¿Pueden comulgar los divorciados?
La sociedad de la comunicación parece querer empujarnos a respuestas simples para todos los problemas. Un titular no suele ser matizado. Pero el pensamiento humano no puede dejarse encadenar por la lógica de los titulares. A casi nada se puede responder, de modo tajante, “sí” o “no” y no hay que ser relativistas para tener que recurrir, muchas veces, al “depende”.
La moral católica es una obra de filigrana, delicada y pulida, en la que se engarzan la fe y la razón, el sentido común y la luz de la gracia, la conciencia de las exigencias del Evangelio y el realismo que conoce la debilidad humana. Un tratado de teología moral no es una lista de pecados. Es, más bien, un esfuerzo sereno orientado a ayudar al hombre a llegar a ser lo que está llamado a ser; a vivir, en definitiva, a la altura de su dignidad y de su vocación.
La experiencia pastoral dice que, a problemas concretos de tipo moral, hay que responder más en el confesionario que en el púlpito. Sólo sopesando las circunstancias se puede ayudar a quien lo necesite a enderezar su vida para caminar a la luz de la verdad.