Religiosidad popular
El papa Francisco ha destacado la importancia de la piedad, o religiosidad, popular: “Las expresiones de la piedad popular tienen mucho que enseñarnos y, para quien sabe leerlas, son un lugar teológico al que debemos prestar atención, particularmente a la hora de pensar la nueva evangelización”, nos dice. Un “lugar teológico” es una instancia testimonial de la Palabra de Dios que, por consiguiente, goza de autoridad a la hora de pensar la fe. La “nueva evangelización” es el esfuerzo misionero que tiene por destinatarios a aquellos que han recibido el bautismo pero que viven, de hecho, alejados de la práctica eclesial.
En las expresiones sencillas de la fe del pueblo – romerías, peregrinaciones, devoción a las imágenes, procesiones, etc. – lo religioso está muy vinculado con la sensibilidad. Hay toda una tradición que habla de los “sentidos espirituales”, de cómo la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto guardan relación con la experiencia de Dios. Por ejemplo, el acto de tocar una imagen, sin dejar de ser algo físico, puede llegar a convertirse en un gesto cargado de espiritualidad. Las imágenes sagradas poseen una dimensión simbólica, sacramental, que impide su grosera identificación con amuletos u objetos mágicos.