Una introducción al problema sinóptico
El problema más célebre de la crítica bíblica
Planteo del problema
Los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas son llamados los Evangelios sinópticos porque son tan semejantes entre sí en contenido, orden y redacción que pueden ser colocados fácilmente en tres columnas paralelas para obtener una visión de conjunto o sinopsis. No obstante, los tres Evangelios sinópticos tienen también muchas diferencias entre sí. La cuestión sinóptica (o el problema sinóptico) consiste en cómo explicar las semejanzas y diferencias de esos tres Evangelios.
Cada perícopa o versículo de un Evangelio sinóptico se puede clasificar en uno de tres grupos y de siete subgrupos:
1. Tradición simple: si está presente en un solo Evangelio sinóptico (Mateo, Marcos o Lucas).
2. Tradición doble: si está presente en dos Evangelios sinópticos (Mateo-Marcos, Mateo-Lucas o Marcos-Lucas).
3. Tradición triple: si está presente en los tres Evangelios sinópticos (Mateo-Marcos-Lucas).
El problema sinóptico se puede subdividir en dos cuestiones principales: la cuestión del orden de composición de los Evangelios sinópticos y la cuestión de la dependencia o independencia literaria entre los Evangelios sinópticos.
La cuestión del orden de composición
Descartando la posibilidad teórica pero poco realista de la simultaneidad, hay seis soluciones posibles a la cuestión del orden de composición de los Evangelios sinópticos: Mateo-Marcos-Lucas, Mateo-Lucas-Marcos, Marcos-Mateo-Lucas, Marcos-Lucas-Mateo, Lucas-Mateo-Marcos y Lucas-Marcos-Mateo.
Esta cuestión se puede dividir en otras dos: ¿Cuál fue el primer Evangelio sinóptico en ser escrito? ¿Y cuál fue el segundo? La primera de esas cuestiones admite teóricamente tres respuestas posibles, que son llamadas así: prioridad de Mateo, prioridad de Marcos y prioridad de Lucas.
Como casi todas las demás posibilidades teóricas vinculadas a la cuestión sinóptica, la prioridad de Lucas ha tenido algunos defensores. Sin embargo, la prioridad de Lucas puede ser descartada de un modo muy sencillo y convincente, porque no sólo contradice a casi todos los expertos actuales y pasados y al testimonio unánime de la antigua tradición cristiana, sino a lo que el propio Lucas dice en el prólogo de su Evangelio.
En consecuencia, hay sólo dos respuestas relevantes a la cuestión de cuál fue el primer Evangelio sinóptico: prioridad de Mateo (la posición cristiana tradicional) o prioridad de Marcos (la posición de la crítica moderna, digamos). Por ende, hay sólo cuatro soluciones relevantes a la cuestión del orden cronológico de los sinópticos:
- Mateo-Marcos-Lucas (el orden más tradicional, recogido en cierto modo en el orden del canon del Nuevo Testamento);
- Mateo-Lucas-Marcos (el orden sostenido por San Clemente de Alejandría);
- Marcos-Mateo-Lucas (el orden sostenido por la mayoría de los exégetas actuales);
- Marcos-Lucas-Mateo (el orden sostenido por una minoría de los defensores de la prioridad de Marcos, que son la gran mayoría de los exégetas actuales).
La cuestión de la dependencia literaria entre los Evangelios sinópticos
Algunos expertos sostienen que los tres Evangelios sinópticos se originaron a partir de una tradición oral desarrollada de un modo diferente por cada uno de ellos, y que son total o casi totalmente independientes entre sí desde el punto de vista literario; o sea, que ninguno de los tres evangelistas en cuestión, al redactar su Evangelio, tuvo mayormente en cuenta a los otros dos Evangelios sinópticos.
Sin embargo, las similitudes de contenido, orden y redacción entre los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas (que, como vimos, llevaron a que los tres fueran llamados “sinópticos”) son tan grandes que la teoría de la independencia literaria de los sinópticos debe ser descartada.
Los siguientes porcentajes aproximados ilustran esto:
- La tradición triple abarca el 76% del contenido de Marcos, el 46% de Mateo y el 41% de Lucas.
- Las tradiciones dobles abarcan el 21% de Marcos (18% Mateo-Marcos y 3% Marcos-Lucas), el 34% de Mateo (24% Mateo-Lucas y 10% Mateo-Marcos) y el 24% de Lucas (23% Mateo-Lucas y 1% Marcos-Lucas).
- Las tradiciones simples abarcan sólo el 3% de Marcos, el 20% de Mateo y el 35% de Lucas.
Por consiguiente, la superposición entre Mateo y Marcos (que incluye la tradición triple y la tradición doble Mateo-Marcos) abarca el 94% de Marcos y el 56% de Mateo. Si a estos datos les sumamos el hecho de que a menudo Mateo y Marcos presentan sus contenidos comunes en el mismo orden y que esos contenidos paralelos no son sólo muy parecidos sino incluso idénticos o casi idénticos, la tesis de la independencia literaria entre Mateo y Marcos se vuelve muy inverosímil.
Aunque el grado de superposición no sea tan grande, algo análogo podría decirse de las duplas Marcos-Lucas y Mateo-Lucas.
Supongamos que el orden de composición de los sinópticos es A-B-C. Dado ese orden, el problema de la dependencia literaria entre los sinópticos admite en abstracto ocho soluciones:
- B es dependiente o independiente de A (dos alternativas);
- y en cada uno de esos dos casos hay cuatro alternativas con respecto a C: 1) C depende de A y de B; 2) C depende de A pero no de B; 3) C depende de B pero no de A; 4) C no depende de A ni de B.
Sin embargo, como vimos, es necesario excluir la posibilidad de una independencia literaria total entre los tres Evangelios sinópticos. Esto elimina seis de las ocho soluciones teóricas del problema de la dependencia. En realidad, ni B ni C pueden ser independientes de A; y C no puede ser independiente de A y de B a la vez. Es seguro que B depende de A; y en cuanto a C, quedan sólo dos posibilidades: C depende de A y de B; o bien C depende de A pero no de B. Descarto el caso en que C depende de B pero no de A, porque B depende a su vez de A. Por lo tanto, habría una dependencia al menos indirecta (transitiva) de C con respecto de A, por intermedio de B.
Las soluciones principales del problema sinóptico
Recapitulando, el problema del orden de composición de los sinópticos admite seis soluciones teóricas y el problema de la dependencia literaria entre los sinópticos admite ocho soluciones teóricas. Dado que ambos problemas son independientes entre sí, resulta que el problema sinóptico admite 48 (6x8) soluciones básicas. Digo soluciones “básicas” porque cada una de ellas tiene numerosas variantes en cuestiones de detalle, lo que hace que la cuestión sinóptica sea sumamente compleja.
Ahora bien, tras descartar la prioridad de Lucas quedan cuatro soluciones al problema del orden de composición; y tras descartar la independencia literaria de los sinópticos entre sí quedan dos soluciones al problema de la dependencia literaria. Por consiguiente, hay sólo ocho soluciones básicas viables al problema sinóptico, a saber:
- Mateo fue el primer evangelio sinóptico; el segundo fue Marcos, que depende de Mateo; el tercero fue Lucas, que depende de Mateo y de Marcos (ésta es la llamada “hipótesis agustiniana”);
- Mateo fue el primer evangelio sinóptico; el segundo fue Lucas, que depende de Mateo; el tercero fue Marcos, que depende de Mateo y de Lucas (ésta es la llamada “hipótesis clementina o de Griesbach”);
- Mateo fue el primer evangelio sinóptico; el segundo fue Marcos, que depende de Mateo; el tercero fue Lucas, que depende de Mateo pero no de Marcos;
- Mateo fue el primer evangelio sinóptico; el segundo fue Lucas, que depende de Mateo; el tercero fue Marcos, que depende de Mateo pero no de Lucas;
- Marcos fue el primer evangelio sinóptico; el segundo fue Mateo, que depende de Marcos; el tercero fue Lucas, que depende de Mateo y de Marcos (ésta es la llamada “hipótesis de Farrer”);
- Marcos fue el primer evangelio sinóptico; el segundo fue Lucas, que depende de Marcos; el tercero fue Mateo, que depende de Marcos y de Lucas (ésta es la llamada “hipótesis de Wilke”);
- Marcos fue el primer evangelio sinóptico; el segundo fue Mateo, que depende de Marcos; el tercero fue Lucas, que depende de Marcos pero no de Mateo;
- Marcos fue el primer evangelio sinóptico; el segundo fue Lucas, que depende de Marcos; el tercero fue Mateo, que depende de Marcos pero no de Lucas.
Dos pares de las ocho hipótesis enumeradas más arriba (los pares 3-4 y 7-8) no suelen ser distinguidas entre sí.
Las hipótesis 3 y 4 concuerdan en la prioridad de Mateo y en la independencia entre Marcos y Lucas y difieren sólo en el orden de composición de Marcos y Lucas. Dada la supuesta independencia entre Marcos y Lucas, no tiene mucha importancia si Marcos escribió antes o después que Lucas. Por eso se podría dar un mismo nombre a las hipótesis 3 y 4. De todos modos, ninguna de ambas hipótesis tiene un nombre que la identifique porque casi nadie las defiende. Podemos descartarlas sin más.
Las hipótesis 7 y 8 concuerdan en la prioridad de Marcos y en la indepen-dencia entre Mateo y Lucas y difieren sólo en el orden de composición de Mateo y Lucas. Dada la supuesta independencia entre Mateo y Lucas, no tiene mucha importancia si Mateo escribió antes o después que Lucas. Generalmente a las hipótesis 7 y 8 se les añade la fuente hipotética Q para explicar la tradición doble Mateo-Lucas, que de lo contrario quedaría sin explicar. En ese caso las hipótesis 7 y 8 constituyen dos variantes distintas de la llamada “hipótesis de las dos fuentes” (Marcos y Q). La hipótesis 7 (con Mateo antes que Lucas) es la variante mayoritaria de la hipótesis de las dos fuentes y la hipótesis 8 (con Lucas antes que Mateo) es la variante minoritaria de la hipótesis de las dos fuentes.
Por consiguiente, las ocho hipótesis indicadas se reducen a las siguientes cinco soluciones del problema sinóptico, que son las más importantes en la actualidad: la hipótesis agustiniana, la hipótesis clementina o de Griesbach, la hipótesis de Farrer, la hipótesis de Wilke y la hipótesis de las dos fuentes.
La hipótesis de las dos fuentes afirma que: 1) Marcos fue el primer Evangelio sinóptico; 2) Mateo y Lucas son independientes entre sí; y 3) Mateo y Lucas dependen de Marcos y de Q (un documento hipotético). Desde fines del siglo XIX la hipótesis o teoría de las dos fuentes se impuso ampliamente entre los expertos y sigue siendo hoy la teoría admitida por la gran mayoría de ellos.
Las hipótesis de Farrer y de Wilke se encuentran en un segundo nivel de popularidad entre los expertos; o sea, son defendidas por corrientes minoritarias. Ambas hipótesis comparten con la hipótesis de las dos fuentes la adhesión a la prioridad de Marcos; empero, a diferencia de la hipótesis de las dos fuentes, ambas niegan la independencia entre Mateo y Lucas. Se diferencian entre sí en que la hipótesis de Farrer supone la posterioridad de Lucas y la hipótesis de Wilke supone la posterioridad de Mateo.
Las hipótesis agustiniana y clementina se encuentran en un tercer nivel de popularidad entre los expertos; o sea, son defendidas por corrientes aún más minoritarias. Ambas hipótesis difieren de las tres más populares (las dos fuentes, Farrer y Wilke) en que rechazan la prioridad de Marcos y sostienen, con la antigua tradición cristiana, la prioridad de Mateo. Las hipótesis agustiniana y clementina difieren entre sí en el orden entre Marcos y Lucas. Según la hipótesis agustiniana, Marcos es anterior a Lucas; y según la hipótesis clementina, Lucas es anterior a Marcos. La hipótesis agustiniana se basa en la corriente mayoritaria de la tradición patrística mientras que la hipótesis clementina se basa en una corriente minoritaria de la misma tradición. En la actualidad en cierto modo esa relación se ha revertido: los exégetas que defienden la hipótesis clementina son más que los que defienden la hipótesis agustiniana.
Más niveles de complejidad
Desde el siglo XVIII el problema sinóptico ha sido estudiado por innume-rables expertos, que han propuesto más de mil soluciones distintas. La precedente presentación del problema sinóptico es bastante esquemática. Para completarla habría que añadir al menos otras tres dimensiones que vuelven aún más complejo al problema sinóptico: 1) la cuestión de las otras fuentes posibles de los sinópticos; 2) la cuestión de las posibles ediciones sucesivas de cada Evangelio; 3) la cuestión del idioma original de cada Evangelio.
Aquí me detendré un poco sólo en la cuestión del idioma. Aunque la gran mayoría de los expertos sostiene que todo el Nuevo Testamento fue redactado originalmente en griego, algunos expertos sostienen que uno o más de los Evangelios sinópticos fueron escritos en un idioma semítico (hebreo o arameo). Por ejemplo, Jean Carmignac, tras un largo y profundo estudio de los numerosos semitismos presentes en los Evangelios sinópticos, concluyó que Mateo, Marcos y las fuentes utilizadas por Lucas fueron escritos en un idioma semítico, probablemente el hebreo. La intervención de diferentes traductores del hebreo al griego ayudaría a explicar muchas de las diferencias entre los Evangelios sinópticos. Carmignac pretendía probar ampliamente su tesis en una gran obra en varios volúmenes, pero la muerte le impidió completar su tarea.
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7 comentarios
Gracias por su trabajo.
Gracias.
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DIG: Yo pienso que Mateo fue el primer Evangelio escrito. No estoy seguro sobre si el segundo Evangelio sinóptico fue Marcos (hipótesis agustiniana) o Lucas (hipótesis clementina).
El Padre Carmignac no se metió mucho en la cuestión sinóptica. Pienso que bastante le costó cuestionar la tesis mayoritaria de que la lengua original de todos los Evangelios fue el griego como para meterse a cuestionar también la prioridad de Marcos, otra "vaca sagrada" de la exégesis moderna.
Mateo bebió de Marcos y de Q.
Lucas bebió de Mateo, de Marcos y de Q.
¿es así?
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DIG: La teoría más popular (la de las dos fuentes) dice que Mateo y Lucas son independientes entre sí. O sea que Lucas habría "bebido" de Marcos y de Q, pero no de Mateo. Si Mateo y Lucas no son independientes entre sí, no se necesita para nada la fuente Q. Pero la teoría de las dos fuentes no me parece convincente.
Saludos cordiales.
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DIG: Gracias, Néstor. Yo no veo palabras entrecortadas. ¿Será un problema del navegador?
Saludos cordiales.
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