La inteligencia humana puede conocer la verdad de lo real

Este post está formado por dos citas. La primera cita es de un email del 31/07/2015 del Lic. Néstor Martínez Valls, donde él hace una síntesis muy clara y breve de la filosofía de Kant, tan influyente en la actualidad. Cedo la palabra a Néstor.

“Kant es el primero que hace toda una filosofía muy sistemática y complicada para decir que la inteligencia humana no tiene acceso al ser de las cosas. Lo que dice Kant, muy brevemente, es que al conocer imponemos siempre nuestras categorías a lo que nos viene de afuera, de las cosas, de modo que no podemos saber cómo son las cosas en sí mismas. Es como si tuviésemos necesariamente puestos los lentes de color azul, por ejemplo, y entonces vemos todo azul y no podemos saber cuál es el color real de las cosas o si tienen algún color. Por tanto, curiosamente, no podemos conocer la naturaleza humana, si la hay. Por tanto, tampoco podemos afirmar que hay una ley natural. Obviamente, tampoco podemos demostrar que Dios existe o que el alma humana es inmortal. Sólo podemos conocer el ‘fenómeno’, es decir, cómo se nos aparecen a nosotros las cosas en nuestra experiencia. No podemos conocer, fuera de saber que existe, la ‘cosa en sí’, es decir, la realidad independiente de nosotros y de nuestro conocimiento.

Por tanto, en Kant la moral ya no se apoya en la metafísica o filosofía del ser en general; lo práctico ya no se apoya en lo especulativo. La ética no se apoya en la antropología, ni, por medio de ésta, en la metafísica y en la teología. La ética en Kant es un punto de partida absoluto: estamos obligados. Es el ‘imperativo categórico’. Pero a ese imperativo no puede darle contenido alguno, porque eso implicaría conocer la naturaleza humana. Es un imperativo puramente formal: ‘Obra de tal manera que tu máxima o criterio de acción pueda ser tomada como ley universal’. Otra formulación es justamente: ‘Obra de tal manera que siempre tomes a la persona humana como fin y nunca como medio’. Pero esto en Kant no se puede fundamentar. Es el fundamento último de todo lo demás a nivel práctico. Y teóricamente no tiene fundamento posible.

Por eso mismo, Kant termina diciendo que el origen último de esa obligación absoluta somos nosotros mismos. Ésa es la ‘autonomía’ de la razón práctica: auto-nomos, se da la ley a sí misma. Por eso, en Kant la ley moral no puede venir de Dios. Eso sería ‘heteronomía’, que para Kant es igual a inmoralidad. Por el contrario, no podemos obligarnos a nosotros mismos, porque con la misma autoridad que yo puse una ley, yo mismo la puedo derogar cuando me parezca necesario. Por eso Kant, que quiso defender el absoluto de la obligación moral, es en realidad el padre de todos los relativismos posteriores.

El único acceso a Dios, en Kant, es mediante una ‘fe moral’: en vez de fundar la ética en la metafísica y, por tanto, en la teología, Kant hace al revés: como estamos obligados absolutamente, para que eso tenga sentido, tienen que existir un Legislador Supremo y una sanción después de la muerte, por lo que el alma tiene que ser inmortal. Pero aclara que eso no son demostraciones ni pruebas, sino ‘postulados’ de la razón práctica.

En definitiva, Kant es un antecedente necesario del positivismo. Después que él cerró la puerta del ser y de la metafísica a la inteligencia, y la encerró en el fenómeno empíricamente dado, el positivismo de Comte fue una consecuencia natural. Nuestra cultura actual, entre otras cosas, es kantiana, obviamente. La ‘perspectiva de género’, por ejemplo, es descendiente directa y legítima del kantismo. No podemos conocer la naturaleza humana, ni el ser, en general, así que tampoco podemos saber si es natural o no que haya varones y mujeres. Es todo construcción nuestra.” 


La segunda cita es del Concilio Vaticano II: Constitución Gaudium et Spes, n. 15. Las tres frases que he destacado en negrita representan un neto rechazo de la filosofía kantiana de parte de la Iglesia Católica. Cedo la palabra al Concilio.

“Dignidad de la inteligencia, verdad y sabiduría

15. Tiene razón el hombre, participante de la luz de la inteligencia divina, cuando afirma que por virtud de su inteligencia es superior al universo material. Con el ejercicio infatigable de su ingenio a lo largo de los siglos, la humanidad ha realizado grandes avances en las ciencias positivas, en el campo de la técnica y en la esfera de las artes liberales. Pero en nuestra época ha obtenido éxitos extraordinarios en la investigación y en el dominio del mundo material. Siempre, sin embargo, ha buscado y ha encontrado una verdad más profunda. La inteligencia no se ciñe solamente a los fenómenos. Tiene capacidad para alcanzar la realidad inteligible con verdadera certeza, aunque a consecuencia del pecado esté parcialmente oscurecida y debilitada.

Finalmente, la naturaleza intelectual de la persona humana se perfecciona y debe perfeccionarse por medio de la sabiduría, la cual atrae con suavidad la mente del hombre a la búsqueda y al amor de la verdad y del bien. Imbuido por ella, el hombre se alza por medio de lo visible hacia lo invisible.

Nuestra época, más que ninguna otra, tiene necesidad de esta sabiduría para humanizar todos los nuevos descubrimientos de la humanidad. El destino futuro del mundo corre peligro si no forman hombres más instruidos en esta sabiduría. Debe advertirse a este respecto que muchas naciones económicamente pobres, pero ricas en esta sabiduría, pueden ofrecer a las demás una extraordinaria aportación.

Con el don del Espíritu Santo, el hombre llega por la fe a contemplar y saborear el misterio del plan divino.”

Daniel Iglesias Grèzes


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10 comentarios

  
Ionah
Excelente post, como es usual. Apremia también, en estos "tiempos recios" -como nos expresa el querido P. Iraburu- una amplia difusión de la filosofia tomista. Como ya lo hacen en Infocatólica y en Fe y Razón, entre otros pocos. Creo que la situación actual sería muy diferente, en el ambiente católico en particular, si en los centros de estudio católicos secundarios y universitarios, así como también en los seminarios, se hubiera mantenido constante la enseñanza de la filosofía tomista.
02/11/15 4:37 PM
  
JUAN NADIE
Kant hubiera necesitado un diogenes compasivo que le enseñase por la vía practica, por ejemplo, dándole un buen sopapo, y cuando Kant, preguntase dolorido que porque le había atizado un sopapo, entonces Diógenes tendría que haberle replicado: Yo no te he dado un sopapo.
Y Kant diría a su vez, como que no, con la mano abierta que tengo todos los dedos marcados en la cara. Y Diógenes le contestaría: ¿Cómo sabes que es un sopapo? ¿No te das cuenta de que estas imponiendo tus categorías a lo que viene de fuera? Es una antinomia. No es un sopapo es una caricia, mira ven que te voy a dar otra... Y seguro que Kant entonces veía la luz y decía tienes razón, es a veces se confunden las cosas. Aunque te digo una cosa, menos mal a que tu y yo sabemos lo que es una caricia porque si no yo diría que me estas sacudiendo un sopapo.
03/11/15 11:25 AM
  
Joaquín
Discrepo radicalmente. Precisamente fue ese obstinado aferrarse al tomismo, y el paralelo alejamiento del pensamiento moderno, lo que volvió tan estéril al pensamiento católico, y tan incapaz de replicar adecuadamente al nazismo, al fascismo o al marxismo. Santo Tomás fue un gran filósofo, al que la Iglesia le debe mucho, y la visión que tiene de la relación entre la razón y fe es genial. Pero digámoslo claro, en las cuestiones no puramente teológicas (psicología, antropología, lógica, ciencias naturales, política, sociología, etc.) está amplísimamente superado.

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DIG: 1) Su comentario está fuera de tema, porque el post no trata del tomismo, sino del kantismo.
2) El kantismo, por ser un agnosticismo, es obviamente incompatible con la fe católica; por eso el Vaticano II hizo bien en rechazarlo.
3) Además, el kantismo lleva directamente a un idealismo radical: si no puedo conocer el "noumeno" (la cosa en sí), ¿cómo puedo saber que existe?
4) El tomismo es muy capaz de replicar adecuadamente al nazismo, el fascismo o el marxismo.
5) Tomás de Aquino fue un gran filósofo y un gran teólogo. Que yo sepa, no cultivó las ciencias naturales ni mucho menos la sociología (que no existía en el siglo XIII). La filosofía tomista (incluyendo su antropología filosófica, su lógica y su filosofía tomista) no está "superada" en el sentido de que pueda ser descartada y sustituida por otra totalmente distinta sin grave detrimento. Puede ser "superada" en el sentido de que puede ser perfeccionada, complementada por nuevos aportes.
03/11/15 11:44 AM
  
Pepito
A mi juico, Kant tiene una visión pesismista de nuestro conocimiento, pues parte del principio, por otra parte no demostrado, de que nuestras categorías no son capaces de percibir y representar lo real como tal.

Tal cosa, la incapacidad de nuestras estructuras mentales para captar la realidad tal cual es, habría que demostrarla; pero Kant comienza acríticamente dando por bueno tal principio pesimista de la incapacidad de las categorías para percibir y representar lo real como tal.

Curioso como el que es considerado el padre de la filosofía crítica se muestre tan dogmático y acrítico en la base misma de su teoría del conocimiento.

En el fondo, este pesimismo gneoseológico kantiano respecto a la capacidad de nuestras categorías para captar y representar lo real como tal, viene de su posición defectuosamente filosófica ante Dios, al cual considera como Legislador Supremo en el orden moral, pero no como Creador de los seres y entre ellos de nuestro mismo conocimiento.

Al no tener claro Kant que Dios es creador de nuestro conocimiento, cabe la posibilidad de que éste sea defectuoso y no sea capaz de captar y representar la realidad como tal.

Pero si, conforme a una sana y correcta filosofía, admitimos que Dios no sólo es Supremo Legislador moral sino también Supremo Hacedor o Creador de todo ser, incluídas nuestras mismas facultades cognitivas, entonces no hay razón para que estas estén tan mal hechas que sean incapaces de percibir y representar lo real como tal.

Es la negación, o al menos la puesta entre paréntesis, que Kant hace de Dios Creador la que le lleva en último término a desconfiar de la capacidad de nuestra mente para captar y expresar lo real. Si se debilita la verdad acerca de Dios, se acaba también debilitando o incluso negando la capacidad de nuestra inteligencia para percibir lo real.

03/11/15 9:44 PM
  
Pepito
Además el principio gneoseológico pesimista kantiano, de que no somos capaces de conocer la realidad tal como es, resultaría demoledor para la moderna democracia, pues no podríamos afirmar con seguridad que nuestro recuento de votos concuerda con lo que realmente han votado los ciudadanos.

Nuestro recuento de votos sería un mero fenómeno que no tendría que coincidir ni captar ni representar la realidad de lo que han votado los ciudadanos. Nuestra categoría mental de votos recontados no tendría porqué reflejar la realidad en sí de los votos emitidos, ni en cantidad ni en calidad. Así pues creo que el pesimismo de Kant, tal vez sin pretenderlo, se carga por su misma base la democracia, entre otras cosas.

¿Para que votar si no sabemos con seguridad que los votos que recontamos coinciden, en cantidad y calidad, con los votos realmente emitidos por esos seres en sí que son lo ciudadanos? ¿Si entre los votos en sí y los votos recontados con nuestras categorías mentales no existe conformidad, para que queremos ser demócratas?

En resumen, el pesimismo gneoseológico kantiano lleva directamente al pesismismo y desencanto democrático.
03/11/15 11:30 PM
  
JUAN NADIE
JOAQUIN,

Resulta incomprensible que afirmes que el pensamiento católico se ha vuelto esteril. Eso solo puede provenir de un profundo desconocimiento de lo que es el pensamiento católico. Emites una falacia al afirmar que por que el Tomismo no se ocupa de la sociología, psicología, política.... esta superado. Y no solo eso sino que te permites añadir el adjetivo amplísimamente. Lo único amplio que se percibe en semejante proposición es una amplísimo desconocimiento.
Sto Tomas, es la cumbre del pensamiento. De todo el mundo y de todas las épocas.
¿Para que sirve el pensamiento? Para hacernos las grandes preguntas y buscar las grandes respuestas. Todos lo demás es algarabía y fuegos de artificio. ¿Y quien es el que mas alto ha llegado en las grandes preguntas y las grandes respuestas Sto Tomas.
A partir de el, se inicia una serie de intentos del hombre por "autonomizarse" de Dios. Sin embargo si Dios existe eso es una majadería, puesto que por mucho que lo intente el hombre jamas lo conseguirá. Y da igual lo enrevesado del lenguaje, y da igual si lo dice Kant, o lo dice Hegel. Por que parten del error de base que corrompe todo su pensamiento, de que el hombre el es centro y la medida de todas las cosas. Y no hace falta haber estudiado mucho para darse cuenta de que eso es otra majadería.
Y cuando dices que la Iglesia no tiene respuesta al nazismo, o al comunismo es de risa.
La iglesia no es un movimiento político, pero es una institución moral, y moralmente es la mejor respuesta a cualquier movimiento totalitario, porque la Iglesia parte de la dignidad de la persona, por ser creados por Dios a su imagen y semejanza, y no se puede justificar la alienación de la persona por ningún grupo en nombre del Estado, convertido en un Dios pagano. Eb fin es cansino tener que explicar estas cosas a estas alturas.
04/11/15 9:42 AM
  
Pepito
Además una de las máximas de Kant es que la existencia no es una propiedad que tengan realmente los seres, sino una mera categoría mental.

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DIG: ¿Puedes documentar esta afirmación?

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Si ello fuese así, entonces tampoco las mismas categorías tendrían la propiedad de la existencia, y por tanto no existirían categorías mentales. Con lo cual el pensamiento sería imposible.

Si la existencia no es una propiedad sino una categoría, entonces tampoco dicha categoría tendrá la propiedad de existir, es decir dicha categoría no existirá, por lo que la existencia no podría ser ni tan siquiera una categoría.

Kant no se da cuenta de que al ningunear la existencia, como propiedad que se dé en los seres, ningunea las propias categorías mentales, y por tanto se carga nuestra actividad pensante.

Con razón dijo alguno, que la Crítica de la Razón Pura es la muerte de la razón humana.
04/11/15 12:56 PM
  
Néstor
Siempre que se habla de superar a Santo Tomás me pregunto quién será el feliz mortal que lleve a cabo esa tarea.

Obviamente, reconozco que es posible, y que no implica contradicción que en algún momento posterior al siglo XIII haya aparecido o haya de aparecer el sucesor del Aquinate.

Solamente que hasta ahora no he podido encontrar a nadie digno de ese título. Ojo con los nombres que se quiera aportar, porque el peligro del ridículo está cercano en estas empresas.

Santo Tomás no puede ser superado en piscología laboral o en teoría de los superconductores, porque no ha sido ése su campo.

Tampoco su pensamiento se reduce a un "puramente teológico" que no existe. No hay teología sin filosofía.

Pero resulta que la filosofía es la matriz mental. Eso es lo que les cuesta entender a los partidarios de la facilidad superadora.

Es la matriz mental para la teología y para cualquier otra disciplina humana.

Y también resulta que la matriz mental que es la filosofía no es como una dentadura postiza que se puede sustituir por otra según el alimento que se quiera incorporar.

Es decir, existe la verdad en filosofía y hay una filosofía verdadera posible.

Y decimos los tomistas que el que más se acercó hasta hoy a esa filosofía verdadera posible es Santo Tomás.

Eso puede parecer escandaloso, pero igual de escandaloso sería nombrar al que sí lo habría hecho en su lugar.

Y alguno tiene que haberlo hecho, dada la cantidad finita de sistemas filosóficos realizados hasta el presente.

De donde se sigue que en fin.

Saludos cordiales.
04/11/15 1:59 PM
  
Pepito
Estimado Daniel:

Que para Kant la existencia es una categoria o una forma a priori de nuestro entendimiento, y por tanto no es una propiedad que realmente se dé en las cosas en sí, lo puedes verificar leyendo la Deducción Metafísica de las Categorías, que es aquella parte de la Analítica Transcendental kantiana que trata de definir en cantidad y calidad las categorías o formas puras del entendimiento y a priori de la experiencia.

Puedes teclear en Google, Kant Deducción Metafísica de las Categorías y verás el cuadro completo de las categorías según Kant.

Según Kant a cada modo de juicio le corresponde una categoría que interviene como forma a priori del entendimiento. En dicho cuadro categorial kantiano aparece la categoria de Existencia-No existencia como la correspondiente a la modalidad de los juicios asertóricos, la categoría de Necesidad-Contingencia a los apodícticos, y la de Posibilidad-Imposibilidad a los problemáticos.

Incluso para mayor información puedes consultar el libro del filósofo y catedrático, experto en Kant, Don Luis Jimenez Moreno, titulado Kant, Ediciones del Orto, en cuya página 24 reproduce el cuadro completo de las categorías kantianas y coloca a la existencia como la categoría o forma a priori pura del entendimiento correspondiente a los citados juicios asertóricos.

Al ser pues la existencia, según Kant, una categoría a priori de la experiencia o concepto puro de nuestro entendimiento, quiere decirse que no es una propiedad real que tengan las cosas en sí sino algo que formalmente y a priori permite a nuestro intelecto conocer los fenómenos, aunque no las cosas tales como son en sí.

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DIG: Tienes razón. La existencia es una de las 12 categorías del entendimiento según Kant. ¡Qué disparate! Lo había olvidado.

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Un cordial saludo y aprovecho para felicitarte por el buen juego que está dando en el Barcelona tu paisano Suarez, sustituyendo a la perfección a un superclase como el lesionado Messi. Suarez muerde en el Barcelona, pero no dando bocados sino metiendo goles estupendos.
06/11/15 2:06 AM
  
Néstor
Eso no impide a Kant afirmar que lo único que sabemos de la "cosa en sí" es que existe con independencia de nosotros y de nuestras categorías. Contradictoriamente, por supuesto. Saludos cordiales.
06/11/15 12:03 PM

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