Prólogo del libro “Columna y fundamento de la verdad” (de próxima aparición en Amazon)
“Así sabrás cómo comportarte en la casa de Dios, es decir, en la Iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad.” (1 Timoteo 3,15).
Muchos y muy graves son los problemas que afectan hoy a la Iglesia y el mundo. Probablemente el más grave de todos esos problemas sea la difusión cada vez mayor de una mentalidad relativista, que niega la existencia de la verdad o la posibilidad de conocerla y comunicarla. Por desgracia ese relativismo (bajo las formas conocidas como “liberalismo teológico” o “modernismo”) está cundiendo hoy también entre los fieles cristianos, alejándolos de la verdadera fe, que implica una adhesión firme de la inteligencia a todas las verdades reveladas por Dios sobre Dios, sobre el ser humano y sobre la relación entre ambos (o sea, sobre la “religión”).
En el prólogo de su Evangelio, San Juan dice lo siguiente: “porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre” (Juan 1,17-18). Durante la Última Cena, Jesús dijo a sus apóstoles: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí» (Juan 14,6). Y poco más tarde el mismo Jesús dijo a Pilato: «Para esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que es de la verdad, escucha mi voz» (Juan 18,37). Jesús, la Verdad de Dios, ha venido al mundo, no para establecer un reino terrenal, ni para liberar políticamente a Israel, ni para combatir la pobreza o la enfermedad corporales, sino para revelar el misterio de Dios, su Padre, y así “dar testimonio de la verdad”.
La Iglesia Universal (es decir, Católica), Pueblo de Dios y Cuerpo de Cristo, prolonga en el espacio y en el tiempo la misión de salvación de su Divino Fundador. Por eso Ella ha sido establecida por Cristo como única religión verdadera, “columna y fundamento de la verdad”. Para poder cumplir plenamente su misión, la Iglesia, en su cabeza y en sus miembros, debe mantenerse siempre fiel a esa intención de Cristo.
A juicio de grandes pensadores, la actual crisis eclesial es, en sus raíces más profundas, una crisis de fe en el catolicismo como única religión verdadera, revelada por Dios. Me adhiero a esa tesis. Las presentes reflexiones sobre la Iglesia y su situación actual vuelven una y otra vez sobre esa idea central.
Dar testimonio de la verdad suele ser muy costoso. A Nuestro Señor Jesucristo, en última instancia, le costó la Cruz; y a los cristianos, a lo largo de la historia, les ha costado muchas persecuciones y sufrimientos. “En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios” (Juan 3,19-21).
Que el Señor conceda a todos los lectores de este libro amar la luz y obrar siempre conforme a la verdad, escuchando la voz de Aquel que es la Verdad en persona, y permaneciendo unidos a Él en Su Iglesia, “columna y fundamento de la verdad”.
Daniel Iglesias Grèzes
InfoCatólica necesita vuestra ayuda.
Para suscribirse a la revista virtual gratuita de teología católica Fe y Razón, por favor complete y envíe este simple formulario. Recomendamos dejar el formato HTML. Se enviará automáticamente un mensaje a su email pidiendo la confirmación de la suscripción. Luego ingrese a su email y confirme la suscripción, presionando el enlace correspondiente.
Todavía no hay comentarios
Dejar un comentario