¿Ateísmo libertino o gnosis?
Reconsideración de un argumento de Alberto Methol Ferré
Daniel Iglesias Grèzes
Un muy buen artículo reciente de un diario de Montevideo1 me impulsó a releer el Capítulo 5 de un libro de Alberto Methol Ferré y Alver Metalli: La América Latina del siglo XXI (Edhasa, Buenos Aires, 2006), que en adelante citaré como MM. Dicho libro es una larga entrevista de Metalli, periodista y escritor italiano, a Methol (1929-2009), un notable pensador católico uruguayo. En el capítulo referido, titulado “Del ateísmo mesiánico al ateísmo libertino”, Methol analiza de un modo sumamente interesante la transformación sufrida por el ateísmo desde el colapso del bloque soviético.
Hasta ese momento, sostiene Methol, el principal adversario de la Iglesia Católica en América Latina era el marxismo, que es en esencia un ateísmo mesiánico, que “busca y persigue la transformación de la Tierra, (…) la reconciliación entre los hombres, la libertad, la amistad en el seno de la historia del mundo2.” Sin embargo, desde la caída de los regímenes comunistas de Europa Oriental y la Unión Soviética (1989-1991), el ateísmo mesiánico casi desapareció de la escena; y el ateísmo occidental, por lo general, volvió a asumir su forma primigenia de ateísmo libertino, mentalidad cuyo representante más extremo y arquetípico fue el Marqués de Sade. Según Methol, “el ateísmo libertino es indiferente a la justicia universal, [y es] crítico con ese particular criticismo que no cree en nada, empeñado en la búsqueda del placer como mero placer3.” A raíz de esa transformación, hoy en día el puesto de principal enemigo de la Iglesia en Occidente estaría ocupado por el ateísmo libertino, que destruye el fundamento de todos los derechos.
El análisis de Methol contiene muchos pensamientos iluminadores. Mencionaré siete de ellos:
1) El ateísmo libertino nació en el siglo XVII (durante las “guerras de religión”) dentro de la clase aristocrática; pero durante el siglo XX, apoyado en el capitalismo de tendencia consumista, se transformó en un fenómeno de masas, en buena medida a través de la televisión y las nuevas tecnologías.
2) “Las sectas evangélicas reclutan y se expanden sobre todo en los sectores medio, bajo e indigente. Justamente donde se difunde, a su vez, el ateísmo libertino… En cierto sentido, las sectas son una reacción contra la amenaza de la droga y la pornografía… Se expanden porque son una forma de lucha contra… el ateísmo libertino… Retroceden y mueren en el umbral de la universidad, es decir, de un pensamiento consciente de la totalidad4.”
3) “Buda es la contracara de Sade: la supresión del deseo, la disciplina que controla las aspiraciones, la impasibilidad, la no pasión. Mientras Sade es la exacerbación infinita del deseo, Buda es la eliminación del deseo, el Nirvana. La exacerbación del deseo genera las antípodas: el control y el exorcismo del deseo… Las prácticas budistas están orientadas a la eliminación de sí mismo como sujeto de deseos, para alcanzar la quietud… En nuestra época Sade y Buda se sostienen mutuamente5.”
4) “El ateísmo libertino es aliado de un poder de conservación, parasitario del statu quo que tiende a confirmar. [El filósofo católico italiano] Augusto del Noce lo vaticinó hace ya un cuarto de siglo, cuando sostuvo que la sociedad de consumo tecnológica digería el marxismo vaciándolo de su contenido mesiánico. Éste es el modo en que veía transformarse al marxismo -en su actuación histórica- en un momento de la construcción de la sociedad tecnológica y opulenta. Y así sucedió6.”
5) “La [parte de] verdad del ateísmo libertino es la percepción de que el existir tiene un íntimo destino de gozo, que la vida misma está hecha para una satisfacción… En otras palabras: el núcleo profundo del ateísmo libertino es una necesidad recóndita de belleza… [El ateísmo libertino] divorcia la belleza de la verdad y del bien (de la justicia); rompe la unidad de belleza, de verdad y de bien. De este modo, pervierte la belleza. La plenitud de la belleza es también la plenitud de verdad y de bien. Si no, es una belleza disminuida, indigente. Una belleza sin amor como la del ateísmo libertino falla en el momento de reconocer a cada uno lo suyo, es decir, a nivel de la justicia7.”
6) “El ateísmo mesiánico era una contaminación judeo-cristiana, el ateísmo libertino no tiene esta herencia, o la tiene mínimamente. El ateísmo mesiánico se proponía cambiar el mundo, el libertino es orgánico al poder… El hedonismo en su límite se desentiende del otro; es la multitud de los solos8.”
7) “El nihilismo es el ‘no’ dicho frente a todo; el ateísmo libertino es el ‘sí’ a gozar a toda costa. En este sentido el ateísmo libertino es más orgánico [útil] al poder, porque le ofrece el punto clave de instrumentalización: el eros y los placeres ligados a él se vuelven objeto de una mayor ganancia del mercado9.”
Quizás este análisis brillante de Methol descuide algunos aspectos importantes. Ante todo, cabría objetar que la decadencia del marxismo no ha sido total. La ideología marxista, en su forma “clásica”, por así decir, además de seguir teniendo el dominio en una superpotencia emergente (China), y en varias naciones hispanoamericanas (Cuba, Venezuela, Nicaragua, etc.), ha renacido en todo el Occidente bajo diversas formas de neomarxismo. Además, como sostiene el sacerdote católico francés Édouard-Marie Gallez, los mesianismos actuales no se agotan en el marxismo, sino que adoptan muchas otras formas: el Islam, la Ilustración, etc.
Por otra parte, siguiendo al mismo Gallez, cabría objetar que en el Occidente actual hay otra gran corriente espiritual que está en pugna tanto con el cristianismo como con sus distintas desviaciones “mesianistas”. Me refiero a la gnosis, en sus muy variadas formas. En efecto, Gallez sostiene que, en cuanto a la noción capital de la salvación, existen dos desviaciones fundamentales del cristianismo: los mesianismos o utopías y las gnosis o formas de autorredención10. Además, Gallez sugiere que tras la actual ideología del placer y del consumismo se esconde una de las muchas formas de la gnosis.
Mi conclusión general es que la reflexión de Methol contiene muchos puntos válidos y que conviene complementarla considerando los elementos señalados por Gallez.
1) El Marqués de Sade y la sociedad uruguaya, La Mañana, 02/04/2025.
2) MM, p. 109.
3) MM, p. 109.
4) MM, pp. 106-107.
5) MM, p. 108.
6) MM, p. 109.
7) MM, pp. 114-115.
8) MM, p. 116.
9) MM, p. 117.
10) Cf. Édouard Marie-Gallez, Les deux dérives de la foi chrétienne et l’histoire [Las dos desviaciones de la fe cristiana y la historia], en: https://www.eecho.fr/deux-derives-de-la-foi-chretienne/. El mismo autor ha desarrollado esta importante idea en varios escritos, algunos de los cuales están disponibles en el sitio web recién referido (el de EEChO, una sociedad académica católica francesa). Además, el siguiente esquema de Gallez puede ser muy útil: Synoptic diagram of the two fundamental drifts from the Christian faith (since the first Century) [Diagrama sinóptico de las dos desviaciones fundamentales de la fe cristiana (desde el siglo I)], en: https://www.lemessieetsonprophete.com/annexes/2drifts_from_Faith.htm
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5 comentarios
Los gnosticos despreciaban el cuerpo por ser materia de modo, que unos lo contenían con una ascética total y otros se dejaban llevar por él porque lo que importaba era el espíritu. El Marqués de Sade fue de los segundos y Buda podría ser de los primeros, como tipología, quiero decir, porque ya sabemos que Buda fue anterior al Gnosticismo.
En este momento los que sienten que están en un cuerpo extraño, los que se tatuan totalmente, los que sufren operaciones de cambio de sexo, etc...tienen un componente gnóstico libertino muy grande porque se escinden, de manera que dicen algo así como "mi cuerpo es mío" separando el yo de su posesión maldita: el cuerpo.
De ahí vienen los proyectos de ley de aborto, de eutanasia, de ideología de género, de gaymonio, etc., concretamente, los estímulos económicos que convencen a muchos legisladores de la oportunidad de tales iniciativas, y las presiones que se ejercen sobre los gobiernos en ese mismo sentido.
Filosóficamente lo que hay ahí es una mezcla de darwinismo y transhumanismo, entre otras cosas. Obviamente que es indispensable la argamasa masónica.
Siempre me llamó la atención que Methol, con la tremenda cultura geopolítica que tenia, nunca hiciese mención de estas cosas.
Sin duda que el ateísmo libertino es un enemigo a tener en cuenta, pero en el contexto mencionado, centrarse en ello podría ser escapismo o distracción.
Saludos cordiales.
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DIG: Gracias, Néstor.
Es verdad que ése es un fenómeno muy importante que debe tenerse en cuenta, pero no es algo desligado de los fenómenos analizados por Methol y Gallez. Methol insinúa algo en ese sentido cuando dice que el ateísmo libertino es funcional al poder, más incluso que el nihilismo. Además esas élites tienen sus propias ideologías. Gallez menciona el mundialismo o globalismo (no recuerdo el término exacto que usa) como una de las formas del mesianismo político. Y bien puede ocurrir que unas élites que busquen acaparar poder tengan por un lado su propia ideología (como por ejemplo el transhumanismo, que está conectado con la gnosis) y por otro lado traten de difundir entre las masas otra ideología.
####Calvino no supera el ateísmo libertino, simplemente porque lo niega, lo rechaza, elude lo que lo mueve en profundidad. El ascetismo protestante, aun siendo generoso, no puede responder. El catolicismo, en cambio, sí puede hacerlo”.####
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Muy interesante. En un mundo tan global en el que afectan tantas corrientes qué complejo es ver por dónde van los tiros! Hay personas que ven más allá y nos muestran retazos, quizá no en el centro de la diana, quizá no totalmente, pero sí en las cercanías y parcialmente. Los creyentes tenemos puesta nuestra confianza en Dios, eso como brújula, pero bien sabemos que no se trata de quedarnos impasibles, sin hacer nada. Ese mismo Dios quiere nuestras manos, moverlas para hacer su Obra, con cada granito de arena que cada uno debe aportar. Pero quiere que se las demos libremente. Tras leer el artículo del enlace, he copiado ese párrafo del final. Podría explicar lo que está marcado entre #? Calvino no puede. El ascetismo protestante mejor, pero tampoco. El catolicismo sí.
Gracias por su trabajo.
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DIG: El calvinismo sostiene la herejía de la doble predestinación: algunas personas están predestinadas al Cielo y las demás están predestinadas al Infierno, pero en ambos casos por una decisión arbitraria de Dios, totalmente independiente de las obras y los méritos previstos de esas personas. Una doctrina así no estimula precisamente la conversión religiosa y moral. Hagas lo que hagas, no lograrás cambiar tu destino eterno preestablecido eternamente por Dios de una manera que no está influenciada en absoluto por tus acciones o actitudes buenas o malas. Puestos ante esa supuesta situación, probablemente muchos piensen que más vale dedicarse a pecar en serio y con ganas...
Como dice el Concilio de Valence de 855:
"confiadamente confesamos la predestinación de los elegidos para la vida, y la predestinación de los impíos para la muerte; sin embargo, en la elección de los que han de salvarse, la misericordia de Dios precede al buen merecimiento; en la condenación, empero, de los que han de perecer, el merecimiento malo precede al justo juicio de Dios."
Usando un lenguaje de "doble predestinación" que luego es abandonado (Santo Tomás habla de predestinación de los que se salvan y reprobación de los que se condenan) este sínodo, nunca condenado por la Iglesia sino más bien referente de la teología (figura en el Enchiridion Symbolorum, alias "Denzinger") se aparta del calvinismo al enseñar que la condenación es "post praevisa merita", es decir, posterior a la previsión divina de las culpas, mientras que la predestinación es "ante praevisa merita", es decir, anterior a la previsión de los méritos de las creaturas, independiente de éstos, y fruto solamente de la Misericordia divina. Es claro que a estas personas la gracia de Dios las capacita luego para realizar obras meritorias de la salvación.
Saludos cordiales.
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DIG: En el calvinismo, ¿cuál es el criterio de Dios para predestinar desde siempre, independientemente de los méritos previstos, a unos a la salvación y a otros a la condenación? Si no hay ningún criterio salvo la propia voluntad, es un acto arbitrario.
Preguntaba más bien por lo del ascetismo protestante. Me pregunto en qué es mejor que lo propuesto por Lutero o Calvino, para mí, intragables, a pesar de lo mucho que debiera unirnos. No conozco en profundidad el protestantismo.
A mí me da igual el término utilizado, mientras sea correcto y quede claro que quienes se salvan es por regalo de Dios, no mérito propio, y quienes se condenan es por propia culpa. Que Dios nos ama a todos, pero no a todos igual. Que Cristo murió por todos los hombres y que todos podemos salvarnos. Solo unos cuantos querrán de corazón (no solo de boquilla). Quiénes serán, ahí está el gran misterio. Y eso de que pueden saberlo y hacer grupitos de guapos y feos, es una falacia, e incluso, disculpen, una maldad. Predestinación anterior y reprobación posterior es más claro. Pero tras el protestantismo, se pasó a hablar solo de la reprobación posterior, eso no se puede negar, pues siempre habrá quien diga que eso de predestinación suena a determinismo calvinista. Yo no lo veo así. Nos lleva a lo católico, lo que tengamos en común con ellos, pues estupendo. Para negar su parte de error, no deberíamos negar su parte de verdad. Lo cierto es que la herejía de Calvino nos hizo dejar de hablar de algo esencial, de un gran misterio, la predestinación, lo cual nos conducía claramente a la Gracia, a la confianza total en quien nos creó. Sin eso volvió el fantasma de Pelagio, el antropocentrismo... La descristianización ha tenido sus bandazos, a un lado y a otro. Pero bueno, aquí seguimos, ¿no? A mi medio siglo recién cumplido, he tenido acceso, por fin, a la doctrina católica.
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