, mas, se me rimaron las ideas y salió:
Si la llama el Padre "Llena
de gracia", ¿podría yo
excederme al ensalzarla
más que lo hizo mi Dios?.
Y por más que yo la honre,
... ¡si Jesús es su Honor!.
¿cómo temer que yo pueda
honrarla más que mi Dios?
Y si el Espíritu Santo
su seno divinizó,
... cuando yo logre adornarla
más que la adorna mi Dios
entonces, podré decirle :
¡Basta, Madre, se acabó!,
que ya conseguí amarte
más que te ama mi Dios.
Pero mientras llega el día
que se cumpla lo anterior,
te veneraré María,
Madre mía y de mi Dios;
y como la hiperdulía,
dónde acaba, no sé yo,
por si acaso, ¡Trinitaria!
veo a Tu Madre, mi Dios,
porque, a lo que yo entiendo,
¿qué puede ser la Asunción,
sino asumirla en el seno
Trinitario de mi Dios?;
que si Eres criatura,
la Trinidad se donó
a Sí misma a ti, María
por Voluntad de mi Dios.
Y si es Su Voluntad
verte digna de su Amor,
... ¿me pondré yo a tasar
lo que no tasó mi Dios?.
Y, si acaso, por exceso
llegara a la adoración...
¿mi adoración será más
que los dones de mi Dios?.
Desde entonces, gracias a aquel sacerdote, me curé de ser "más mariano que cristiano"; ahora "soy mariano (mutatis mutandi) como la Santísima Trinidad" de quién soy y debo ser "imagen y semejanza".
Porque ¡hay que ver lo mariano que es Dios!.
El Eterno Omnipotente Ser Perfecto, quiso, y si quiso, fue Su Voluntad, darse a Sí mismo una Hija, Esposa y Madre.
Si le llamamos a "eso" con nuestra palabra "capricho", tal vez no sea adecuado, y haya que ir hacia la idea de que el Amor Divino, como difusivo que Es, en esa criatura, María, quiso gozarse en abrirnos para nosotros la Eternidad Providente de Su Amor.
¿Será legítimo interpretar el precioso himno de Ef. 1, 3-14, como "Himno, también mariano", porque si a los efesios y adefesios como yo, San Pablo nos dice lo que sigue, ¿es eso aplicable a Santa María?:
"3. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo;
4. por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor;
5. eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad,
6. para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado.
7. En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los delitos, según la riqueza de su gracia 8. que ha prodigado sobre nosotros en toda sabiduría e inteligencia,
9. dándonos a conocer el Misterio de su voluntad según el benévolo designio que en él se propuso de antemano,
10. para realizarlo en la plenitud de los tiempos: hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra.
11. A él, por quien entramos en herencia, elegidos de antemano según el previo designio del que realiza todo conforme a la decisión de su voluntad,
12. para ser nosotros alabanza de su gloria, los que ya antes esperábamos en Cristo.
13. En él también vosotros, tras haber oído la Palabra de la verdad, el Evangelio de vuestra salvación, y creído también en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa,
14. que es prenda de nuestra herencia, para redención del Pueblo de su posesión, para alabanza de su gloria."
¿Acaso todo esto no es "interpretable" en la Madre de Dios?.
Perdone D.José María, este desahogo. ¡Es mi Madre!, ¡nuestra Madre!.
Y es un regalo de Dios...
Muchas gracias.
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JMI.-En principio, es tal la unión y la semejanza entre Jesús y María, que lo que Cristo se dice, "mutatis mutandis", es aplicable a la Santísima Virgen María.
Bendición +
¡ Qué bueno y santo es que se aplique el conocimiento al ámbito hipostático y trinitario.
Hacia años que no leía sobre María cosas tan ciertas como las que ha escrito Iraburo y Ud.
Dios que " quiso, pudo y la hizo" les bendiga por hablar así de la Madre de su Hijo.
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JMI.-Dignare me laudare Te, Virgo sacrata.
Da mihi virtutem contra hostes tuos.
Antífona gregoriana.
Virgen sagrada, concédeme la gracia de alabarte.
Dame fuerza contra tus enemigos.
Bendición +
Bajo su manto he puesto a nuestra familia, la formada por mi marido y yo, junto a nuestros dos hijos, así como a la familia más extensa.
Ruega por nosotros, pecadores.
Bendita seas Virgen María, Madre de Jesucristo Rey.
No es disparatado pensar que este magno evento ocurrió precisamente en la fiesta del "gran Clamor", como está instituida en Números 29, que los judíos llaman Rosh Hashana, precisamente el comienzo del año. Porque con el nacimiento de María comienza el "Año de la gracia", un nuevo tiempo en la historia. El corazón inmaculado de María es la ofrenda de ese "holocausto como calmante aroma, manjar abrasado para Yahvé" (Nm 29,2;6), y por eso la Iglesia lo celebra año tras año como "el día del gran clamor" (Nm 29,1).
A este día se podrían aplicar las palabras del profeta Isaías:
Aquel día dirás: «yo te alabo, Yahvé, pues aunque te airaste contra mí, se ha calmado tu ira y me has devuelto el consuelo. Este es Dios mi Salvador: estoy seguro y sin miedo; Yahvé es mi fuerza y mi canción, él es mi salvación.» Sacaréis agua con gozo de las fuentes de la salvación, y diréis aquel día: «Dad gracias a Yahvé, aclamad su nombre, divulgad entre los pueblos sus hazañas, pregonad que es sublime su nombre. Cantad a Yahvé, porque ha hecho proezas, algo digno de saberse en toda la tierra. Gritad de gozo y de júbilo, moradores de Sión: grande es en medio de ti el Santo de Israel.»
Y Dios dice desde el cielo, con el salmo que hoy cantamos en el oficio de lectura: «Todas mis fuentes están en ti»
Felicidades Madre!!!! Gracias por todo lo que me has cuidado a lo largo de mi vida y por haberme hecho tan feliz...a pesar de que luego yo ni siquiera me acuerdo de tu cumpleaños.....
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