No es obligatorio abortar
Confieso que es un argumento que me produce asco, repugnancia, alteración profunda. Es una “razón” que se oye, a menudo, entre los defensores activos o pasivos del pretendido “derecho” al aborto: “La ley permite abortar, no obliga a hacerlo”.
¡Vaya motivo! Resulta, incluso, falso, porque si el aborto se convierte en un derecho, alguien – el Estado, el sistema sanitario, la clase médica – tendrá la obligación correspondiente de realizarlo.
Pero, aunque no fuese así, aunque se contemplasen todas las objeciones de conciencia habidas y por haber – incluida la objeción de conciencia tributaria, de no sufragar ni con un céntimo de euro de los propios impuestos la práctica del aborto - , sería un pobre argumento.